Frecuentemente las mujeres escuchamos y somos abordadas con las siguientes preguntas:¿cuándo te vas a casar?, ¡no te has casado!; ¿todavía no tienes hijos?, ¿sigues soltera?, apúrate a embarazarte, porque se te está pasando el tiempo; ¿todavía eres virgen?, ¡cómo que todavía eres virgen!; te tienes que acostar con él porque si no le das lo que él ‘quiere’, lo va a ir a buscar con otra”.
Mujeres que van desde los 14 años de edad, pasando por estudiantes de preparatoria y universidad, así como mujeres en condición de solteras o divorciadas de 36 a 45 años de edad, y como lo comentaron algunas de ellas en conversaciones recientes, continúan sufriendo este tipo de acoso al que bien podríamos llamar bullying femenino.
Se trata de un maltrato psicológico que nos persigue a las mujeres casi desde que nacemos hasta la edad adulta, y lo más triste del tema, causado por otras mujeres; mujeres capaces de atacar a otras mujeres, ejerciendo el bullying más dañino de todos el emocional. Estas agresiones llegan Frecuentemente las mujeres escuchamos y somos abordadas con las siguientes preguntas:¿cuándo te vas a casar?, ¡no te has casado!; ¿todavía no tienes hijos?, ¿sigues soltera?, apúrate a embarazarte, porque se te está pasando el tiempo; ¿todavía eres virgen?, ¡cómo que todavía eres virgen!; te tienes que acostar con él porque si no le das lo que él ‘quiere’, lo va a ir a buscar con otra”.
Mujeres que van desde los 14 años de edad, pasando por estudiantes de preparatoria y universidad, así como mujeres en condición de solteras o divorciadas de 36 a 45 años de edad, y como lo comentaron algunas de ellas en conversaciones recientes, continúan sufriendo este tipo de acoso al que bien podríamos llamar bullying femenino.
Se trata de un maltrato psicológico que nos persigue a las mujeres casi desde que nacemos hasta la edad adulta, y lo más triste del tema, causado por otras mujeres; mujeres capaces de atacar a otras mujeres, ejerciendo el bullying más dañino de todos el emocional. Estas agresiones llegan a constituirse en un acoso o agresión verbal que provienen de las mujeres más cercanas al hogar, que va desde las tías, la mamá, la madrina, la vecina, la comadre de la mamá, las amigas propias, y compañeras de la escuela y del trabajo.
Este tipo de acoso de una o varias mujeres en contra de otra mujer, ha llevado a más de una adolescente a entregar su virginidad, confiando que con este hecho pudieran retener a su pareja a su lado, este es el tipo de bullying sexual pues las mismas compañeras están incitando a la joven a su primera relación sexual, sin que esta tenga tanta disposición a experimentarla.
En esta difícil época donde las relaciones privadas se hacen públicas a través de las redes sociales, nos permite ver cómo no solo los hombres son los que generan algún tipo de acoso, sino que hoy en día, son también las mujeres las que caen en este hostigamiento, a veces sexual, hacia algunos varones.
Nuestra falta de comunicación con nuestros hijos, podría provocarles ser víctimas de estupro o violación, de no detectarse a tiempo la forma en que estos jóvenes están siendo acosados a través de las redes sociales.
Cabe mencionar que aquí, los patrones de conducta de hombres y mujeres tienen que ver también con el machismo y la misoginia con que educamos, quizá sin darnos cuenta, a nuestros hijos.
Para ilustrar este concepto, por ejemplo, veamos cuando los tíos llegan a la casa, y le preguntan a su sobrino de 3 años, que si tiene novia, el menor contesta con su voz aún sin madurar “sí, tengo dos” y el papá y los tíos -y posiblemente la mamá- aplauden con gusto y simpatía el comentario, porque, como manifiestan continuamente algunos caballeros, está dando muestras de ser “un hombre muy hombre”.
He llegado a escuchar en incontables ocasiones la frase: “la novia de mi niño es la más bonita del kínder”. En este caso, la discriminación, la misoginia y posiblemente podríamos hablar también de arrogancia, son conductas que se pueden aprender de un modo desconsiderado desde temprana edad y en casa.
Por el contrario, suele suceder que si es una niña de cinco años, la que dice que sí, que tiene novio en el kínder, un papá, en todo su despliegue de machista, podría contestar con un “cállate, tú no tienes edad para tener novio.
Las mujeres comienzan, desde esta temprana edad, a sufrir los ‘estragos’ de haber nacido mujeres. En la primaria es todo un acontecimiento -y a todas voces- cuando se llega la primera menstruación. Desde ahí, las compañeritas se toman la molestia de ‘enseñar’ a otras niñas; por ejemplo, cómo dar besos “de lengüita”, y recomiendan que permitas que el chico toque tus senos -aún en desarrollo- para que así, aseguran ellas, asegurar él sea tu novio todo el año escolar.
En secundaria y en preparatoria, anteriormente iniciaban los diálogos –entre mujeres– de quién ha perdido la virginidad, cuál es la chica que se ha acostado con más compañeritos y quiénes ya salieron embarazadas. Hoy los tiempos han cambiado drásticamente y muchas adolescentes de este nivel de estudios, han perdido el pudor y la privacidad para hablar de estos temas, pues los comentan no solo en privado, sino en público, en el transporte colectivo o en las redes sociales, como el Facebook. Los diálogos giran en torno a detallar cómo fueron sus relaciones sexuales y a qué se atrevieron durante el acto.
El bullying femenino se convierte en cargas negativas con las que las mujeres continúan lidiando hasta que por fin, ¡contraes matrimonio!
Y luego sigue, ¿cuándo te vas a embarazar?, ¿qué no pueden tener hijos?, ¿para cuándo el bebé…? Esas son las preguntas más conservadoras, porque no falta el grupo de amigas que te asedian para cuando llegas de la luna de miel y sonrientes y ansiosas sueltan la famosa frase de: ¡cuéntanos todo, con detalles!”.
Esta problemática social, aunada a la cultura machista que hemos vivido durante miles de años y en una sociedad donde las costumbres y tradiciones nos siguen marcando que, si no somos casadas, con hijos, abuelas jóvenes, y dedicadas al hogar, entramos en un conjunto de elementos donde ser ‘rara’, es el más generoso de los calificativos.
Como madres, cabezas de familia y con la responsabilidad de guiar y educar a nuestras hijas en esta sociedad “avanzada” en la que vivimos, tenemos que concientizarnos del serio compromiso que significa tener a nuestro cargo a las niñas del mundo del mañana. Debemos brindarles las herramientas necesarias para que las demás mujeres en diferentes etapas de su vida sean capaces de blindarse contra el bullying femenino. Actuemos Ya a través del fortalecimiento de la autoestima, el inculcamiento de valores tempranos y la tolerancia a sus semejantes.
Asociación Menorah se preocupa por atender problemas de violencia familiar en las comunidades, lo hace a través del trabajo de terapeutas especializados, y está abierto a responder a cualquier tipo de problema.
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