//Linda Bucay

El tabaquismo y la depresión, son enfermedades cada vez más comunes en el mundo moderno que causan millones de muertes, y afectan enormemente la calidad de vida de las personas.

La adicción al tabaco, es una de las principales causas de muerte y deterioro en el mundo, ocasionando alrededor de seis millones de muertes al año. El pronóstico indica que la mitad de las personas que fuman, morirán a causa del tabaco y de seguir como hasta ahora, según la OMS, para el 2020 el tabaco será responsable de 10 millones de muertes al año; siete de cada diez de esas muertes ocurrirán en los países en vías de desarrollo, como México. Según la Encuesta Nacional de Adicciones (2001) el 21.7 por ciento de la población (17.3 millones de mexicanos) fuma. Además, unos 700 millones de niños, es decir, casi la mitad de los niños del mundo, respiran aire contaminado por tabaco.

Por otro lado, la depresión es ya la principal causa de invalidez en el mundo, habiendo alrededor de 121 millones de personas deprimidas, de las cuales entre 60 por ciento y 80 por ciento pueden ser tratadas. Sin embargo, solo entre 25 por ciento y diez por ciento reciben algún tipo de ayuda profesional. Hoy, gracias a la ciencia, sabemos que existe una fuerte asociación entre el tabaquismo y la depresión, pues las personas deprimidas (se den cuenta o no de que lo están) son más susceptibles a fumar, pues el tabaco ayuda a que sus síntomas disminuyan, siendo un tipo de “automedicación”, como pasa con el resto de las drogas. Un estudio realizado por investigadoras mexicanas (Coutiño y Medina-Mora, 2008), nos dice que los síntomas depresivos aparecen antes de que las personas empiecen a fumar en el 47 por ciento de los casos para los hombres y en el 26 por ciento para las mujeres. Además, los fumadores que consumen más de una cajetilla por día, tienen tres veces más probabilidad de presentar depresión que los no fumadores.

Sabemos también, que quienes tienen ambas problemáticas y quieren dejar de fumar, pueden lograrlo más fácilmente si reciben también tratamiento para su depresión. Para lograr una recuperación real se deben sanar ambas áreas, pues el consumo de cualquier droga de abuso, incluso del tabaco (que no vemos normalmente como una sustancia que afecte el estado de ánimo), está muy relacionado con el manejo de las emociones.

¿Cómo sé sí padezco depresión? ¿Es por eso que no he podido dejar de fumar? Hay muchas dudas que pueden surgir después de leer esta breve información. La única forma de saberlo es ser evaluado(a) por un especialista, que determine qué tipo de tratamiento es el más efectivo para cada persona.

Referencias
-Coutiño, A., Medina-Mora, M.E. (2008). Tabaquismo y depresión. Salud Mental, 31, 409-415.

-Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz; Instituto Nacional de Salud Pública; Secretaría de Salud. Encuesta Nacional de Adicciones 2011.

-Organización Mundial de la Salud. http://www.paho.org/english/ad/sde/ra/tobdefault.htm; 2007.

DATOS

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