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Las causas del mal comportamiento

Centro Deportivo Israelita, A.C.

“Mi hijo se enoja y se comporta fatal”. Una madre nos escribió preocupada por el mal comportamiento de su hija de dos años y cuatro meses. Contaba que se portaba muy bien con ella y con otros familiares en su ausencia, pero al llegar ella, la niña cambiaba de actitud, ya no estaba disponible para nadie más y se empezaba a portar mal, solo quería estar con su mamá y ya no quería jugar con nadie más.

Esta madre preocupada, finalizaba su mensaje con una frase desoladora: “¿No sé qué estoy haciendo mal o a qué es debido su mal comportamiento?”

Hemos de decir, que cuando uno no sabe qué hacer o hacia dónde ir, está con la mejor disposición y actitud para buscar y descubrir qué necesita su hijo.

Ver al niño más allá de su mal comportamiento

Para reflexionar sobre todo esto, queremos nombrar al autor Rudolf Dreikurs, que clasificó el comportamiento inadecuado de los niños en cuatro categorías que denominó objetivos erróneos.

Esta clasificación que encontramos en su libro Aprendiendo a ser padres, del año 1976, nos ayudará a entender por qué nuestros hijos se comportan como lo hacen. ¿Qué hay detrás de un mal comportamiento? ¿Qué mensaje nos está queriendo transmitir nuestro hijo?, ¿por qué solo somos capaces de ver su mal comportamiento?

Según este autor, el comportamiento inadecuado del niño, es debido a que busca objetivos erróneos porque cree que:

1. Buscar atención o poder, le ayudará a conseguir que lo tengan en cuenta.

2. Buscar venganza, mitigará en cierto modo el dolor que le produce no sentirse tomado en cuenta.

3. Darse por vencido, es la única opción porque cree realmente que no vale para nada.

La mayoría de las veces, resolvemos de forma rápida el mal comportamiento de los niños, les castigamos, les mandamos a su habitación o les dejamos sin tele.

Aplicar una consecuencia ante un mal comportamiento es necesario, pero pretender sancionar solo la mala conducta sin mirar más allá, sin reflexionar sobre la necesidad emocional que está manifestando nuestro hijo, nos puede llevar a una relación distante, una falta de comunicación, y con el tiempo, un sentimiento de resentimiento en el hijo hacia el padre por haberse sentido incomprendido.

De modo que los animamos a conocer los objetivos erróneos de la conducta del niño, para evitar reaccionar solo a la conducta en lugar de responder a la creencia que la suscita. 

Datos de Maayan Hajaim