Joyce Carol Oates es la voz literaria de más calidad en Estados Unidos actualmente, atendiendo tanto a su estilo,
lo prolífico de su obra y la variedad de registros que domina. En nuestro país son bien conocidas sus obras con un tema único, novelas bien hilvanadas con personajes atribulados que intentan sobreponerse a su pasado y su presente. La hija del sepulturero, Mamá y Ave del paraíso son algunas de ellas. No obstante, Alfaguara conociendo bien su legado narrativo nos ha ofrecido en los últimos tiempos sus otras novelas, obras de ficción o no, con base real, que tienen en común un formato deslavazado, desordenado intencionadamente con un efecto de mazazo en la mente del lector.
Carthage es la última novela escrita por la autora y publicada tanto en Estados Unidos como en España en este año.
El norte del estado de Nueva York vuelve a ser el escenario de la novela. Idílicos pueblecitos y ciudades con casas de madera en colores pastel, ajardinadas, sin rejas, rodeadas de amplios bosques, donde pese al medio natural la vida se abre camino siempre luchando, siempre por la puerta estrecha, que solo el alcohol, las drogas y el sexo logran simular que es amplia. La vida familiar, la religión, la pequeña ciudad, los vecinos y ese algo más grande llamado patria y los monstruos que genera.
Cressida “la lista”, la hija pequeña de Zeno Mayfield alcalde durante ocho años de su ciudad, ha desaparecido con 19 años en plena noche en las montañas de Adirondack. Cuando la comunidad de Carthage se une al padre en su frenética búsqueda descubrirá al sospechoso más inesperado: un militar condecorado, veterano de la guerra de Iraq y prometido hasta hacía cinco días con la hermana mayor Juliet, “la guapa”. Arlette, la madre es una mujer luchadora y realista que ve cómo su familia se desmorona.
La autora dedica tiempo a cada uno de los personajes, el cual nos permite conocer mejor sus trayectorias y pensamientos. Pero Cressida es siempre el centro de la novela y se gana al lector aunque inicialmente aparece como una joven áspera y de carácter difícil, como una persona precoz y apasionada que no revela fácilmente quién es.
Aparte del punto central de Cressida, nos encontramos con una fascinante variedad de personajes movidos por su propia lógica a menudo incoherente para el lector. Su madre Arlette, cuyo marido rechaza sus preocupaciones diciendo que ella tiende a ser catastrofista, encuentra una gran fe y fuerza personal frente a la tragedia. Ella tendrá que buscar lugares para llorar en secreto fuera de la vista de la comunidad durante la desaparición de su hija. Su marido Zeno sigue una trayectoria descendente diametralmente opuesta. Donde una vez hubo un hombre bien intencionado, inteligente y fuerte, hallamos a alguien inconsolable, que recurre a la bebida y que anhela el regreso de lo que antes era una unidad familiar estable y amorosa. El impacto de perder a su hija tan rápidamente y no ser capaz de rectificar la situación lo hace sentir impotente y perder toda su confianza.
Oates utiliza múltiples perspectivas y técnicas narrativas para resaltar individualmente los dramáticos acontecimientos que ella establece. Cada personaje es tratado bajo una técnica diferente componiendo un mosaico glorioso. La estadounidense no nos cuenta la vida de sus personajes, no. Sus personajes cobran vida con cada palabra, línea y párrafo.
La autora ofrece una novela insuperable, capaz de adormecer tanto como intrigar y cautivar. Casi seiscientas páginas impecables que dejan al lector con la boca abierta quitándose el sombrero ante la narradora.
Un documento exquisito sobre la sociedad estadounidense, contado con la maestría de Oates en su versión más actual y moderna.
Siempre la literatura y la narrativa salen ganando con ella, cabalgando y triunfando por encima de dolores, fobias e incapacidades. JCO nació escritora y todo lo que escriba en su vida, destacando esta obra destila gotas de la mejor literatura del momento.
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