Título: ERA TIERRA BALDÍA
Categoría: Abierta / Poesía
Pseudónimo: Calcifer
Era tierra baldía
donde inventamos gises,
piedra caliza para hacer
del asfalto un lienzo
y trazar
el gran circo de elefantes,
trompas elevadas para llamar al cielo,
o el avión de diez escalas
para despegar un pie y luego otro
y llegar creyendo que uno era todo vuelo
o el círculo para declarar la guerra
sin saber que no había ofensa
sólo ganas de correr
y de cambiar el nombre propio
por el de un país amado
quién sabe por qué.
Era tierra baldía
donde pequeñas piedras
eran la matatena.
Qué torpe se intuía la mano
de quien atrapaba aire
con tenacidad
que desafiaba las reglas del juego.
Después, que la piedra
fuera molcajete
para la comidita
que alimentó las horas
con minúsculas manzanas, tierra y hojas.
Era tierra baldía
donde se fraguaba el temor
de los cientos de chapulines
que mi hermano pondría en mi cama
y que, sin ponerlos, los puso
en sueños patones
que me convirtieron en reino
habitado por grillos, saltamontes y chicharras.
Era tierra baldía
donde descubrí la pelambre tiesa
de un perro de la calle
y el deseo de cuidar
y de ser de alguien.
Quise quererlo
y nombrarlo.
Me autorizó don Lino
en su caseta
que en tierra baldía era de lámina
y le puse: “Como tú”
orgullosa de mi ocurrencia.
Don Lino sonrió,
estoy segura,
y esperaba, como yo, a que alguien preguntara:
¿Cómo se llama?
Era tierra baldía,
aunque no tanto.
Baldía es hoy la tierra
donde busco perderme
y no encuentro
perros
ni grillos
ni piedras
ni gises
ni un nombre
para ese país amado.