CAMINOS DE SILENCIO

Título: Caminos de silencio
Categoría: Abierta / Poesía
Pseudónimo: Brisa de ocaso

Con el cuerpo desnudo en líquido me formo,

venerado vientre atestado de amor absoluto y macizo

al dolor protesta, a gritos divulga el deseo.

Cortinas ensangrentadas y sábanas blancas

listas para contar mi historia:

los piecitos ingenuos cuentan gotas en ojos traviesos,

el misterio baña mis venas en el espejo.

Es largo, muy largo, demasiado largo,

de colores se viste mi travesía,

con órganos engalanados de júbilo,

espíritu en batalla, perder o ganar es igual.

Al ritmo de pasos tenues, lentos

prolifera la marcha de pétalos

de verdades que enamoran,

de mentiras que enloquecen.

A trote por pantanos enmudecidos,

se polucionan ideas,

el sueño auxilia las caídas

despostillando órdenes y reglas.

Hay trampas en sitios estrechos,

troncos que dibujan mis memorias;

germinan hojas de extraño fulgor

árboles circuncidados de soberbia y orgullo.

Tierra de luz verdadera,

arena ensombrecida de secretos

la rosa folclórica de pesares

mi recorrido es invisible al tacto.

En apretados zapatos cabalgan mis plegarias

asombro a mi senda,

maduro, corro, busco, sueño;

radiantes arbustos guardan terribles secretos

piso, caigo, me levanto contra cíclopes y lestrigones

que estorban peldaños en baba.

Aparecen y desaparecen momias, fantasmas

desmantelan el juego de la vida.

En silencio espero

¡no espero, vivo!

Vivo el premio de la batalla,

virgen aún, adelante voy.

Ondean banderas blancas en bosques agujerados

lodo de serpientes.

Obsesión de flores, encantos de madre

alegrías en vanos carruajes de palabras irrigadas

en eclipse de luna, vibras oscuras,

salta el orgullo, dignidad en enjambre merecida.

Sin mirar atrás el recuerdo se manifiesta

no se contaminan las huellas de mi rostro;

retinas dilatadas, encienden mi sonrisa

perfumadas piedras enumeran mi semblanza

con respiraciones falsas;

tierra con arena movediza y rocas confusa

La bola de cristal no demora su baile

la vida se abre con máscaras de pena desmedida.

No arrepiento mi paso

y mi carroza aún no ha llegado.

Los caballos deliran miedos,

me llevan a discernir letras reveladas

erupciona el vino escribe lava de palabras.

Deseo en piel ajena,

desmedidos suspiros, incontables sudores en coloquial trazo.

Sigo, sigo, sigo, sigo, no veo nada ….

Generosas notas musicales

se transforman en canciones de esperanza,

perforan mis tímpanos de ilusión vestidos

que vagan en terrenos olvidados

camino, largo trote, hinchados pies

con olor a hierba, vértebras cansadas, órganos desgastados

venas en rastro llaman a la vida

con lento cerebro.

Voy llegando…. ¡no quiero llegar!

Letras sin tinta,

las sílabas tiemblan en dedos deformados

labios en estallidos de ardor por continuar,

garganta del amor eterno:

la poesía se acumula en el grito de Dios.