La cueva de Grimhgaus

Título: La cueva de Grimhgaus
Categoría: Infantil A / Cuento
Pseudónimo: Natulo

Había una vez dos niños que asistían a un colegio de magia llamado Grimhgaus, donde estudiaban chicos de 17 años en adelante. En esa escuela había una chica llamada Heily, que pertenecía al grupo de las Águilas Veloces, y un chico llamado Leo, del grupo de los Cuervos Inteligentes. Ambos tenían la capacidad de transformarse en esos animales y hacían cosas increíbles.

Un día, entraron en una cueva donde un hombre había colocado una roca lunar llamada Magnetita. Si esta roca se calentaba, producía un humo mortal para quien lo inhalara. Además, la entrada estaba protegida por una trampa: si alguien pisaba una zona específica del suelo, activaba la Magnetita. La cueva, según se decía, escondía un poder secreto que muchos alumnos del colegio buscaban, aunque pocos lograban salir con vida.

Cuando estaban por salir, Heily accidentalmente pisó esa parte del suelo, activando la piedra. Desesperada, dijo:

—Pisé por accidente el detonador de la cueva.

—No voy a dejarte abandonada —respondió Leo—. Corre, yo iré detrás de ti.

—Puedo transformarme en águila, recuerda que soy más rápida que tú —contestó Heily—. Y los cuervos como tú son inteligentes.

Rápidamente, Leo se transformó en cuervo y voló lo más rápido que pudo. Detrás de él, Heily se transformó en águila y salió velozmente. Desafortunadamente, la Magnetita explotó, haciendo que la cueva estallara.

La explosión dejó inconscientes a los dos chicos, quienes cayeron cerca de la entrada de la cueva. Lo que no sabían era que otros estudiantes también habían quedado atrapados dentro. Esos estudiantes eran Daniel y Brook. Daniel era hermano de Heily, mientras que Brook era hermano de Leo.

Ambos chicos habían seguido a sus hermanos, curiosos por ver lo que descubrirían en la cueva.

Después de la explosión, Heily despertó y notó que sus venas estaban negras. No podía moverse y se sentía mareada. A lo lejos, vio que varios estudiantes del colegio se acercaban para rescatarlos.

Los alumnos lograron sacar a Heily y a Leo de entre las rocas, y les dieron de beber agua del pozo curativo. Ambos se quedaron dormidos.

Al despertar, Heily se dio cuenta de que estaban en el hospital. Sentía mucho dolor en su cuerpo y pensaba que iba a morir. Poco después, Leo despertó y, una semana más tarde, ya estaba recuperado. Lograron encontrar a sus hermanos, quienes permanecieron en recuperación por más tiempo.

Descubrieron que dentro de la cueva se encontraba un poder que nadie podía controlar. Una vez que se recuperaron, hicieron un pacto: jamás regresarían a la cueva ni pondrían nuevamente su vida en riesgo.

Aunque muchos otros alumnos continúan explorando la cueva, no tienen idea de los peligros que se ocultan en su interior…