Tú, mi propio enemigo
Sigo caminando en círculos,
Arrastrada por un torbellino
Y una y otra vez caigo
En esta espiral sin fin,
Soy un personaje más
Dentro de este horrible espectáculo
Del que, tal vez, nunca podré salir.
Sigo caminando en círculos,
Arrastrada por un torbellino
Y una y otra vez caigo
En esta espiral sin fin,
Soy un personaje más
Dentro de este horrible espectáculo
Del que, tal vez, nunca podré salir.
En sombras oscuras, el miedo se cierne,
con actos de odio, la paz se pierde.
Pequeño bastardo, que no paras de llorar cuando recibes una reprimenda
Pequeño bastardo, que cumples con tus castigos, sabiendo que mereces más.
El caos, el ruido, el temor, el dolor, la pobreza, la ignorancia;
toda la destrucción por nosotros provocada.
Cuando miro al mundo,
me invade la desesperanza,
pero al contemplar la sonrisa angelical de un niño,
renace en mí la fe.
“Puede besar a la novia”.
La alarma sonó,
corren por sus vidas,
gritando salen del salón.
Enamórate de la gente,
de sus historias y su andar,
de los abrazos que te envuelven
y de los besos que te hacen vibrar.
Hay un eco en el alma,
un susurro roto que no cesa,
es la sombra de tu partida
que aún tiembla en cada rincón de mí.
Desde las profundidades donde la duda intenta reinar,
nace una llama que no puede ser extinguida.
En Kinder, todo era juego,
Correr, saltar sin miedo,
Pinturas de colores brillantes,
La alegría que la vida trae.
Conectados todo el día,
como si el Wi-Fi fuera oxígeno,
corazones con batería baja,
pero con mil notificaciones.
Cuando era pequeño, mi madre me contaba que el mundo era diferente; se podía respirar y no se necesitaban aparatos para sobrevivir.
Te odio, odio tu forma de ser, tu forma de hablar, tu forma de vestir. Mis instintos me gritaban y me suplicaban que no te diera la oportunidad que ahora sé que poco merecías.
Era un día caluroso, sacaba la cabeza por la ventanilla, sintiendo esa brisa caliente en mi cara estaba emocionada y feliz por lo que iba a suceder ese día, pero la realidad me iba a demostrar que, claramente, yo no sabía nada….
1957, San Luis Potosí, México.
Pablo almorzó velozmente, como león en inanición.
La mayoría de las especies en nuestro planeta tienen muy claro su propósito: seguir el
ciclo de la vida, nacer, sobrevivir, reproducirse y morir. Sin embargo, los seres humanos
tenemos la capacidad de cuestionarnos, lo que nos lleva a un infinito de posibilidades.
Al despertar, no encontré mis lentes; normalmente están en mi buró, pero tenía prisa, así que no perdí tiempo buscarlos y agarré los de repuesto que tengo en el cajón.
Había una vez en 1865 un chavo de 19 años que se llamaba Rufus y se apellidaba Huexotl vivía en Tenochtitlan y cuándo cumplió 18 años mataron a su papá su papá fue un sargento militar murió en una guerra entre aztecas contra mayas.
Estoy muriendo. Cada hora me obsesiono y enloquezco por cada cosa, especialmente por cuánto tiempo me queda.
Mi nombre es Jack, soy un niño de 7 años a quien le encantan los juguetes.
En un rincón olvidado de la selva amazónica, Alex, un joven motociclista apasionado por la
aventura, lideraba un grupo llamado “Los Halcones de Acero”.
Nay, cuida de tu hermano Vince y por favor prométeme tener cuidado con tu padre, te quiero – la escuché decir mientras se le cerraban los ojos, y entonces mi mundo se vino abajo, con el abrumador sonido de la máquina que no me dejaba de recordar que me había quedado sola.
En un pequeño lugar olvidado del mundo, se encontraba una ciudad envuelta en misterio e ilusión: la Ciudad de los Espejos Rotos.
Se escucha el grillar en los matorrales; es más de media noche; todo el pueblo descansa después de un largo día de cosecha.
Soy una gran gimnasta que entrena en el deportivo CDI, estudio actualmente en uno de tantos colegios judíos no religiosos que existen en México.
En la escuela me pidieron que empezara a escribir un diario para que pudiera documentar mis emociones y mis sentimientos, entonces empecemos.
El faro se erguía solitario, subsistía junto con la fuerza del mar y se mantenía estable todo el tiempo.
Sam llegó tarde al trabajo, pero no fue su culpa: esa mañana, una nube suspendió al camión frente a ella durante casi diez minutos, hasta que un proyectil la hizo perder su forma.
El auto del esposo de Amanda desapareció en la distancia, levantando una nube de polvo que se asentó lentamente sobre la tierra seca.
Eran otra vez las dos de la mañana. El insomnio estaba carcomiendo a Gabriel. Seguía dando vueltas en la cama.
El invierno de 1943 llegó y el frío envolvió la casa de los Müller. Una copa de vino cayó al suelo y un grito estruendoso y bullicioso alarmó a los vecinos.
“Mi marido enciende el motor, baja la lomada y toma el camino de
ripio.
Te preguntarás por qué te estoy contando esta historia, si aquí no pasa nada, de hecho, el abandono y la soledad son lo único que habita este lugar.
Sigo caminando en círculos,
Arrastrada por un torbellino
Y una y otra vez caigo
En esta espiral sin fin,
Soy un personaje más
Dentro de este horrible espectáculo
Del que, tal vez, nunca podré salir.
En sombras oscuras, el miedo se cierne,
con actos de odio, la paz se pierde.
Pequeño bastardo, que no paras de llorar cuando recibes una reprimenda
Pequeño bastardo, que cumples con tus castigos, sabiendo que mereces más.
El caos, el ruido, el temor, el dolor, la pobreza, la ignorancia;
toda la destrucción por nosotros provocada.
Cuando miro al mundo,
me invade la desesperanza,
pero al contemplar la sonrisa angelical de un niño,
renace en mí la fe.
“Puede besar a la novia”.
La alarma sonó,
corren por sus vidas,
gritando salen del salón.
Enamórate de la gente,
de sus historias y su andar,
de los abrazos que te envuelven
y de los besos que te hacen vibrar.
Hay un eco en el alma,
un susurro roto que no cesa,
es la sombra de tu partida
que aún tiembla en cada rincón de mí.
Desde las profundidades donde la duda intenta reinar,
nace una llama que no puede ser extinguida.
En Kinder, todo era juego,
Correr, saltar sin miedo,
Pinturas de colores brillantes,
La alegría que la vida trae.
Conectados todo el día,
como si el Wi-Fi fuera oxígeno,
corazones con batería baja,
pero con mil notificaciones.
Cuando era pequeño, mi madre me contaba que el mundo era diferente; se podía respirar y no se necesitaban aparatos para sobrevivir.
Te odio, odio tu forma de ser, tu forma de hablar, tu forma de vestir. Mis instintos me gritaban y me suplicaban que no te diera la oportunidad que ahora sé que poco merecías.
Era un día caluroso, sacaba la cabeza por la ventanilla, sintiendo esa brisa caliente en mi cara estaba emocionada y feliz por lo que iba a suceder ese día, pero la realidad me iba a demostrar que, claramente, yo no sabía nada….
1957, San Luis Potosí, México.
Pablo almorzó velozmente, como león en inanición.
La mayoría de las especies en nuestro planeta tienen muy claro su propósito: seguir el
ciclo de la vida, nacer, sobrevivir, reproducirse y morir. Sin embargo, los seres humanos
tenemos la capacidad de cuestionarnos, lo que nos lleva a un infinito de posibilidades.
Al despertar, no encontré mis lentes; normalmente están en mi buró, pero tenía prisa, así que no perdí tiempo buscarlos y agarré los de repuesto que tengo en el cajón.
Había una vez en 1865 un chavo de 19 años que se llamaba Rufus y se apellidaba Huexotl vivía en Tenochtitlan y cuándo cumplió 18 años mataron a su papá su papá fue un sargento militar murió en una guerra entre aztecas contra mayas.
Estoy muriendo. Cada hora me obsesiono y enloquezco por cada cosa, especialmente por cuánto tiempo me queda.
Mi nombre es Jack, soy un niño de 7 años a quien le encantan los juguetes.
En un rincón olvidado de la selva amazónica, Alex, un joven motociclista apasionado por la
aventura, lideraba un grupo llamado “Los Halcones de Acero”.
Nay, cuida de tu hermano Vince y por favor prométeme tener cuidado con tu padre, te quiero – la escuché decir mientras se le cerraban los ojos, y entonces mi mundo se vino abajo, con el abrumador sonido de la máquina que no me dejaba de recordar que me había quedado sola.
En un pequeño lugar olvidado del mundo, se encontraba una ciudad envuelta en misterio e ilusión: la Ciudad de los Espejos Rotos.
Se escucha el grillar en los matorrales; es más de media noche; todo el pueblo descansa después de un largo día de cosecha.
Soy una gran gimnasta que entrena en el deportivo CDI, estudio actualmente en uno de tantos colegios judíos no religiosos que existen en México.
En la escuela me pidieron que empezara a escribir un diario para que pudiera documentar mis emociones y mis sentimientos, entonces empecemos.
El faro se erguía solitario, subsistía junto con la fuerza del mar y se mantenía estable todo el tiempo.
Sam llegó tarde al trabajo, pero no fue su culpa: esa mañana, una nube suspendió al camión frente a ella durante casi diez minutos, hasta que un proyectil la hizo perder su forma.
El auto del esposo de Amanda desapareció en la distancia, levantando una nube de polvo que se asentó lentamente sobre la tierra seca.
Eran otra vez las dos de la mañana. El insomnio estaba carcomiendo a Gabriel. Seguía dando vueltas en la cama.
El invierno de 1943 llegó y el frío envolvió la casa de los Müller. Una copa de vino cayó al suelo y un grito estruendoso y bullicioso alarmó a los vecinos.
“Mi marido enciende el motor, baja la lomada y toma el camino de
ripio.
Te preguntarás por qué te estoy contando esta historia, si aquí no pasa nada, de hecho, el abandono y la soledad son lo único que habita este lugar.
Sigo caminando en círculos,
Arrastrada por un torbellino
Y una y otra vez caigo
En esta espiral sin fin,
Soy un personaje más
Dentro de este horrible espectáculo
Del que, tal vez, nunca podré salir.
Ceremonia de Premiación, el domingo 8 de diciembre de 2024.