Título: Mejor sin cantos
Catergoría: Infantil A / Cuento
Pseudónimo: Chayote
Érase una vez una familia que disfrutaba mucho salir de vacaciones. Gozaban estar en altamar, así que rentaron un yate y fueron a disfrutar de la paz que les regalaba el océano. Estaban disfrutando mucho del día pues comían mariscos, jugaban juegos de mesa, platicaban acerca de lo que había sucedido en su semana, etc. Como toda familia, se dieron un momento de relajación y cada quien fue a hacer su actividad favorita. La de la mamá, llamada Verónica, era contemplar el mar.
—¡Aaaaaaah! —gritó la mamá de repente, espantando a todos en el yate.
Todos corrieron asustados hacia ella para saber qué había pasado.
—¿Qué pasa mamá? —preguntó su hija Julieta—. ¿Por qué gritas?
—Hay algo muy extraño ahí, ¿no lo ven? —respondió la mamá.
—Ha de ser un delfín —dijo Alberto.
—Yo creo que es un tiburón —dijo Benjamin, el más pequeño de los hijos—, o tal vez sea una ballena.
—¡No! —dijo Julieta—. Yo también veo que es algo extraño como dice mi mamá. Mejor investiguemos qué criaturas extrañas pueden existir en este océano.
Afortunadamente tenían internet en el yate, así que sacaron sus computadoras y comenzaron a investigar. Esa cosa extraña tenía una cola de pescado y la parte de arriba del cuerpo parecía de un humano. Todo indicaba una sola cosa.
—¡Claro, es una sirena! —dijo Julieta.
Corrió con su mamá para contarle lo que había investigado y su mamá le dijo que eso no era posible pues las sirenas no existían, pero Julieta estaba convencida de que sí podían existir por lo que siguió investigando. Encontró un mito que decía que en el año 1000 a.c. existió una reina llamada Atargatis quien se enamoró de un pastor, pero lo mató por accidente; avergonzada se fue a ocultar a un lago, pero el lago al darse cuenta de su belleza no podía ocultarla, por lo que la convirtió en mitad pez y mitad mujer. Se dice que su canto es hermoso y atrae a los marinos hacia ella para hacer que se estrellen contra las rocas del mar.
Poco a poco fueron saliendo más y más mitos acerca de las sirenas como las Selkies quiénes se convierten en focas, las Merrow que cambian de tamaño o la Melusina Selta, quien tiene dos colas y es la representante de la famosa cafetería de Starbucks.
Julieta corrió nuevamente con su familia para contarles sobre la investigación que acaba de hacer. Los papás y los hermanos se sorprendieron al escuchar los mitos, le dijeron que era muy buena investigando y que probablemente sí existieran las sirenas.
—¿Y si la atrapamos y la llevamos a un centro de investigación? —dijo el papá—. ¡Seríamos súper famosos! ¿Se imaginan?
—¡Nooooooo! —dijeron todos los hijos al mismo tiempo.
—Si la llevamos, podrían lastimarla —dijo Julieta—. Papá, ¿a ti te gustaría que a alguno de tus hijos lo llevaran a un centro de investigación? —comentó Julieta.
El papá de Julieta comprendió y, aunque hubiera sido padrísimo ver a una sirena más de cerca, la familia no hizo nada y siguió feliz su viaje por el océano. Lo que ellos no saben, es que gracias a que no le hicieron nada a la sirena, ella no emitió su hermoso, pero himnotizante canto, sino, en las noticias habría salido una noticia lamentando el choque de un yate contra la rocas de un océano.
Fin.