El próximo domingo 7 de mayo se inaugurará la exposición Como la sal en el mar, de la artista Diana Fuentes,
organizada por Lewinson Art, en la Galería Pedro Gerson del Centro Deportivo Israelita.
La artista escribió lo siguiente acerca de su obra:
Khora, nos dice Platón en el Timeo, es la manera en que determinamos las cosas a partir del espacio que se encuentra entre ellas.
El espacio determina al sujeto, y en similar tesitura diría Picasso, el estilo del artista se define entre un círculo perfecto y nuestro intento en replicarlo.
El espacio cobra vida en mi obra en una serie de entramados que se originan en letras y plegarias, que libero de su forma típica para dar paso a la estilizada vibración esencial de la misma. La forma literal se disipa y se funde en el color, simbolizando con ello el aspecto espiritual, eterno, vibrante. Es la línea del pincel, cual cuerda floja, donde encuentro el equilibrio en el desequilibrio. Línea que gravita o levita sobre el cosmos, llena de energía, colorido y vida, como la luz que sale de la oscuridad.
Ahí encajo la siguiente veladura, misma que habla del mundo físico, visible, comprensible, corruptible, temporal, escenas perennes. La tela gris de la ambigüedad o relatividad, de ahí lo monocromático, y ahí se ve el resultado dialéctico, mi versión de los hechos, mi anhelo. Hechos en diversos temas, los grandes clásicos, la educación, escenas de pueblos perdidos de la provincia mexicana, entre otros.
El grano grueso y solido de sal, la cara geométrica distinguible de la misma, se diluye en la mar del agua espiritual, mi plegaria transformadora que le funde en el signo base. Ahí se rompe el parergon en ambos casos, Khora se desvela, la cuántica se manifiesta, pues las coincidencias se hacen entonces evidentes, armonizaciones inéditas sobre la piel del lienzo que se descubren, se encuentran, donde lo cognitivo y estático queda imbuido de lo dinámico e intuitivo. Nodos que resucitan la ambigüedad monocromática y dan paso a la afirmación sublime: al crear, al amar, somos el reflejo, espejo de nuestro Creador.
Ahí donde se reconfiguran los escenarios y la esencia de vida se activa vemos una semilla viva, en una cáscara muerta.
Quedan todos invitados a vivir toda una experiencia estética, admirando la obra de esta talentosa artista.