Científicos del Instituto Weizmann demostraron que es posible poner en marcha un proceso de aprendizaje

en el cerebro humano sin que la persona se entere que el aprendizaje se está llevando a cabo.

En un estudio publicado en el Proceedings of the National Academy of Sciences de los Estados Unidos (publicación oficial de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos) el becario postdoctoral, Dr. Michal Ramot, miembro del equipo del Profesor Rafi Malach, del Departamento de Neurobiología, junto a Shany Grossman, un estudiante graduado del mismo departamento y el Dr. Dorón Friedman, del Centro Interdisciplinario Herzliya, indujeron a dieciséis personas con estimulaciones negativas y positivos, entretanto su actividad cerebral se controlaba mediante imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI), sin que fueran conscientes de ser entrenados.

A estas personas se les comunicó que el propósito de este estudio era investigar los mecanismos de estímulo. Escucharon estímulos de recompensa, un tono placentero, y que recibirían una recompensa monetaria y por el contrario fueron informados de estímulos negativos, un ruido desagradable y esto iría acompañado por una multa.

Sin que los individuos conocieran el procedimiento, los investigadores emitieron el estímulo de recompensa cuando en la resonancia magnética funcional detectaron cierto patrón de actividad cerebral que apareció espontáneamente en una región particular del cerebro. Los estímulos negativos se emitieron cuando detectaron un patrón radicalmente diferente del primero, en la misma región. Después de cinco días, el primer patrón se tornó significativamente potenciado en la mayoría de los sujetos. Las conexiones neuronales con otras regiones del cerebro provocadas por este patrón se hicieron más vigorosas.

En el pasado, científicos entrenaron redes corticales emitidas por estímulos de recompensa en un método denominado neurofeedback (neurorretroalimentación), pero se hizo en sujetos conscientes de ser entrenados y que hasta en determinadas oportunidades se involucraron activamente en el proceso.

En el estudio del Weizmann, el cambio se realizó en las redes corticales, en otras palabras, en un proceso de aprendizaje centrado tuvo lugar en los cerebros de los sujetos que no eran conscientes de que estaban aprendiendo algo. Cuando fueron cuestionados, los sujetos ignoraban haber sido entrenados, cuando se les pidió hacer una conjetura, no identificaron absolutamente ningún tipo de formación a la que fueron sometidos.

“Hemos apoyado la idea de que nuestro cerebro puede aprender de una manera enfocada y dirigida incluso cuando no somos conscientes de un proceso de aprendizaje”, dijo Malach. “En el futuro, el método puede extenderse a la consecución de una mejor función cognitiva y cerebral en las personas que están interesadas en la formación, pero carecen de los recursos para enfocarse en ellos, por ejemplo, los que están severamente deprimidos o sufren de trastornos de atención.

La propuesta no está lista para su aplicación inmediata, porque se hace necesario el uso de tecnología de avanzada en investigación fMRI. Además, los cambios que hemos inducido en las redes neuronales han sido muy leves y transitorios, por lo que el método requiere una gran cantidad de una mayor optimización y pruebas. Pero hemos demostrado cómo los circuitos cerebrales pueden ser entrenados de manera específica por debajo del umbral de la conciencia. Además, este estudio, junto con otras investigaciones en el laboratorio, sugiere que las misteriosas fluctuaciones espontáneas en la actividad cerebral se pueden aprovechar para dicha formación subconsciente.

Las investigaciones futuras, por lo tanto, puede explorar cómo la neurorretroalimentación puede emplearse para modificar y mejorar y la conectividad cerebral”. La investigación del Profesor Malach es apoyada por el Centro Meyer Grodetsky Center for Research of Higher Brain Functions, que dirige; Lulu P. y David J. Levidow Fondo para las enfermedades de Alzheimer y de Investigación de Neurociencia; la Fundación Adelis; Amigos del Dr. Lou Siminovitch; y la familia Leff, Calabasas, CA. El Profesor Malach es el destinatario del Premio Helen y Martin Kimmel para la investigación innovadora y el titular de Barbara and Morris L. Levinson Professorial Chair in Brain Research.

Fuente: www.unidosxisrael.org

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