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¿Periodismo antisemita?

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Nadia Cattan

Ha pasado poco más de un año desde que Israel y Hamas se fundieron en una guerra polifacética, ya que además de enfrentar misiles y túneles destinados al terrorismo, Israel se enfrentaba también a una guerra mediática en donde la cobertura de los hechos era frustrantemente incompleta y tendenciosa.

Todo empezó el 12 de junio de 2014, cuando una horrible noticia se propagó, el secuestro de tres adolescentes israelíes conmocionó no solo a los habitantes del Estado de Israel, sino a todos los judíos del mundo; diferentes voces y diferentes idiomas se unían en una sola plegaria: “Gilad, Naftalí y Eyal pronto de regreso en casa”. Nada sirvió, 18 días después encontraron sus cuerpos y la tragedia comenzó. Quienes tenemos un poquito de memoria supimos de inmediato lo que este trágico hecho podía desembocar y justamente, así sucedió.

Las noticias comenzaron a desplegarse y las tendencias de los noticieros se empezaron a notar, entonces aparecieron millones de espectadores pasivos que se dejaron llevar por una corriente tramposa. Fue decepcionante saber que millones de personas en este país se quedaron con información incorrecta al momento de escuchar o leer sobre este complejo tema.

En el desarrollo del conflicto se dijo y se repitió constantemente el alto número de gazatíes muertos, claro que es necesario mencionarlo, pero es necesario añadir que este número fue elevado gracias a que el grupo terrorista Hamas se escondía detrás de población civil utilizando escudos humanos; sin añadir lo anterior, la fuerza del ejército israelí parecía desproporcionada, cuando en realidad, el Primer Ministro Benjamin Netanyahu pidió a los gazatíes que desocuparan el área para poder combatir contra Hamas sin lastimarlos. Hasta el día de hoy, es el ejército israelí el único ejército en el mundo que avisa con panfletos y llamadas telefónicas antes de sus operaciones, asumiendo las desventajas militares que esto le puede ocasionar. Es Israel el que pelea contra un enemigo invisible, un enemigo que se esconde en escuelas y hospitales, que camina por túneles subterráneos y que no es, en lo absoluto, inferior, pues está apoyado por países árabes que gozan de una gran economía, y creo que, de este modo, cambia la perspectiva.

Decir que niños murieron en un edificio por un misil israelí, es cierto, pero también es incompleto, se debe añadir que desde ese edificio se lanzaron misiles hacia Israel, y que cuando la defensa respondió al ataque los niños estaban ahí, porque Hamas así lo quiso o porque sus padres así lo permitieron.

Así pues, comenzó una guerra paralela, en donde Israel se enfocaba en destruir los arsenales armisticios de Hamas y los túneles subterráneos construidos para atacar a la población israelí, mientras que Hamas impedía a los ciudadanos de Gaza poner sus vidas a salvo; de este modo, las primeras planas del periodismo se llenaron de imágenes que sensibilizaron al mundo condenando a Israel. En muchas ocasiones, las fotografías de gente herida y muerta correspondían a otros conflictos y otras fechas, imágenes de los muertos en Siria fueron reutilizadas bajo otro título, y con esto, el daño mediático estaba hecho.

Es triste, solo había que saber que no era el israelí matando, era el terrorista poniendo vidas inocentes en medio de fuego cruzado, y de este modo, se escucha muy diferente.
Sin duda, hubo parcialidad, se escuchaba todo el tiempo el número de muertos de ambos lados como si fuera marcador de fútbol. En Israel no hay una cultura de martirio, así que sí el número de muertos fue más bajo que el del opositor, fue porque los ciudadanos civiles se protegían en refugios cada vez que había peligro, ya que en la sociedad israelí se diferencia perfectamente al soldado del ciudadano común, no se mezclan para confundir al enemigo, no se esconde el soldado detrás del niño. Sí hubo menos muertes civiles israelíes es porque ellos no prestaron los balcones de sus departamentos para ser utilizados como base militar, los palestinos sí lo hicieron y no tuve la suerte de escuchar un solo medio de comunicación mexicano que lo mencionara.

No se dijo que Israel no fue quién comenzó la guerra, poco o nada se dijo del hospital que Israel puso en Gaza, en el cual Hamas impidió que se atendieran a los heridos. Poco o nada se dijo sobre los menores que fueron utilizados por Hamas para ayudar en la construcción de los túneles del terror, proceso en el cual murieron 160 niños.

Hay datos trascendentales, información que simplemente no se puede dejar de mencionar porque explica en gran medida la situación actual; como recordar que Israel desocupó Gaza en el 2005 para fines pacíficos con dicha región, tarea titánica, pues desalojar 21 asentamientos israelíes, demoler sinagogas y hasta transportar a los cadáveres de los cementerios judíos no fue cosa sencilla, sin embargo, Israel demostró con ese acto que quería la paz. Hoy los hechos nos dicen que fue una decisión equivocada, pues apenas un año después, Hamas ganó las elecciones para gobernar Gaza en el 2006. Y aunque cueste trabajo creerlo, el gobierno de Hamas fue un gobierno electo, simplemente los gazatíes votaron y lo eligieron.

En contraste, los yihadistas del Estado Islámico perpetúan masacres sin límite y sin censura, sin embargo, no hay tanta cobertura. Los secuestros masivos en Nigeria efectuados por la organización Boku Haram no obtuvieron las primeras planas. El mundo árabe arde, hay sangre inocente por todas partes, pero el Estado de Israel parecía ser lo más importante.
Joaquín López Dóriga tituló su nota el día 14 de julio de 2014 “Incontenible la ofensiva de Israel” pero cuando Hamas violó el cese al fuego por quinta ocasión el 1 de agosto simplemente se dijo: “Se interrumpe el cese al fuego en Medio Oriente, ambos lados se culpan mutuamente”, me cuesta trabajo creer que la televisora más importante de nuestro país cometa este tipo de errores comunicativos. Cuando Israel atacaba se enfatizaba, se ponía como el titular de la nota, cuando Hamas atacaba se caía en una ambigüedad muy misteriosa.

Traté de explicarlo lo mejor posible, no hay neutralidad, y esa parcialidad nos debe dejar mucho que pensar. El antisemitismo en Europa es alarmante, pero refiriéndome a nuestro país, la opinión que tienen millones de mexicanos es preocupante, opinión formada por información manipulada. Habrá quien diga que la opinión del mundo no importa, pero una opinión negativa se multiplica y se puede materializar en actos, ya lo hemos visto en el pasado.