A mediados de mayo, recibí un mensaje por WhatsApp que me tomó por sorpresa. Gracias a mi nacionalidad española adquirida a través de mi judeidad, fui invitado a formar parte de la primera selección española de Softbol que competiría en el Campeonato Europeo en Dinamarca.
Este tor-neo también serviría como clasificatorio para el mundial.
Honrado por la invitación, acepté de inmediato y comencé a prepararme para lo que sería el torneo de más alto nivel en el que había participado hasta ese momento (a menos que lográramos clasifi-car al mundial).
Mi odisea de preparación, que ya había comenzado pensando en Argentina 2023, se intensificó rápidamente. Con la ayuda de nuestros entrenadores en el Dépor, Éder Ponce y Jorge Cruz, co-mencé entrenamientos individuales junto con sesiones en el gimnasio, y los habituales entrena-mientos con nuestro equipo de Softbol los martes y jueves.
Dos meses muy intensos a nivel personal, y 15 kilos abajo pero llegó el día. El 19 de julio viajé a Dinamarca vía Londres, llegué al hotel e intenté adaptarme al horario lo más rápido posible.
El sábado 22 tuvimos nuestro primer entrenamiento, conociendo a todos los compañeros y traba-jando en jugadas importantes para estar en sintonía.
El domingo 23 fue el segundo y último entrenamiento, más activo con ejercicios de bateo y “El Mister” observando para tomar sus decisiones.
El lunes 24 llegó el primer partido contra Francia. Para mi sorpresa, estaba en el cuadro inicial, ju-gando en el jardín izquierdo y en la cuarta posición de bateo. Las mariposas en el estómago se sin-tieron como en mi primera Macabiada en Chile en 2002, pero la experiencia salió a flote y logré conectar un buen batazo que el pitcher alcanzó a atrapar. Aunque perdimos 4-1, tuve un buen desempeño con dos hits y una carrera impulsada.
El martes 25 enfrentamos a Holanda, perdimos 11-0 con 3 bases por bola y un ponche. A pesar del marcador, el partido fue reñido y estuvimos 0-0 hasta la quinta entrada, pero errores en el sexto episodio nos afectaron.
Debido al formato del torneo, quedamos fuera de la posibilidad de medalla, pero aún teníamos cuatro juegos más por jugar.
El miércoles 25 enfrentamos a Suecia y ganamos 10-0 en cuatro entradas, con dos turnos al bate, un home run y una base por bola.
El jueves 26 jugamos contra Alemania y ganamos 3-0 en entradas extras, con dos turnos al bate, un sacrificio y un ponche.
El viernes 27 enfrentamos a Eslovaquia y ganamos 7-3. No tuve turnos al bate, entré como cambio defensivo en la última entrada.
El sábado 28 fue el último juego contra Eslovaquia y lo ganamos 2-1. Tuve dos turnos al bate, co-nectando un hit, recibiendo dos bases por bola y produciendo la carrera de la victoria.
Fue una experiencia increíble de Softbol de alto nivel, con lanzamientos entre 72-80 millas por ho-ra. Todo, desde los jugadores, los árbitros, hasta el personal de mantenimiento de los campos, se sentía muy profesional. Sin duda, uno de los mejores torneos internacionales en los que he tenido la suerte de participar.
Terminé el torneo con un promedio de .444, 4 carreras impulsadas, 2 ponches y 5 bases por bola. Una experiencia que atesoraré por siempre.
// Moises Carrillo