La semana anterior, Hassan Nazrah’la, líder del movimiento terrorista libanés Hezbolá, negaba ante los medios, que algún combatiente de su organización estuviera luchando en el Golán sirio, en las cercanías de Israel. Días más tarde, tres vehículos que circulaban a pocos kilómetros de la frontera, fueron destruidos, resultando todos sus ocupantes muertos. En el ataque, fueron ultimados doce combatientes. Seis altos comandantes de la milicia Hezbolá, entre ellos Yihad Mournía, jefe de las unidades especiales de ese movimiento, e hijo de Ymad Mournía, quien fuera comandante en jefe de esa milicia en el pasado. Mournía padre, quien fuera identificado como el cerebro ejecutor del atentado a la AMIA en Argentina, en 1994, fue ultimado por agentes del Mosad en una callejuela de Damasco-Siria, en 2008. Entre los libaneses, se encontraban el vicecomandante de Hezbolá en Siria y cuatro jefes más de esa milicia. Irán, confesó al día siguiente, que entre los viajantes en los vehículos, se encontraba el general Muhamad Ali Aldadi, y cinco oficiales iraníes más.
Aldadi era un alto jerarca de las Guardias Revolucionarias de ese país, destacado en Siria como asesor especial de Al’Asad en la guerra civil que se viene desarrollando allí desde el 2011. Como se ve claramente, ahora en Siria, las manos que operan son las del Hezbolá, mientras que el cerebro es el de Irán. Dos archienemigos de Israel. Los medios libaneses y los de otros países árabes, no tardaron en dar cuenta del incidente, atribuyendo el ataque a Israel. En Jerusalem, se guardó un cerrado hermetismo al respecto. La avalancha de información en los medios y en las redes sociales que señalaban a Tzahal como responsable del hecho, solo logró evacuar una escueta alusión al caso, por parte del ministro de Defensa israelí Moshe Yaalon. Este declaró, que Israel estará siempre atento para frustrar en todo momento y en cualquier lugar toda amenaza que se geste contra su seguridad y la vida de sus ciudadanos. Hasta ahora, ese ha sido el único comentario de parte de una fuente oficial israelí sobre lo acontecido. Algunos medios informaron que un helicóptero de Tzahal, lanzó dos misiles sobre la caravana en una acción que duró menos de un minuto.
Observadores de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) destacados en la frontera, aseguran sin embargo, haber divisado dos pequeños aviones no tripulados que sobrevolaron la zona del incidente. El asombro de sirios e iraníes y de los países árabes, no solo se basa en la impactante acción, sino en la calidad de las fuentes de inteligencia que finalmente, condujeron al preciso lugar del incidente. Según expertos en el tema, el ataque sobrevino luego de un muy celoso y largo seguimiento de los movimientos de los militares libaneses e iraníes ultimados. Esa realidad, rechaza de raíz, la insinuación de algún medio político, quien señaló que el ataque podría estar impulsado por mezquinos intereses políticos, 57 días antes de las elecciones. La casi totalidad de los líderes políticos israelíes, incluyendo a los más férreos enemigos de Netanyahu, no se adhirieron a ese tipo de especulaciones. Ahora, solo queda esperar y ver cómo y cuándo se van a hacer efectivas las prometidas amenazas de venganza, proclamadas por Irán y sus vasallos del Hezbolá. Antes, deberían explicar a sus pueblos y al mundo, qué hacían juntos seis comandantes del Hezbolá y seis oficiales de las Guardias Revolucionarias iraníes en suelo sirio, muy cerca de la frontera israelí. Fuera de recoger un ramo de margaritas en el campo, por supuesto.
La caldera política
En tanto se acerca la fecha de las elecciones proclamadas para el 17 de marzo próximo, el panorama político-partidario va trastocándose día a día al tiempo que va tomando ya forma definitiva. El Likud ha conformado ya su plantilla de candidatos, encabezada por Netanyahu. La lista es casi una repetición de la vigente bancada en la Knéset actual. Solo fueron relegados a lugares no reales algunos elementos de la ultraderecha, aunque otros se cuentan entre los primeros veinte lugares. No hay caras nuevas y las distintas fuerzas internas solo han cambiado entre sí posiciones en la plantilla.
La lista presenta a solo dos mujeres entre los veinte primeros lugares. Quizás lo más vergonzoso de las primarias en el Likud sea que se hayan comprobado serias irregularidades en el conteo de los votos. Hecho este que ha conducido a algunos candidatos a recurrir a la corte de honor del partido o a la vía judicial, a fin de definir allí sus puestos en disputa. Por el contrario, en Avodá, las primarias se desarrollaron en un ambiente festivo y de perfecto orden. Allí se han visto surgir a jóvenes y nuevas caras junto a diputados con experiencia parlamentaria. Más tarde, Hertzog y Livni anunciaron la incorporación de un prestigioso profesor de Economía de renombre internacional, candidato a ser ministro de Economía, si la lista gana las elecciones.
Han sido electas cuatro mujeres en los primeros diez lugares y ocho de un total de veinte. Representación proporcional de géneros, realmente inusitada en la política israelí. La unión entre Avodá y Hatnuá de Tzipi Livni, ha decidido adoptar el nombre de “Frente Sionista” para las próximas elecciones. Dos partidos más que se disputan entre sí las preferencias de los votantes de centro o de los llamados votos “flotantes”, son Yesh Atid liderado por Yair Lapid y el nuevo partido “Todos”, encabezado por Moshe Kahlón. Ambos están hasta ahora, empatados en las encuestas. Israel Beitenu de Avigdor Liberman por su parte, está viendo disminuir su caudal de preferencias, sobre todo por la investigación policial abierta en contra de algunos de sus líderes sospechosos de actos de corrupción. En ninguno de estos tres partidos, se han realizado elecciones primarias. Por el contrario, la conformación de la plantilla ha sido prerrogativa exclusiva de sus líderes.
El partido nacional-religioso, Habait Haihudí que presume de haber integrado a sus filas a nuevos simpatizantes derechistas laicos, ha electo una plantilla donde casi todos son nacional-religiosos y ortodoxos. Solo una mujer laica, “adorna” el tercer lugar de la misma. El partido Meretz, ha elegido también a sus candidatos en primarias, pero de ellas no han surgido caras nuevas en su lista. Los tres partidos árabes al parecer, conformarán una lista unificada que posiblemente integre también al partido comunista Jadash. Una de las fracciones en las que se ha dividido el partido ortodoxo sefardí Shas, liderado por Arieh Dery, está viendo decrecer su potencial electoral. La otra, se ve incapaz por el momento de traspasar la barrera mínima de votos, establecida para llegar a la Knéset. La rotunda negativa de todos los partidos ortodoxos de permitir a mujeres integrar sus listas, ha originado una reacción inesperada.
Ante tan absurda y antidemocrática situación, un grupo de mujeres ortodoxas bajo el lema, “si no somos aptas para ser electas, tampoco lo seremos para votar”, está conformando ahora un partido para presentarse por separado en las elecciones. Hecho que constituye sin duda, una verdadera sensación en el panorama político israelí y a la vez, una mecha explosiva al interior de las comunidades ortodoxas. Tal y como se presenta el panorama en el espectro político, la tan fragmentada sociedad israelí, compuesta por tantos y diferentes grupos confesionales, étnicos, culturales o ideológicos, demuestra dar lugar para que todos los sectores participen de la vida política. Claro que se corre el riesgo de que esa gran fiesta democrática se convierta en una verdadera orgía partidaria, que no permita el establecimiento de un gobierno que pueda mantener una sólida y razonable estabilidad. En tanto, en las muchas encuestas de intención de voto que pueden reflejar la voluntad de la ciudadanía en un momento dado, el Frente Sionista de Avodá y Hatnuá sobrepasa al Likud con una mínima diferencia. Una vez constituidas las listas partidarias y con la apertura de la campaña electoral se hará imperativo que cada partido exponga claramente sus tesis ideológicas, sus posiciones y alternativas políticas en distintos campos.
Ello en cuanto al posicionamiento de Israel en el ámbito internacional, a las relaciones con la administración estadounidense o con la Comunidad Europea. Pero y en especial, en relación al conflicto con los palestinos. Otro tema ineludible será sin duda, el socioeconómico. Dado que miles de familias que aún integrando el mercado laboral se hallan sumidas en una situación de pobreza vergonzante. Las opciones reales para constituir el nuevo gobierno no estarán basadas por supuesto, en un solo partido. A menos que alguno de ellos obtenga por lo menos un tercio del total de las 120 bancas a elección. Logro que hoy se considera una misión imposible para cualquiera de los partidos contrincantes. Por lo tanto, solo la suma de los partidos que conformen uno de los dos grandes bloques, hará posible la constitución de un nuevo gobierno de orientación política definida. El bloque de derecha nacional y religioso encabezado por el Likud, o el bloque de centro-izquierda liberal liderado por el Frente Sionista. Los ciudadanos naturalmente, tendrán la última palabra al respecto.
Un tema explosivo
La decisión del doctor David Guiló, responsable del Departamento que regula las normas antimonopólicas del ministerio de Hacienda, ha declarado ilegales los acuerdos firmados hace solo tres años, entre el estado y las empresas explotadoras de gas. Ello ha causado no solo sorpresa, sino una verdadera conmoción en el país. Como se sabe, los yacimientos de gas natural y las reservas en ellos acumuladas, han cambiado en un muy corto periodo la realidad energética y económica del país. Hasta principios del siglo 21, muy pocos sospechaban que en las profundidades de la plataforma submarina del Mediterráneo se encontrarían yacimientos capaces de brindar a Israel una autonomía casi total en cuanto a sus fuentes energéticas. Desde su nacimiento, el país estuvo supeditado y pendiente del suministro de energéticos de todo tipo, provenientes del exterior. Con todo lo que ello significa para un país que ha sufrido constantes amenazas y frecuentes confrontaciones bélicas, embargos y amagos de sanciones políticas. Desde 1982 y en base a los acuerdos de paz firmados con Egipto, Israel adquirió petróleo y luego gas de ese país, hasta el colapso del año 2011.
Los repentinos cambios políticos acaecidos en Egipto entonces y la acción de grupos islamistas que dinamitaron 17 veces el gasoducto en Sinaí, colocaron a Israel en una situación energética harto difícil. El descubrimiento de los yacimientos de gas que según apreciaciones de expertos, acumulan hasta 900 mil millones de metros cúbicos de ese combustible, han cambiado por completo el panorama. Cinco pozos de gran profundidad, tienen comprobadas reservas para proveer a Israel de gas, para los cien años venideros. La empresa israelí Délek, junto al consorcio estadounidense Nobel Energy y otras empresas subsidiarias asociadas, son las que han invertido en las perforaciones, la construcción de plataformas de extracción y en el gasoducto que conduce el fluido hacia la costa israelí.
Hace solo tres años y luego de una larga y ardua negociación que también involucrara a toda la opinión pública, se firmaron finalmente los contratos de explotación, se estipularon las condiciones de compra-venta y las cuotas de exportación permitidas. Las empresas explotadoras se comprometieron a pagar altas regalías por la extracción de un recurso que es de propiedad nacional, amén de los impuestos que se devenguen por las ventas del producto, tanto al mercado nacional como al extranjero. Aunque el gas israelí solo representa un 0.5 por ciento del total de las reservas mundiales comprobadas para el país, es hasta ahora el único recurso natural de valor real que posee. Y que por sobre todas las cosas, le asegura una autonomía absoluta de abastecimiento. Ahora en una nueva revisión de los contratos, el doctor Guiló, ha manifestado que los mismos, convierten a las empresas explotadoras en un monopolio absoluto que contradice las leyes del país al respecto. Una de las posibles vías de solución que se entrevén, sería que se vendan a terceros uno o más de los yacimientos.
Otra sería que el estado se haga con una parte sustancial del paquete accionario, convirtiéndose así, en socio de las empresas explotadoras. De ese modo también, se aseguraría un control del precio sobre el producto. Los medios le han dado una amplia difusión al asunto, originando una renovada discusión de orden público. Así como se ha valorado mucho la medida tomada por Guiló, a la vez que se ha criticado la falta de confiabilidad en el estado, en cuanto al respeto y apego a compromisos contraídos con el sector privado. La medida precautoria incluso, ha originado la discreta intervención de la administración estadounidense en cuanto a la trasgresión de derechos adquiridos por las compañías de esa nacionalidad. Cabe destacar, que en tanto se han firmado contratos de venta al exterior, así como cartas de intención con Jordania y Egipto para la venta de gas israelí, al momento ambos países han decidido congelarlas hasta tanto no aclare el panorama y se tome una decisión consensuada y definitiva al respecto.
Alto en el espacio
Los medios especializados han anunciado últimamente que la Agencia Espacial Israelí, se apresta en el futuro cercano a lanzar al espacio desde Guinea el satélite “Venus” de fabricación franco-israelí. Junto a él se lanzarán tres nano-satélites del tamaño de una caja de zapatos. Proyecto de avanzada de la industria espacial israelí, que representa una verdadera revolución tecnológica tanto en el ámbito de la investigación académica, como en el de la industria espacial, de la que participan solo algunos pocos países del mundo. Se trata de tres diminutos satélites, únicos en su tipo hasta ahora en el mundo, que navegarán en el espacio como una flota conectada entre sí, la cual sería autónoma, aunque también podría recibir órdenes desde tierra. Los diminutos satélites y sus componentes de nano-tecnología interior, podrían realizar tareas de rastreo, ubicación y rescate, con una precisión absoluta. Por ejemplo, como en el caso de los aviones extraviados en pleno vuelo, ocurridos últimamente.
El proyecto es producto de la cooperación de varias empresas israelíes que trabajan mancomunadas con la Agencia Espacial Nacional, tales como Rafael, la Industria Aeronáutica y Elbit Systems. La que a su vez está desarrollando un proyecto similar propio. Según el proyecto, los diminutos satélites, navegarán durante un año a una distancia de 250 kilómetros entre sí. Serán totalmente autónomos en su navegación, como así en las funciones que desarrolle cada uno de ellos, estando intercomunicados entre sí. El mercado espacial mundial actual, posee un valor de unos 150 mil millones de dólares. Israel, según las fuentes, pretende hacerse de un 5 por ciento del mismo a corto plazo. Solo habrá que elevar la mirada hacia el infinito y extender las manos para lograrlo.