Este jueves, cuando se cumplan 524 años del último plazo para que los judíos abandonaran forzosamente la actual isla italiana de Sicilia, expulsados por los Reyes Católicos Fernando de Aragón e Isabel de Castilla durante la Inquisición española, el arzobispo de Palermo, Corrado Lorefice, le devolverá oficialmente a la pequeña, pero renaciente comunidad local una propiedad del monasterio San Nicolás Tolentino, construido sobre las ruinas de la Gran Sinagoga de esta ciudad, y allí se inaugurará un nuevo centro religioso, de estudios y museo.
“Estoy agradecido con él por tener la visión y el coraje de hacer un gran gesto de reconciliación con el pueblo judío; es un milagro que después de más de 500 años todavía haya gente en Sicilia que se aferre orgullosamente a sus raíces judías y eso es testimonio del hecho que ni la expulsión ni la Inquisición fueron capaces de extinguir la eterna chispa judía en sus corazones”, destacó Michael Freund, fundador y presidente de la organización jerosolimitana sin fines de lucro Shavei Israel, impulsora de la iniciativa junto con su Instituto Siciliano de Estudios Hebreos, que representa a los sesenta o setenta judíos locales y está liderado por el rabino Pinhas Punturello.
“Es con gran alegría que hemos respondido a esta petición y la ubicación de la nueva sinagoga hace que este momento histórico sea aún más emocionante; esta transferencia es producto de una genuina amistad y diálogo continuo entre la Iglesia y la comunidad judía de Palermo”, celebró el arzobispo.
Fuente: www.itongadol.com.ar