CONTINUACIÓN DISTANCIA DE RESCATE

Título: CONTINUACIÓN DISTANCIA DE RESCATE
Categoría: Preparatoria / Cuento 
Pseudónimo: Ever

“Mi marido enciende el motor, baja la lomada y toma el camino de

ripio. Siente que ya perdió demasiado tiempo. No se detiene en el pueblo.

No mira hacia atrás. No ve los campos de soja, los riachuelos entretejiendo

las tierras secas, los kilómetros de campo abierto sin ganado, las villas y las

fábricas, llegando a la ciudad. No repara en que el viaje de vuelta se ha ido

haciendo más y más lento. Que hay demasiados coches, coches y más

coches cubriendo cada nervadura de asfalto. Y que el tránsito está

estancado, paralizado desde hace horas, humeando efervescente. No ve lo

importante: el hilo finalmente suelto, como una mecha encendida en algún

lugar; la plaga inmóvil a punto de irritarse”. (Schweblin, S. 2015).

Después de largas horas de carretera por fin mi marido llegó, entró a la casa y encontró todo silencioso y ordenado.

-Nina- llama mi marido.

-Nina- llama otra vez, al irse acercando al cuarto

Al ver que no contesta, decide ir a su cuarto a ver qué es lo que hace mi hija.

Al entrar al cuarto descubre a Nina jugando con dos patos muertos.

-Niña ¿qué haces?- le pregunta alarmado mi marido a Nina.

-Jugando con los patos que me regaló David- dice Nina.

-¿David?¿David el hijo de Omar?- pregunta mi marido.

-Si papi, es mi mejor amigo, ve: ¡hasta tenemos las mismas manchas!- Nina le muestra las manchas que le salieron después de la migración.

-Niña ¿cómo te salieron esas manchas? -Mi marido está muy confundido en este momento y nada parece cuadrarle.

Nina, es hora de que tu papá sepa la verdad.

-Papi.. te tengo que contar algo, pero por favor no te enojes- mi marido asiente- Cuando estábamos en el campo mamá y yo nos intoxicamos, mamá murió, Carla me salvó, me llevó a la casa verde.

-¿Qué casa verde?- pregunta mi marido alarmado.

-Una casa que había en el campo, estaba muriendo y no había otra opción.

-Nina no estoy entendiendo- dice.

-Me hicieron una migración.

-¿Qué es una migración?

-Una parte de mi alma la pusieron en el cuerpo de David, estoy conectada a él- menciona Nina.

Mi marido está tratando de asimilar toda la información que acaba de recibir y por un momento le cree, pero después piensa que seguramente es algo inventado de Nina para llamar la atención ya que dice que me extraña.

Yo sé que esto es verdad, yo estuve ahí pero no hay como hacer que mi marido crea que esto es verdad, tendremos que dejarlo a su decisión si creer o no. Igual entre menos sepa, más tranquilo va a estar.

-Cariño, todo va a estar bien, sé que extrañas a tu mamá, pero lo vamos a superar tú y yo juntos.

-No, pero pap..

-Todo va a estar bien- Mi marido abraza a Nina y le dice que ya vaya a dormir que ya es tarde.

-Hasta mañana, papi.

-Buenas noches, cariño.

Eran las 8:00 y mi marido estaba sentado en la mesa tomando una taza de café caliente, pensando en todo lo que le dijo Nina la noche anterior, habían sucedido cosas muy extrañas, de un día para otro su esposa murió y nunca se enteró bien cuál fue el porqué. Piensa si ir a buscar a Carla sería mala idea, su decisión fue no ir, pero pasaron las semanas y seguía viendo comportamientos muy extraños en Nina, había días que no hablaba, días en los que tenía comportamientos muy agresivos, pero aun así decidió no ir con Carla y dejar todo atrás.

Esa mañana Nina había salido al jardín de su casa en el que había un columpio y Nina estaba montada en él, meciéndose lento y con la cabeza agachada y brazos caídos cuando mi marido sale y la ve.

-Nina, no juegues conmigo así, ¿qué te pasa? – dijo mi marido preocupado.

Nina no contesta…Mi marido se acerca y ve a Nina con los ojos cerrados y la boca llena de espuma.

-¡Hija!… ¡Hija, reacciona! ¡Contéstame! – agarra a Nina en sus brazos moviendo la cara para que reaccionara pero al ver que no reacciona, con angustia e incertidumbre la lleva al doctor más cercano.

-¡Que alguien me ayude, por favor!- dijo mi marido apenas llegaron al doctor.

-Deme a la niña, por favor. Le vamos a hacer unos estudios. – Dice el doctor, mientras agarra a mi hija para llevarla a un lugar a revisar.

Mi marido, con preocupación en sus ojos, se sienta esperar a que llegue el doctor a darle respuestas.

– ¿Disculpe, usted es el padre de Nina? – Le pregunta el doctor a mi marido.

-Sí… sí, ese soy yo, ¿está todo bien? – Dice mi esposo alterado.

-Todo está bien, Nina está bien. ¿Quiere pasar a verla?

-Por favor, ¡muchas gracias! – Mi marido se encamina hacia el cuarto donde está Nina.

Abre el cuarto y ahí la ve sentada en el borde de la camilla, el cuarto es blanco y tiene algunos dibujos de colores por las paredes, tiene una gran ventana con una vista a la calle.

Mi marido se acerca.

-Nina, cariño ¿cómo te sientes?

¿Nina? No señor, yo soy David.

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