“El Gato que canta”

Título: “El Gato que canta”
Categoría: Infantil B / Cuento
Pseudónimo: Chuchu

Hola, ¡soy Yo!, el gato que canta, pero no siempre puedo cantar, les voy a contar mi historia:

Cuando yo era pequeño vivía en la calle, siempre tenía mucho miedo, la gente veía cómo buscaba mi comida en el bote de la basura y muchas veces se reía de mí, me dormía en una caja de cartón y siempre tenía mucho frío.

Un día, un señor que se llama Poncho me vio en mi cajita y se acercó a mí, yo tenía miedo y lo rasguñé, pero él, con mucha paciencia, me acarició y me dijo que no me asustara, que no me iba a hacer nada malo, me cargó y me llevó con él.

Al llegar a su casa ví muchas guitarras, al principio no entendí qué eran así que no me acercaba a ellas. Pero un día Poncho agarró una y empezó a tocar. El sonido me sorprendió mucho, el ruido, pensé que algo malo pasaba, pero cuando Poncho siguió tocando y empezó a cantar me dí cuenta de que era música. ¡Nunca había oído algo tan bonito! Me gustaba mucho sentarme junto a él, escucharlo cantar y tocar.

Un día se me antojo cantar con él, y me dí cuenta de que cantaba bonito, a Poncho también le gustaba mucho, así que invitaba a sus amigos para que nos escucharan juntos. 

Como disfrutaba tanto cantar decidí ir a buscar una oportunidad y trabajar en algún lugar donde me dejaran hacerlo, pero nadie me quería dejar trabajar porque sólo era un gato, decían que los gatos debían maullar, no cantar Eso me puso muy triste y pensé que a lo mejor tenía que abandonar mi sueño.

Decidí no buscar más trabajo, pero quería disfrutar de lo que tanto me gustaba, así que un día me fui por las calles a cantar. La gente, al ver que un gato iba a cantar, comenzó a reírse, y yo salí corriendo con mucho miedo.

Volví a casa y Poncho me dijo que lo intentara de nuevo: que esta vez él me acompañaría, que necesitaba confiar en mí mismo, que sí sabía que era bueno los demás podrían ver lo bueno que era.

Tuve valor y confianza en mí mismo, comencé a cantar junto a Poncho en un parque, la gente comenzó a escucharme y vieron lo bueno que era, me grababan para compartirlo en Internet, y ahí fue cuando me di cuenta de que tener confianza en mí y perseguir mis sueños era lo más importante.

Me hice muy conocido en poco tiempo y fue así como el grupo más famoso, el que se escuchaba en todas partes, me invitó a cantar con ellos. Sin embargo, había un problema: el grupo vivía en París y yo estaba en México, no era tan fácil para mí dejar a Poncho porque era mi familia y mi compañero, él me había impulsado para hacerme famoso, éramos un equipo, él me acompañaba, me apoyaba, me animaba, me daba ideas y me hacía sentir seguro, él tenía que acompañarme porque sin él no me iba a ir. Así que le conté todo y ¡aceptó acompañarme! Me dijo lo que yo ya sabía: éramos un equipo y siempre nos íbamos a apoyar. Él decidió dejar su antigua vida atrás y nos fuimos a París.

Es así como ahora hago lo que más me gusta, con la persona que más quiero, en un lugar increíble. Poncho y yo pudimos cumplir nuestros sueños y ahora soy el gato más feliz del mundo.