Actualmente, entre muchos jóvenes cuenta la leyenda que hace muchos
años había un señor, loco creativo, apasionado, que le dio vida a este movimiento, su nombre era Carlos Halpert. En lo personal, no tuve la fortuna de conocer a Carlos, pero sí lo conocí después de que partió, y estoy seguro que él en estos momentos está orgulloso del legado que dejó tras su muerte, nunca nadie se imaginó lo que iba a florecer de esta semilla que plantó. El movimiento de Danza judía en México hoy en día es, y seguirá siendo parte de este florecimiento, ya que todos los que estamos involucrados día a día somos parte de esta pequeña gran semilla.
30 años se dice fácil, pero han pasado muchas y grandes cosas, cambios, acontecimientos históricos y, por supuesto, mucha danza. El día de hoy, tengo la dicha de dirigir el Festival que alguna vez él dirigió, el cual hoy lleva su nombre, bailé coreografías que él diseñó, y hoy menciono su nombre en cada noche de Festival, escribo su nombre en cada documento que redacto, es por eso que me atrevo a decir que conocí a la leyenda. Estamos dedicados y decididos a mantener esta leyenda viva por ti, por nosotros y por las generaciones venideras.
Lo único que me gustaría decirle en estos momentos, 30 años después de su partida es: ¡Carlos seguimos bailando y tu movimiento sigue vivo!
