//Nimrod Tidhar
Hace varios meses, todo el Estado de Israel se emocionó enormemente al saber que grande y fuerte selección de fútbol argentina (y el fenomenal Messi) vendría a jugar un partido amistoso contra Israel, como parte del programa de preparación para la Copa del Mundo en Rusia, que comenzó el jueves pasado.Había una gran emoción y felicidad entre los fanáticos de los deportes israelíes. Desde el momento en que comenzó la venta de las entradas en Internet, no pasaron más de dos horas para terminar con decenas de miles de boletos, así como los derechos de televisión y los patrocinios.
Pero en Israel, como es costumbre, cuando algo adquiere un significado nacional tan grande, siempre hay quienes buscan sacar provecho personal de él. En este caso por supuesto que fueron los políticos aquellos que quisieron hacerlo.
El juego fue encargado, organizado y publicado por una producción privada israelí llamada Comtek, que vio el potencial económico inherente a dicho juego. La misma productora determinó con la Asociación Argentina que el juego se llevara a cabo en el estadio Sami Ofer de Haifa, considerado el estadio más avanzado de Europa. Es importante tener en cuenta que la productora ha intentado durante dos años celebrar un partido amistoso entre los dos equipos.
Después de ver el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y la ministra de Cultura y Deporte, Miri Regev, que podrían sacar provecho político en este juego, insistieron en mover el juego de Haifa a Jerusalem. Incluso el Primer Ministro Benjamin Netanyahu habló con el presidente de Argentina, Mauricio Macri, y le pidió que fuera al juego como su invitado de honor. El Gobierno israelí también acordó pagar decenas de millones de shekels para transferir el juego de Haifa a Jerusalem. Con todo lo que esto implica, el Presidente de Argentina aceptó la propuesta, pero es aquí donde la telenovela solamente comienza.
Me adelanto a decir que en esta telenovela, Israel ha recibido uno de los golpes más duros en sus relaciones exteriores relacionadas con el conflicto israelí-palestino.
Desde el principio, cuando se publicó el juego entre Israel y Argentina, hubo muchas voces propalestinas que llamaron a los argentinos a boicotear el juego, las cuales sonaron aún más fuertes después de que se acordó que el juego se movería a Jerusalem.
Yo como israelí sionista me encuentro en un dilema.
Es cierto que Jerusalem es la capital eterna de Israel y el pueblo judío, que nosotros como israelíes lo consideramos un hecho incuestionable, pero también sé cuán delicada es la situación en relación a esto, sobre todo en el último año. ¿Era entonces correcto transferir el juego de Haifa a Jerusalem? ¿Era correcto involucrar un tema político tan sensible con un juego de amistad sin importancia?
Esta semana se publicó que la selección de Argentina que ha estado entrenando durante el mes de marzo para el Mundial y para el partido contra la selección israelí, sufrió una gran cantidad de manifestaciones y protestas dirigidas por propalestinos. Publicaron fotos y videos llevando camisas del equipo de Argentina llenas de sangre, culpándolos de estar jugando contra asesinos de bebés y ocupantes de tierras, se enviaron mensajes a todos los jugadores amenazando sus vidas y las de sus familias.
Aquel que trabajó a toda máquina para cancelar el juego es el responsable de la Asociación Palestina de Fútbol, Jibril Rajoub, él se dio a la tarea de lograrlo y es quien recoge los frutos ahora, la Autoridad Palestina está celebrando ahora diciendo que le han sacado a Israel una tarjeta roja. También se ha dicho que varios países propalestinos, como Qatar e Irán, presionaron la cancelación del juego, pero lo que finalmente lo decidió fue la presión agresiva y violenta contra los jugadores y sus familias.
En el discurso de Miri Regev, después de la cancelación del juego, acusa a las organizaciones terroristas y a la organización del BDS, pero el presidente de Argentina afirmó que el motivo de la cancelación fue su transferencia de Haifa a Jerusalem, ustedes decidan a quién creer. Después de la cancelación final del juego, muchas acusaciones se hicieron en Israel y salieron a la luz muchas cosas sucias al respecto.
Estas acusaciones fueron contra el Primer Ministro y la ministra de Cultura y Deportes, Miri Regev, otras acusaciones fueron en contra de la Autoridad Palestina. Lo que es seguro es que la cancelación del juego causó una gran tristeza a muchos niños que soñaron y esperaron ver a Messi en persona jugando fútbol contra el equipo nacional de Israel, la pérdida fue completamente nuestra. Los políticos hubieran hecho bien en dejar Jerusalem a un lado por un momento, y dejar a la selección jugar un partido de fútbol limpio, sin interferencias y sin ningún interés. Es por eso que tenemos un balón de fútbol, ¿no? Es muy importante dejar las canchas de fútbol libres de intereses políticos, aunque es evidente para todos que es casi imposible.
Israel ha conocido innumerables actos de intimidación y boicots, el más famoso de los cuales es el cantante de Pink Floyd, Roger Waters, que se niega a aparecer en territorio israelí, así como la cantante Natalia Oreiro; pero la cancelación del juego es un precedente extremadamente peligroso en este momento, varias horas después de la cancelación del juego comenzaron también voces de boicot para el concurso de música Eurovisión, que es el año que viene en Jerusalem (gracias a que Netta fue la ganadora hace algunas semanas atrás), los directores de la competencia piden que se lleve a cabo en el lugar que no sea divisorio. Es muy triste, pues la expectación que se vive en Israel por este evento es muy grande.
Y volviendo al fútbol, vemos que Israel se encuentra en un gran dilema nuevamente, hay quienes aún creen que el partido debió haber sido en Jerusalem, capital del Estado de Israel, y otros que exigen al Gobierno no meter a la política en lo que a cultura y deportes se refiere, pues afirman que si el partido se hubiera llevado a cabo en Haifa, la selección argentina no habría cancelado. Obviamente no podemos saber qué habría ocurrido.
Ha pasado una semana desde la cancelación del partido y ya no es el tema más sonado en Israel, hay nuevos encabezados en las noticias, está Trump y Korea del Sur, el Mundial en puerta, volcanes despertando en distintos países… Pero esta historia queda como otro incidente que profundiza el conflicto entre Israel y los palestinos.
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