Presidenta KKL

la Presidenta de KKL visita el CDI

Hay visitas que se planean y visitas que se sienten. El pasado domingo, el Centro Deportivo Israelita vivió un momento que quedará grabado con tinta dorada en la memoria colectiva de nuestra Institución. En el marco de la celebración por los 75 años del CDI y la realización del 51 Festival Aviv Carlos Halpert de Danza Judía, el Consejo Directivo recibió a la Presidenta Mundial del Keren Kayemet LeIsrael, Ifat Ovadia-Luski, una de las figuras más relevantes del movimiento sionista contemporáneo, cuya presencia en la Casa de Todos representó mucho más que una visita oficial: fue un gesto cargado de historia, reconocimiento mutuo y profundo simbolismo.

La jornada comenzó durante la tarde, cuando la Presidenta Mundial del KKL arribó a las instalaciones del CDI en donde la esperaban la excelentísima Embajadora del Estado de Israel en México, Einat Kranz Neiger, quien ha sido una aliada constante y comprometida con las iniciativas de nuestra Comunidad, así como una comitiva del Consejo Directivo y Comité Ejecutivo del CDI, encabezados por sus Presidentes, respectivamente, el Lic. Sión Mercado y el Ing. Gabriel Shannon. Desde el primer momento, se percibió un ambiente cálido y lleno de significado: no se trataba solo de abrir las puertas del Deportivo, sino de abrir también las páginas de una historia compartida que vincula a generaciones enteras con los ideales de sionismo, continuidad y pertenencia.

El breve recorrido por las instalaciones fue un repaso simbólico por los logros de estos 75 años. La Presidenta del KKL pudo observar de cerca las áreas deportivas, culturales y recreativas que dan vida al CDI día a día, así como los espacios emblemáticos donde cientos de Socios del CDI han crecido, se han formado y han construido vínculos inquebrantables entre sí y con Israel. Más allá de la infraestructura, lo que capturó su atención fue el “dinamismo de un lugar donde la identidad judía no se estudia ni se teoriza, sino que se vive con orgullo, alegría y compromiso”, como lo declaró durante la reunión.

Uno de los momentos más emotivos de la visita fue la firma del Libro de Oro del CDI, una ceremonia breve pero profundamente significativa. Este libro —reservado para las personalidades más destacadas que han visitado y dejado huella en la historia del Dépor— guarda los nombres de líderes comunitarios, figuras públicas de gran embergadura y referentes del Pueblo Judío en México y el mundo. Al estampar su firma, la Presidenta del KKL quedó inscrita como parte activa de esta historia. Fue un instante de reconocimiento recíproco: del CDI hacia una institución que ha sido pieza clave en la construcción del Estado de Israel, y del KKL hacia una Institución que ha sabido ser ejemplo de compromiso, continuidad y unidad judía en la Diáspora.

La visita culminó con la asistencia de toda la comitiva al Festival Aviv, una de las celebraciones más entrañables del calendario comunitario. Como cada año, el Aviv fue mucho más que una presentación artística: fue una manifestación vibrante de identidad, una plataforma donde las nuevas generaciones expresaron su amor por la cultura judía e israelí a través del arte, la música y la danza. Desde su butaca, la Presidenta del KKL no solo vio un espectáculo, sino que presenció cómo cientos de jóvenes transmitían con cada movimiento el legado de sus abuelos, el amor por Israel, la fuerza de nuestra historia y la esperanza de nuestro futuro.

Este encuentro no fue un acto aislado, fue un puente, un recordatorio de que los vínculos entre Israel y la Diáspora deben seguir fortaleciéndose con actos concretos, con encuentros significativos y con una visión común que nos impulse a seguir sembrando juntos. El KKL, que desde su fundación ha sido símbolo del arraigo del Pueblo Judío a su tierra, encontró en el CDI un centro comunitario que ha sembrado, durante 75 años, identidad, tradición y futuro, porque el Dépor no es un espacio físico: es un territorio emocional, una plataforma de construcción colectiva, un corazón que late al ritmo de Israel, aun a miles de kilómetros de distancia.

La visita de la Presidenta Mundial del KKL fue, en muchos sentidos, un reconocimiento al trabajo silencioso pero constante que esta Comunidad ha realizado durante décadas. Fue también un recordatorio de que el sionismo no es una idea del pasado, sino una tarea del presente, y fue, por último, una invitación a seguir soñando y construyendo juntos, como Institución, como Comunidad, como Pueblo y como parte indivisible de la historia de Israel.

En definitiva, cuando instituciones como el KKL y el Dépor se encuentran, no sólo celebramos lo que hemos hecho: reafirmamos lo que aún nos queda por hacer. Si algo quedó claro este domingo, es que el futuro del Pueblo Judío sigue tan vivo como los bailes que se presentaron en el Aviv, tan fuerte como el aplauso que celebró la unidad, y tan esperanzador como el lazo inquebrantable entre Israel y el Centro Deportivo Israelita, que nunca ha dejado de mirar hacia su origen, ni de soñar con su destino.