Título: La Súper contra Hiena Malvada
Categoría: Infantil A / Cuento
Pseudónimo: Alexia
Había una vez, en un lugar muy bonito llamado París, cuatro superhéroes muy especiales. Sus nombres eran Súper Avir, Súper Koag, Súper Esh y Súper Maim, pero los niños los llamaban con cariño “Los Súper”. Ellos siempre cuidaban a los niños de una villana muy malvada llamada Hiena Nocturna. La Hiena Nocturna era terrible, porque por las noches entraba en las casas de los niños y les hacía travesuras: les hacía cosquillas hasta despertarlos, les gritaba tan fuerte que los niños lloraban, o rompía sus juguetes y hacía que pareciera que los niños eran los culpables. ¡Qué malvada!
Los niños de París no podían dormir tranquilos, siempre con miedo de que la Hiena Nocturna apareciera en sus cuartos. Un día, los niños se reunieron y le pidieron a Los Súper que los protegieran de la Hiena Nocturna para que pudieran descansar en paz. Los Súper prometieron cuidarlos todas las noches, y pensaron en un gran plan para atrapar a la Hiena Nocturna y que nunca más molestara a los niños.
Cada noche, Los Súper salían a las calles de París a cuidar a todos. Estaban muy atentos, volando por la ciudad, mirando cada rincón, y haciendo todo lo posible para que la Hiena Nocturna no pudiera asustar a nadie más. Pero la Hiena Nocturna era muy rápida y escurridiza. A veces se escondía en las sombras y Los Súper no la veían, entonces seguía haciendo sus travesuras.
Los Súper se empezaron a cansar porque cada noche corrían de un lado a otro sin parar. Una noche, cuando estaban muy agotados, se olvidaron de vigilar una de las fronteras de la ciudad. ¡Oh no! Hiena Nocturna vio la oportunidad y se escapó de París. Decidió viajar muy lejos, hasta un lugar llamado Israel, donde también había niños a los que podía asustar. Allí empezó a hacer lo mismo: les hacía cosquillas, rompía sus juguetes y gritaba para asustarlos.
Los Súper se dieron cuenta de que la Hiena Nocturna había escapado, y sabían que tenían que detenerla antes de que siguiera asustando a más niños. Así que se prepararon y volaron hasta Israel.
En Israel, Los Súper hicieron un nuevo plan. Sabían que Hiena Nocturna adoraba despertar a los niños haciéndoles cosquillas, así que decidieron ponerle una trampa. Decidieron usar el cuarto de un niño que estaba de vacaciones y colocaron muchos juguetes rotos y almohadas suaves. En la noche cuando Hiena Nocturna empezó a acercarse para hacer sus travesuras, Súper Koag lanzó una cuerda mágica muy rápida que atrapó a Hiena Nocturna por las patas y la amarró con mucha fuerza.
Mientras la Hiena intentaba escapar, Súper Avil lanzó un aire muy frío que la paralizó por completo. La Hiena Nocturna empezó a reírse y a tratar de escapar, pero Súper Esh y Súper Maim la envolvieron en una alfombra mágica que no dejaba pasar ningún ruido ni luz. Ahora, Hiena Nocturna no podía ni hacer cosquillas ni gritar ni romper juguetes.
Una vez más Los Súper lograron atrapar a Hiena Nocturna, y la llevaron muy lejos, a un lugar tan lejano que no podría molestar a nadie más. Los niños de París y de Israel agradecieron a Los Súper por salvarlos. Desde entonces volvieron a dormir tranquilos, sin miedo y felices, sabían que Los Súper siempre los cuidaban.
Colorín colorado, ¡este cuento se ha acabado!