Las alternativas para los sobrevivientes de los Campos de Concentración y de Trabajo, y de los pocos que quedaron en los Campos de Exterminio, a la liberación de estos lugares por las tropas soviéticas y por los estadounidenses en los meses de marzo a mayo de 1945, no eran muchas. Ante todo, el problema era su poca capacidad física en la que se encontraban por las atroces condiciones a las que estuvieron sometidos durante su encierro. Ahora, ya en campos de personas desplazadas, DP Camps, organizados por las tropas liberadoras, volvieron poco a poco a la vida. Los que ya no aguantaron, murieron liberados.

Los que tuvieron la suerte de encontrarse en una zona de ocupación estadounidense, tuvieron inmediatamente cuidados médicos y acceso a una dieta especial concebida por médicos estadounidenses. Los otros estuvieron al cuidado de soldados liberadores quienes ordenaron a enfermeras y doctores alemanes atender a los sobrevivientes.

Las condiciones de vida de estos campos de rehabilitación eran muy difíciles, aunque los que cuidaban a los sobrevivientes tuvieron todos los cuidados para ellos.

La tristeza invadía a los sobrevivientes, al descubrir que ya no tenían a nadie de sus familiares. Todos habían sido ejecutados.

La decisión de ¿a dónde ir? era retórica. Muchos ya no querían seguir viviendo, no sabían a qué lugar ir. Estaba descontado para la gran mayoría regresar a sus lugares de origen después de que fueron vituperados, otros totalmente ignorados por sus vecinos, o delatados por ellos. Así es que esta solución estaba descartada.

Poco a poco, con la llegada de voluntarios a Palestina, miembros de la Brigada Judía que fue a Europa para luchar al lado de tropas inglesas en Italia y de organizadores sionistas, quienes fueron al encuentro de los sobrevivientes liberados. Quedó claro que los Campos de DP no ofrecían una solución práctica para ellos, y al mismo tiempo una protección para futuros problemas. La emigración a Palestina era la solución política, pero al mismo tiempo la solución realista más práctica.

Todos los que ayudaron a solucionar los problemas de los pocos sobrevivientes, estuvieron de acuerdo que era necesario hacer una resolución política con exigir el transporte de los sobrevivientes a Palestina.

Hubo posibilidades para los heridos, física y mentalmente, de pasar algunos meses en sanatorios alemanes, austriacos e inclusive un ofrecimiento del gobierno sueco para que sobrevivientes en estas condiciones pudieran pasar algunos meses o el tiempo necesario para rehabilitarse en el reino sueco. Algunos se acogieron a estas facilidades, otros querían salir de Alemania, de Austria, a como diera lugar y lo más rápidamente posible.

En un conteo rápido realizado por el Comité JOINT, estadounidense el número de sobrevivientes de los Campos de Trabajo, de Concentración y de Exterminio en Polonia y en Alemania, era de aproximadamente 300,000 personas. Este número incluía los que tuvieron que emprender las Marchas de la Muerte, desde los Campos de Exterminio, hacia el Reich alemán.

Hubo sobrevivientes escondidos de diferentes maneras, poseedores de documentación falsa en las que aparecían con apellidos diferentes y no judíos, y simplemente judíos que sobrevivieron sin ser detectados.

En 1953 fue fundado el Yad Vashem, institución situada en Jerusalem, cuando esta ciudad ya era la capital de un Estado Judío, quien es la encargada de recopilar y organizar toda la documentación que existe sobre el Holocausto.

Yad Vashem define como sobreviviente del Holocausto a cualquier judío que haya vivido en un país que fuera ocupado por los alemanes entre 1938 y 1945.

Estos países serían Austria, Checoslovaquia, Polonia, Noruega, Dinamarca, Hungría, Rumania, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo y la Unión Soviética.

Las Leyes Raciales de Nuremberg fueron implantadas en todos estos países.

Hoy sabemos que la mayoría de los Campos de Trabajo, de Concentración y de Exterminio, estuvieron situados en Polonia. La persecución de judíos era a la orden del día en la totalidad de los países ocupados por los alemanes.

El peligro para los judíos era el mismo en cualquiera de los países ocupados, independientemente de las condiciones políticas vivientes.

Estas drásticas condiciones no hicieron menos la dedicación de partisanos y luchadores judíos dentro de fuerzas de resistencia nacionales.

Estos luchadores y partisanos se dedicaban a sabotear las vías de ferrocarriles en las que trenes alemanes llevaban refuerzos a los frentes en los que se combatía. Hoy sabemos que 242 héroes que se sublevaron en el Gueto de Varsovia no murieron en vano.

El hecho de que los judíos liberados en los Campos exigieron que los transportaran a Palestina, aunque algunos de estos barcos fueron abordados por los ingleses y sus pasajeros provisionalmente internados en campos en la isla de Chipre, hicieron posible más tarde, en mayo de 1948, el Estado de Israel.

Muchos nunca nos hubiéramos imaginado que una tragedia como el Holocausto haya contribuido a la creación de un Estado Judío después de 2000 años.

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