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Poesía y Yom Hazikarón
Yom Hazikarón, Día del Recuerdo de los Caídos en los Conflictos de Israel, y de las Víctimas de Actividades Terroristas es un día nacional de Israel. Si bien Yom Hazikarón recuerda a los soldados que dieron su vida para el establecimiento y preservación del Estado de Israel, la conmemoración también se ha extendido a las víctimas civiles del terrorismo. Para Yom Hazikarón del año 2021, el número de soldaddos fallecidos era 23,928.
Es un día sumamente solemne que, en la Biblioteca Moisés y Basi Mischne, no podremos dejar pasar. A lo largo del tiempo han surgido escritos, canciones, poemas y expresiones artísticas que plasman la angustia y nos recuerdan el dolor de la guerra, por lo que te compartimos uno de los poemas más reconocidos de Yehuda Amijai, considerado uno de los mejores poetas contemporáneos en hebreo. Su obra trata temas cotidianos, ironías y amores dolorosos, a veces por la religión, la tierra o la ciudad de Jerusalem. Su contribución se extiende más allá de sus propios logros literarios a una influencia que ayudó a crear una poesía israelí moderna. Amijai recibió el Premio Shlonsky en 1957, el Premio Brenner en 1969, el Premio Bialik en 1976 y el Premio Israel en 1982. También ganó premios internacionales de poesía y fue propuesto varias veces para el Premio Nobel de Literatura.
Este poeta es el más hábil para narrar la crudeza de la guerra, por lo que te compartimos uno de sus poemas más reconocidos:
La vida
Entre todo el dolor con el que Yom Hazikarón nos confronta, también hay testimonios de soldados que piden miradas más alentadoras. Aviv perdió a sus mejores amigos en la guerra, y aun así le pide a la gente —y a los soldados especialmente— que recordemos las razones por las cuales Israel tiene un Ejército. Nos dice: “La labor de un soldado es la vida, no la muerte”. Les agradece a los soldados porque gracias a ellos sus hijos pueden ir a la escuela, porque uno puede caminar sobre las calles, por las miles de vidas que cuidan y rescatan cuando están en servicio. Habla de la tradición de lavarse las manos al salir del cementerio porque el agua representa la vida, y debemos luchar por recibir y abrazar la vida.
Como muestra el poema: el dolor de la vida que se acaba, la desesperación, la impotencia, la oscuridad que se construye en nuestra realidad. Es la persona que ya no vive, los seres queridos que lo lloran y el hecho mismo de que sea el hombre quien destruye esa vida.
Hoy, todos honramos la memoria de miles de soldados y víctimas del terrorismo que cayeron en las guerras de Israel o en ataques terroristas, desde la Guerra de la Independencia en 1948 hasta la actualidad.
//ANGIE RÍOS
