¿Por qué en una familia que tiene diferentes hijas e hijos que son criados todos de la misma manera alguno es homosexual?

En los más recientes estudios sobre el tema de la orientación sexual (atracción por el otro sexo, por el mismo o por ambos), se ha determinado que esta no se elige ni se puede cambiar. También está claro que no es algo que se aprende del entorno o que se contagia, sino algo que más bien cada persona va descubriendo, como ser diestro o zurdo, por lo que en cualquier familia puede nacer una persona homosexual, bisexual o transgénero.

Si te preguntara: ¿cuándo fue la primera vez que recuerdas que una persona llamó tu atención, te gustó, enamoró, etcétera?

La mayoría de las personas contestan que su primer amor fue en el kínder o en la primaria, algunos otros quizás en secundaria, pero es raro que este proceso inicie en la preparatoria o más adelante, lo que quiere decir, que las personas desde edades muy tempranas, detectan qué sienten y hacia quién se sienten atraídos, aunque no siempre lo saben expresar. 

Tenemos que conocer los siguientes términos. Uno, es la Orientación sexual que es la atracción por el otro sexo, por el mismo o por ambos; dos, mientras que la Expresión de género es la forma como cada persona expresa su feminidad y masculinidad independientemente de su sexo; o sea, una mujer puede ser ruda y gustar de jugar fútbol como hay hombres que tienden a ser más femeninos; tres, así también el asunto de Identidad sexual implica la identificación entre el ser mujer y ser hombre con el cuerpo que se tiene. La estadística mundial dice que un diez por ciento de cualquier población sin importar su comunidad, condición social, económica, religiosa, cultural, es homosexual o bisexual, y según la Columbia University, uno de cada 330 personas es transgénero.

Cuando una persona descubre que es así, dentro de una comunidad como la nuestra donde todos se conocen, y donde no existe mucha información al respecto, se dicen cosas desagradables de este tema, inclusive dentro del seno familiar, y cuando uno de los miembros de la familia se reconoce como homosexual, recibe golpes emocionales muy fuertes al sentirse rechazado. Algunas personas se alejan de la Comunidad, y a veces, de su familia con mucho dolor y resentimiento. Tristemente se cree que el 49 por ciento de los abusos emocionales, psicológicos, sociales y físicos hacia personas homosexuales, son cometidos de manos de su propia familia, que no sabe cómo actuar ante una situación así.

Otras personas se casan por presión de su misma familia, por recomendación de su rabino, la mitzvá de casarse heterosexualmente y tener hijos ante todo, con la esperanza de que lo gay se le cure, o también ocurre cuando una persona tiene pánico a vivir el rechazo familiar y comunitario, y lo oculta hasta que años después con insatisfacción, doble vida y problemas, viene la salida del clóset con la verdad. Las preguntas que pueden surgir serían: ¿al final de cuentas esto vale la pena?, ¿qué pasa si nuestros hijos se casan con homosexuales que nunca se reconocieron como tales?, ¿si un hijo o hija homosexual, no tiene derecho a ser feliz con su propia pareja homosexual? Cientos de preguntas nos sitúan en un momento de analizar esto, no solo en el seno familiar sino en la visión que la sociedad tiene de los homosexuales.

Según la estadística de la doctora Caitlin Rayan, en 2009, este tipo de rechazo genera ocho veces más la probabilidad de suicidio y seis veces más de depresión. La mayoría de las familias y grupos sociales por lo general, viven este tema como algo que les ocurre a otros, y hacen cosas reprobables, indignantes y dolorosas, muchas veces inculpando la homosexualidad como si fuera un acto criminal, lo que significa para algunos una situación muy incómoda y deprimente.

Este artículo es para decirte que no estás solo, ni tu familia tampoco. Nuestra Comunidad tiende a tener miedo a hablar, a decir lo que se está viviendo, lo que se está sintiendo, nos enseñaron que cada quien vive sus angustias en silencio, en privado y ese silencio casi siempre intoxica.

Afortunadamente, algunas puertas se están abriendo y en un grupo como GUIMEL ya demostramos que se puede hablar de estos temas, que hay más gente en lo mismo que tú, y que escuchar “Yo también” sana el alma.

Hay familias que sí han podido aceptar, entender e integrar a sus hijos diferentes. Tuvieron que informarse, platicar, abrirse y pasar por su propio proceso, y lo lograron, y ahora ayudan a otros a que también puedan. La familia nos es importante, la Comunidad nos es importante, las personas diferentes también son importantes. 

Por una Comunidad que no discrimina, por una Comunidad incluyente, ser judíos nos une por el corazón.

GUIMEL es un espacio para personas LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgénero), además de familiares y amigos; donde damos pláticas, talleres y cursos para educar a diversas instituciones dentro de los diferentes sectores de la Comunidad en un tema del que hay muchos mitos y poca empatía. 

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