El Dr. Gustavo Weichsel Friedman (Z”L) (1954-2014), nació en México un 19 de mayo de 1954, hijo de Arturo Werner
Weichsel y de Verónica Friedman, con una mezcla de alemán y húngaro, el segundo de una familia de cuatro, la hermana mayor Lidia, y sus hermanas menores Elsa y Miriam.
Estudió sus primeros años de Primaria en el Modern American School, y la Secundaria y Preparatoria de la Ciudad de México, (México City School).
Más tarde se gradúa de Médico, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en 1973. Su servicio social lo realizó en un pueblo llamado Pilcaya, con gente sin posibilidades económicas.
Desde pequeño le interesaba la filosofía y las letras, escribía siempre en pro de la sociedad disminuida, criticaba las injusticias, y defendía los derechos de los pobres.
En el Centro Deportivo Israelita estuvo participando en Macabi y realizando deportes, donde se destacó como tenista profesional representando al mismo Deportivo y hasta en forma internacional representando a México.
Desde muy joven a la edad de 22 años se fue a vivir a una comunidad en el cerro del Ajusco, convivía con chicos de su edad y era una comunidad de bajos recursos.
Al terminar sus estudios de Medicina y después de su servicio social y su residencia en México, recibió por parte de la embajada China una beca de estudio en ese país, donde estuvo por más de tres años adentrándose en la medicina china y Tai Chi… Le tocó vivir el levantamiento de los estudiantes en China en los años ochenta, y aunque México pedía que regresara, él se quedó y estuvo ayudando a los desventajados…
Rompía todo tipo de barreras, estaba donde lo necesitaran tanto en Nicaragua con los revolucionarios como en Cuba con los desvalidos… siempre ayudando al necesitado.
También pasó grandes temporadas en Nueva York ayudando médicamente a personas con sida y otras enfermedades, sin importar sus preferencias sexuales o intereses sociales.
Crecer en una familia acomodada y tener pensamientos comunistas no le fue fácil, pero siempre defendió su ideología… rebelde, guerrero y activista.
Gustavo tenía una inteligencia privilegiada y no presumía de eso, pero en cada frase llevaba un mensaje… y así lo hizo hasta el fin de sus días.
Murió muy joven antes de cumplir sus 60 años, se quedó sin realizar muchos proyectos de vida como volver a visitar Israel, volver a China y muchos más… pero nos dejó su libro, y lo más grandioso, engendró un hijo… Camilo Uziel, podríamos decir que con su libro cerró su ciclo.
Podríamos escribir de la vida de Gustavo libros de sus experiencias, sus viajes, sus anécdotas y aventuras, sus escritos, sus cartas y su filosofía de vida.
Solo puedo compartir que mi última conversación con él fue sobre la vida y la muerte, hablamos de Dante Alighieri, de la sobrevivencia, de Israel y de lo que significa morir en manos terroristas.
Gustavo más que médico fue un maestro… un gran maestro de la vida.
No hay quién lo conociera y no aprendiera de él… un gran ser humano, y muy generoso en todos los sentidos.
Podríamos describirlo así:
Gustavo, un ser con su propia religión,
Y su misión se cumplió en esta vida,
Predicó por una verdad, quizás su verdad,
Dejó una huella, dejó su enseñanza…
Escribió un libro, tuvo un hijo, y quizás ¡plantó un árbol!
Vivió a su manera respetando sus ideales.
Combatiendo injusticias y curando enfermedades.
Médico, maestro, padre y hermano…
Cualidades infinitas…
Un ser humano que será extrañado…
Especial, inteligente y de mucha polémica,
Un hijo especial para sus padres,
Un hermano querido por sus hermanas,
Y un padre que dio ejemplo de vida a su hijo.
Fue un ser muy especial.
¡Qué descanse en paz!