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Una mañana de energía y sonrisas en el Deportivo
En punto de las 11:00 de la mañana, alrededor de 35 adultos mayores se reúnen en el Gimnasio Carlos Fishbein. La cita es semanal, y el motivo va más allá del ejercicio físico: es momento de activar cuerpo y mente en la clase de Gimnasia Especiall, impartida por el profesor Edgar Carranza. Sentados en círculo al centro del gimnasio, los asistentes de Beyajad intercambian bromas y sonrisas mientras se acomodan. El ambiente ya está cargado de buena energía, incluso antes de que comience la clase.
Con el entusiasmo que lo caracteriza, el maestro Edgar saluda uno por uno a los participantes. “Buenos días, ¿listos para comenzar?”, pregunta mientras estira los brazos. El primer ejercicio es sencillo: abrir y cerrar las manos. Luego, un poco de estiramiento de piernas. “Recuerden no forzarse, esto es solo un ejercicio”, les recuerda con tono amable.
La clase avanza al ritmo de las risas. Hay quienes siguen al pie de la letra cada movimiento, y quienes prefieren tomarlo con calma. “Ya me cansé, mejor no hago nada”, comenta una de las asistentes entre carcajadas, mientras su compañera la mira divertida. El compañerismo es una constante, y en cada mirada se nota el gusto por compartir este espacio.
Son las 11:30 y la clase se acerca a su fin. Ahora todos se ponen de pie para una dinámica final: pasarse un balón entre ellos. Algunos prefieren seguir moviendo las muñecas, pues el balón les resulta pesado. Aquí cada uno va a su ritmo, sin presiones, porque lo importante es participar.
“De todas las clases esta es mi favorita. Ha de ser porque el maestro me cae muy bien”, comenta Abigail, quien, aunque no participó activamente, siguió atenta cada instrucción. A las 12:00 en punto, el profesor da por terminada la sesión. Con el mismo gesto del inicio, pasa nuevamente a saludar a todos, les estrecha la mano y los acompaña a la salida.
Con 23 años de trayectoria en el Deportivo, Edgar sabe bien lo que esta clase representa. “Me da gusto poder contribuir con ellos. El poder transmitirles una enseñanza o simplemente acompañarlos es algo que disfruto mucho”, comparte con una sonrisa genuina.
Para Rosa Nissan, esta clase no solo es ejercicio, es comunidad. Socia del Deportivo desde los 13 años, hoy a sus 85 continúa asistiendo con entusiasmo. “Estar rodeada de amigos es algo que me da mucho gusto. Y es muy bueno que el Deportivo haga este tipo de actividades, a veces se olvidan de nosotros los viejos… pero es bueno saber que aquí hay un lugar para nosotros”.
Así termina la clase, con la promesa de un nuevo encuentro. Algunos se quedan un rato más platicando, otros se despiden con cariño. Todos se van con la mente despierta, el cuerpo en movimiento y el corazón un poco más contento.