Una realidad alterada, pero unida

Título: Una realidad alterada, pero unida
Categoría: Secundaria / Cuento
Pseudónimo: Amanda

Hace mucho pero mucho tiempo había un cementerio escondido en el bosque, este era un gran cementerio oscuro, frío, grande y sobre todo muy solitario. Por él se enterraban personas elegidas por un señor llamado Winter Jaks, nadie sabía por qué Winter los enterraba ahí, por qué los enterraba en un infierno. Estas personas no tenían nada en común, simplemente eran seleccionadas justamente dos meses antes de su muerte.

El bosque en el que este cementerio estaba ubicado, se decía que era el infierno para el diablo, no todos los que entraban salían, y los que lograban salir desarrollaban una rara enfermedad en la cual se iban olvidando de sus recuerdos poco a poco hasta no tener ni uno, llegaban a un punto en el cual desaparecían, pero eso era lo mejor para la sociedad, vivían en una realidad alterada.

Un día cualquiera la familia Smith conformada por la madre Nara, el padre Klein y dos hermanas llamadas Irma y Yara, recibieron una llamada desconocida, pero no contestaron, las llamadas del mismo número se volvieron constantes e insistentes, como si no dejarían de llamar hasta que contesten o pase algo, y así fue.

Un día los padres de Irma y Yara decidieron pasarlo en un campo alejado de la ciudad, dejándolas con sus abuelos por unas horas. Al principio todo iba bien, ya habían jugado a las muñecas y comido una pasta hecha por su abuela, hasta que sonó ese mismo número desconocido, Irma pensó que eran sus padres por lo tanto contestó.

El que realizó la llamada era un señor que las hermanas no conocían llamado Winter Jaks, él le pidió a las niñas que a las 12:00 p.m se dirijan al famoso cementerio ubicado en el bosque embrujado ya que según el señor sus padres las estarían esperando allí.

Ese mismo día las dos hermanas empacaron todas sus cosas sin decirle a sus abuelos tal como el señor les había indicado, y se dirigieron al bosque. Las hermanas no sabían cómo llegar, pero después de caminar algunos minutos sin rumbo alguno, sorprendentemente llegaron.

Las hermanas se dieron cuenta de que algo no estaba bien cuando llegaron y no vieron a sus padres, sino al mismísimo señor Winter Jaks quien les mostró el camino al cementerio. Después de aproximadamente treinta minutos el señor Jaks desapareció sin dejar ningún rastro.

Las hermanas se empezaron a sentir mareadas, llevaban horas caminando y no llegaban a ningún lugar, era como si estuvieran en un gran laberinto sin fin. Yara estaba animando a Irma, las dos estaban muy cansadas pero tenían que seguir caminando.

De repente ambas chocaron con un gran árbol, primero Yara quedó inconsciente e Irma trató de pedir ayuda pero nadie la escuchaba, pues quién lo haría si estaban en el mismo infierno, pocos minutos después ella también cayó inconsciente al piso.

Ambas despertaron, pero ya no se encontraban en el bosque, sino en su casa, como si hubieran despertado de una gran pesadilla que nunca sucedió, pero ¿cómo era posible que las dos se acordaran perfectamente del mismo sueño?

Ese momento las hizo dudar como nunca lo habían hecho, pero también las hizo reflexionar sobre lo importante que es aprovechar cada instante que estuvieran juntas, ya que no se sabe cuándo va a ser su último momento juntas, su último sueño juntas, y su mismo camino juntas antes de que estos se separaran, o alguien las separara.

Desde esa día ambas esperaban con ansias cada noche, deseando que tanto sus sueños como sus caminos se conecten y pudieran retomar ese sueño, pero esa vez eligiendo el camino que ellas tomaran, no que alguien más se los mostrara, sin embargo no fue así…

Yara poco a poco empezó a perder la memoria, hasta llegar al punto de volverse loca…

Unas noches después la familia recibió una llamada de Winter Jaks buscando a una tal Yara Smith, la habían reclutado para…. ¿ir a un bosque?

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