Sin duda, uno de los clásicos de los Musicales estadounidenses es Vaselina,
obra que se ha tornado indispensable en los teatros de, prácticamente, todo el mundo e incluso logró tornarse una cinta de culto del cine musical.
La historia narra las vicisitudes de un grupo de adolescentes “secundarianos”, que entre canciones pegajosas y bien estructuradas nos regalan una visión idílica de la vida juvenil a finales de la década de los cincuentas y principios de los sesentas.
Los jóvenes actores, bajo la dirección de David Palazuelos, el Grupo Circo, maroma y teatro de la Escuela Israelita Yavne, es claro para todos los que asistimos a la función, hacen su mejor esfuerzo por bailar, cantar y actuar a los personajes emblemáticos de dicho musical, con momentos bien logrados en ocasiones, pero eso sí, con entusiasmo y determinación para llevar a cabo semejante empresa, que requiere un arduo entrenamiento para montarla.
La escenografía es interesante y bien resuelta, y la puesta en escena finalmente cumple su cometido: ver al público aplaudir, festejar y tararear las canciones que alguna vez hicieron época y que, indudablemente, son un referente para cualquiera que guste del teatro musical.