Faltaban dos semanas para nuestra presentación en el Festival, pero no podíamos parar de reír en el ensayo,

que ya era de los últimos.

Alguien se había resbalado porque alguien más tiró un poco de agua de su vaso. Había gente de toda la prepa. Yo estaba en primero, así que era de los chicos. Afortunadamente había varios de mi generación en el grupo con los que me llevaba muy bien. También pude conocer a los de las generaciones de arriba que eran muy divertidos. Además mi amigo Dany ya tenía coche, y como mi casa quedaba cerca de donde ensayábamos, siempre pasaba por mí. Sentía que estaba haciendo algo por mi cuenta, sin que mis papás me tuvieran que llevar y recoger, y en donde dependía de nosotros, junto con la directora, sacar la obra adelante. Una sensación de independencia que no había experimentado antes.

Por fin llegó el día. La presentación resultó ser un desastre. Textos olvidados, de repente dos de las chavas que interpretaban al viento (era una obra con personajes como los elementos naturales) se empezaron a carcajear en plena escena. No pararon de reír por unos dos o tres minutos. Así resultó mi primera experiencia actuando en el Festival Habima. ¡Quién hubiera dicho que diez años después estaría trabajando en Teatro!

La verdad es que el Teatro siempre fue algo que me llamó la atención. Desde que era chico (estoy hablando del kínder) invitaba a amigos de la escuela e inventábamos obras que luego presentábamos a mis hermanos o a mis papás. En mis cumpleaños me encantaba ir al Centro de la Ciudad, a la calle de Victoria, a comprar alguna luz o lámpara para luego usar en mis obras con mis amigos (¡el estrobo era mi favorito!) También vi varias obras de teatro, mi familia nos llevaba frecuentemente. Recuerdo bien todavía mi primer musical a los once años: ¡Qué tal, Dolly! con Silvia Pinal. Nunca se me va a olvidar un acróbata que se daba una marometa rebotando contra la pared. Cosas y recuerdos que definitivamente marcaron mi vida. Para mí, el Teatro es un lugar donde puedo explorar, disfrutar y conectar con mis emociones y con otra gente (tanto compañeros actores y técnicos, como con el público).

El Teatro para mí es como una estrella fugaz que alumbra a quien así lo desee. Un espacio de liberación y de contemplación; de cuestionamiento y de escape; del presente, de lo que ha sido y lo que puede pasar.

Agradezco al Festival de Teatro Habima por ser un espacio donde pude vivir el teatro desde varias facetas. El de espectador en varias ocasiones, la primera una vez que me llevó mi mamá a ver una obra de una prepa cuando yo estaba en Secundaria. La de actor, cuando estaba en primero y segundo de prepa (la presentación de segundo de prepa fue mucho menos caótica). La de director en el2012 y 2013 con el grupo de prepa de la Tarbut. Siempre disfrutando (bueno, casi siempre) del proceso de hacer teatro, y gozar presentarlo ante el público.

Hoy soy afortunado de poder trabajar en una de las producciones de teatro más grandes que se han realizado en este país: El rey león. Sin embargo, siempre recuerdo al Habima con mucho cariño y estoy consciente de que parte de lo que viví y aprendí en el Festival me llevó a donde estoy el día de hoy.

XXV Festival de Teatro Habima

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