Como ustedes saben, cada una de las letras hebreas tiene un valor numérico en un sistema esotérico judío llamado guimatriya. Por ejemplo, la a(leph) vale 1, la b(et) vale 2, etcétera, y podemos aprender de las palabras al analizar su valor numérico y sus asociaciones.
Así, la palabra hebrea para manzana (tapuach) tiene un valor numérico de 494 (t=400, p=80, uv=6, ch=8).
Este número es especial porque representa la suma del valor numérico de dos palabras importantes:
El cuerpo (haguf=94) + el alma (haneshamá=400), que es de lo que está compuesta la persona.
Al tomar en Rosh Hashaná una manzana como uno de los símbolos/simanim, demostramos nuestro deseo de sintetizar el cuerpo y el espíritu de una manera armónica, y esto lo podemos lograr al reconocer y dar a cada uno de ellos su lugar, entendiéndonos como una mezcla de ambos elementos en un solo “ente” que somos nosotros, de modo que el cuerpo sirva como un vehículo que ayude al alma a concretar sus necesidades y funciones, así como el alma le da al cuerpo su chispa de vida.
Por otro lado, la diferencia numérica entre ambas: el alma (haneshamá=400) – el cuerpo (haguf=94) = es de 306, cantidad que es exactamente igual al valor numérico de la palabra hebrea para designar la miel = (dbash=306).
Queremos sugerir con esto, que al tomar la noche de Rosh Hashaná la manzana y sumergirla en miel -que es una sustancia pegajosa-, estamos declarando que deseamos que nuestro cuerpo y alma se queden pegados uno al otro de una manera integral y balanceada, borrando sus diferencias.
Les deseamos una Shaná Tová Umetuká, un dulce año 5775 lleno de bendiciones, crecimiento, felicidad y especialmente de mucha salud a todos ustedes, tanto para sus cuerpos como para sus almas.
La fiesta de Año Nuevo, Rosh Hashaná
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Mensaje del Presidente del Comité Ejecutivo del CDI
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