Antes de entrar en el tema a tratar, es importante mencionar que las historias de la Torá no están relatadas en orden cronológico. Un evento que ocurrió antes del segundo puede estar relatado después del segundo. Una historia puede estar dividida en diversas parshiot (secciones de la Torá) y, a veces, se hace alusión a ella brevemente, y luego es desarrollada en distintos lugares. El objetivo de la Torá no es el de contarnos una historia; sus parshiot tienen un orden divino que nos enseña cómo vivir (el Midrash dice).

Después de haber creado la luz, de haber separado las aguas en mares y océanos, de haber hecho el sol, la luna y las estrellas, y haber creado los animales marinos y terrestres, D-os se dispuso a crear al hombre, que sería el objetivo principal de Su creación. Entonces dijo: “Hagamos al hombre a Nuestra imagen así como a Nuestra semejanza para que señoree en los peces de la mar, en las aves de los cielos, en las bestias, y en todo animal que se arrastre sobre la tierra dentro del cual haya un alma viviente” (Génesis 1:26).

Respecto a la frase “Hagamos al hombre…”, que está en plural, podría ser malinterpretada, como por ejemplo, entenderse como que hay más de un Creador, que existe una pluralidad de divinidades, por lo cual han surgido varias interpretaciones:

Ya que el hombre sería el punto culminante de la Creación, los ángeles celestiales podrían sentir celos de él, por lo que D-os pidió consejo de ellos, y además los invitó a colaborar para ser parte de la Creación. Rabi Saadia Gaón escribe que el “hagamos”… de este versículo, el uso del “plural mayestático” es la forma en que los jerarcas, gente de alto mando, hablan de sí mismos en el plural cuando se dirigen al público o a sus audiencias.

En relación a la frase “a Nuestra imagen y a Nuestra semejanza”, el famoso comentarista Rashi cita: “D-os creó todas las cosas con una anunciación, pero al hombre lo creó con Sus propias manos, tiene sentido de la moralidad, del razonamiento y el libre albedrío. Es capaz de conocer y amar a D-os y de mantener con Él un lazo espiritual, y es el único que puede guiar sus actos con el raciocinio”.

Es importarte mencionar que entre la creación del hombre frente al resto de la creación hay una gran diferencia: toda la existencia animal, vegetal y mineral fue concluida y completada apenas fue creada, porque no tenía ni la capacidad ni las exigencias de desarrollarse más. Por el contrario, la creación del hombre se encuentra en una categoría diferente ya que nunca finaliza, sino que gracias al libre albedrío con el que cuenta debe esforzarse por mejorar su propia persona y su mundo.

De no tenerlo no seríamos responsables de nuestros actos, constituiríamos una masa terrible de seres inanimados sin experimentar emociones, ni diferenciar el bien del mal, y sin poder disfrutar todas las bellezas que se nos han dado.

En mi opinión, crear es una parte vital del ser humano, es el don que D-os nos otorgó como parte de Su imagen y semejanza, ya que somos Sus socios para cuidar y recrear la Tierra, aunque constantemente fallamos en cumplir nuestra parte.

Bibliografía: El Jumash

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