“Yo lo sé todo; a mí ya nada me pueden enseñar; yo soy muy viejo para aprender; yo les podría enseñar…

y así comenzó la carrera para alcanzar al mundo” El último día que vi reunido en el Dépor a uno de los grupos, ya nos habían avisado que hasta nuevo aviso no nos volveríamos a reunir. Al ver partir el autobús, me dio una nostalgia tremenda… el día cero comenzaba. Una fuerte incertidumbre llegó a todos, ¿qué hacer?, ¿cómo hacerlo?, ¿cómo adaptarnos a la nueva realidad? Pues a aplicarnos se ha dicho, comenzamos a familiarizarnos con la tecnología. Nosotros y los profesores, teníamos que romper la distancia y acercarnos digitalmente a la población de adultos mayores a la brevedad. Por fin, el día que queríamos estaba próximo, pero las preguntas eran muchas y nos entraba ese temor con el que debemos luchar, ¿lo lograrán?, ¿será apto para ellos?, ¿les gustará? Así que la campaña Conectando lazos comenzó. Las llamadas no solo eran para preguntarles cómo estaban, ahora eran para avisarles de las clases en línea y solicitarles instalar cierta aplicación. Puede sonar sencillo, pero no lo fue. Algunas personas instalaron y desinstalaron varias veces la aplicación, las llamadas no paraban y aún siguen sin parar, algunos se desesperaban, pero poco a poco se iban soltando. Nada se forzó y cada quien, a su ritmo, lograron instalar la aplicación que nos ha acercado. Hubo quien tuvo la suerte de tener a alguien con ellos en casa, y les ayudaron. Pero a quien no, aquí estábamos nosotros para intentar a distancia explicar lo mejor posible. El apoyo de cuidadores, personal doméstico o de algún familiar fue vital para lograr la misión. También nos enfrentamos a la situación de que no tenían teléfonos adecuados, pero sacaron los celulares que tenían guardados en los cajones, regalos de sus familiares y que no habían utilizado. Los seres humanos somos seres sociales y por suerte en este momento tenemos muchos medios y aplicaciones que nos acercan, y así la pertenencia sigue presente, aquí está presente este grupo de adultos mayores conectado. Cada mañana y tarde vemos como van llegando a las sesiones, ver su rostro emocionado al entrar y platicar con ellos, aunque sea por momentos, observar cómo ya saben quitar su cámara para que no los vean según ellos despeinados, o ya con mayor fl uidez se conectan, ¡es genial! Así que, nuevamente esta generación alcanzó al mundo, nuevamente está en total pertenencia, nuevamente, ¡lo lograron!

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