Sin duda alguna, los acontecimientos registrados estos últimos días en la Knéset, se inscribirán  en un libro aparte de sus anales históricos.  En una sesión maratónica que duró día y medio, los partidos de coalición, aprobaron tres leyes muy polémicas, que se venían discutiendo en comisiones desde la constitución del nuevo gobierno. Cada uno de los tres partidos mayoritarios, de los cuatro que la componen, fue el promotor de por lo menos una de esas leyes. El Likud-Israel Beitenu impulsó la llamada ley de Gobernabilidad, que entre sus incisos más destacados incluye la elevación al 3.25% del porcentaje mínimo, para que un partido tenga acceso a la Knéset. Eso significa, lograr un mínimo de 120 mil votos efectivos. Además, la ley establece que el número máximo de ministros será de 19, incluido el primer ministro y que no habrá ministros sin cartera. La oposición podrá presentar votos de desconfianza, contando con una mayoría de 61 votos pero solo si presenta  un gobierno alternativo y un candidato a  primer ministro. En la muy discutida ley, la oposición hacía hincapié en el  hecho de que la barrera de porcentaje mínimo, si bien tenía por objeto reducir el alto número de partidos representados en la Knéset, no oculta su intención de dejar a dos partidos árabes fuera de ella. Solo el partido comunista árabe-judío Jadash, sería el único que pasaría esa barrera. La segunda ley en discordia fue la presentada por Yesh Atid y Habait Hayehudi, acerca del reclutamiento universal, de los jóvenes ortodoxos, que hasta ahora están eximidos del servicio militar. A pesar de que la ley es por ahora solo  un “guiño de ojo”, para miles de candidatos ortodoxos al reclutamiento inmediato,  establece sanciones legales efectivas para los infractores, a partir del 2017. Lo positivo de la misma es que ahora mismo, miles de jóvenes ortodoxos podrán salir al mercado de trabajo o acceder a estudios académicos sin poseer la cartilla del servicio militar cumplido. La tercera propuesta en discordia, fue la que pretendía convertir una ley ya vigente, en ley fundamental. Se trata del Referéndum. Llegado el caso de aprobarse  la entrega de territorios a favor de la creación de un estado palestino, sumado al voto necesario de 80 diputados de la Knéset, la ley estipula que se requerirá un Referéndum para refrendarla. Esta ley era crucial para el partido Habait Hayehudi y un vasto sector del Likud, opuestos ambos, a cualquier concesión territorial a los palestinos. Con el fin de lograr el voto de las tres leyes, los jefes de las fracciones parlamentarias de estos partidos firmaron un documento por el cual todos sus diputados sin excepción, se comprometían a votarlas consecutivamente en proceso relámpago. Los partidos de oposición vieron en este recurso, un ejercicio parlamentario compulsivo, abusivo y prepotente. A pesar de que el proceso no transgrede la normativa legal parlamentaria, acusaron al gobierno de convertir en caricatura la democracia, que es la voluntad del pueblo y no la voluntad amañada de la mayoría. Así, en trámite expreso, fueron aprobadas las tres leyes con los 67 votos de la coalición, contra cero de la oposición, que de manera insólita, se ausentó masivamente del recinto en clara manifestación de repudio. Nunca nadie hubiera imaginado que los partidos que componen una oposición de extracción ideológica tan opuesta entre sí, pudieran tomar en forma unificada una decisión conjunta. Los dos partidos ortodoxos, Agudat Israel y Shas, los dos partidos árabes y el partido comunista, el laborista Avoda, Kadima y el de izquierda Meretz, actuaron en bloque, como si fueran una sola fracción opositora. Aunque parlamentariamente no pudieron detener la acción arrasadora de la coalición, demostraron ante la ciudadanía israelí, un alto sentido cívico. Quizás justamente en ese acto simbólico, se sembró la semilla de un cambio, en la conformación de un futuro  gobierno en Israel.  

Escándalos parlamentarios.

Justamente, en esos agitados días de desacuerdo y agria confrontación parlamentaria, arribó en visita oficial David Cameron, primer ministro británico. Los organizadores de la visita programaron una disertación del premier inglés ante la Knéset. Netanyahu abrió la sesión dándole la  bienvenida en nombre del  “parlamento judío”. Lamentable lapsus de su parte, que originó la airada y comprensible increpación del diputado árabe de Meretz. El presidente de la Knéset, le ordenó inmediatamente abandonar el recinto. Junto a él, lo hicieron también los 11 diputados de los partidos árabes y los 17 de los dos partidos ortodoxos. Pero estos últimos por una diferente razón. Ellos se vieron traicionados por Netanyahu al dejar que se apruebe la ley del reclutamiento obligatorio para los jóvenes ortodoxos.  Cuando se aprestaba a hacer uso de la palabra el premier británico, todos ellos regresaron a sus curules. Cameron, visiblemente sorprendido por el inusual espectáculo, abrió su discurso diciendo que antes de llegar a la Knéset, su embajador le advirtió que podría haber “balagan”, (un tremendo lío). Lo dijo en hebreo, provocando naturalmente,  las carcajadas de todos los presentes. Eso sirvió para bajar la tensión reinante, permitiendo continuar la sesión, de manera más o menos aceptable. Cameron y Netanyahu, coincidieron en que solo en países como Inglaterra e Israel, donde reinan la libertad de expresión y la democracia, pueden darse incidentes de esta naturaleza en el parlamento. Cameron aseguró que Gran Bretaña estará siempre al lado de Israel cuando se trate de su seguridad y alabó los lazos de cooperación entre ambos países. Al mismo tiempo,  censuró la política de asentamientos en los territorios ocupados. Cameron, es uno más de entre los distinguidos huéspedes de alto rango que han llegado a Israel en lo que va del año. Harper de Canadá, Schultz presidente del Parlamento Europeo,  Letta de Italia, Santos de Colombia, Hollande de Francia, la canciller alemana Merkel, los mandatarios de Lituania, Georgia y Nigeria, así como  el Jefe del Estado Mayor chino entre otros. Algunos de ellos fueron testigos de escándalos poco agradables durante sus disertaciones en la Kneset.   En algunas de esas ocasiones, diputados de diferentes partidos usaron la Knéset como arena pública para expresar airadamente sus opiniones, incluso contra los visitantes mismos. Realidad muy democrática esta, pero que no deja de ser molesta, irrespetuosa y hasta vergonzosa. Lo importante es que para un país “aislado” políticamente, como quieren presentarlo sus enemigos o  algunos aprensivos israelíes, está muy intensa actividad diplomática, estaría demostrando exactamente todo lo contrario. A propósito, el próximo mes de mayo, el Papa Francisco I ha anunciado su visita oficial al país. 

Días tensos e  intensos 

En el término de menos de dos semanas, la aviación israelí bombardeó una  caravana de camiones sirios que transportaban cohetes a Hezbolá en Líbano. La armada israelí capturó en alta mar al  navío panameño Klose-C, que intentaba llevar desde Irán a la Franja de Gaza, misiles y bombas de mortero camuflados. En aparente represalia, ahora la situación en las fronteras se está poniendo nuevamente tensa. En Gaza,  terroristas de la Yihad Islámica intentaron detonar una carga explosiva cuando un vehículo militar israelí circulaba a lo largo de la frontera. Los ejecutores fueron ultimados por  Tzahal, luego de ser accionada la carga. En respuesta, la Yihad disparó entonces más de 50 misiles sobre territorio israelí. Este hecho, puso en estado de alerta y obligó a bajar a los refugios, a casi un millón de israelíes del sur del país. Afortunadamente, no se lamentaron víctimas. La aviación israelí repelió el ataque, disparando y destruyendo  29 posiciones lanzacohetes y depósitos de armamentos.  Además, Israel cerró el paso fronterizo por el cual se transportan a diario, mercancías  a Gaza. En la frontera norte entre Líbano y Siria, terroristas intentaron detonar cargas explosivas al paso de patrullas de vigilancia israelíes. En el primer incidente ocurrido en el Golán, los terroristas fueron ultimados antes de que alcanzaran a actuar. En el segundo caso, en la frontera libanesa, la agresión fue contestada de inmediato por el disparo de tanques de Tzahal sobre posiciones de Hezbolá. En el último intento registrado esta semana, cuatro soldados israelíes resultaron heridos por la explosión de una de esas cargas. Y como si eso no bastara, en el paso fronterizo con Jordania, un visitante de ascendencia palestina agredió físicamente a un soldado israelí, intentando arrebatarle su fusil. El soldado que logró zafarse del intento, disparó contra el atacante causando su muerte. Varios diputados jordanos exigieron al gobierno y al rey Abdalha II, la expulsión inmediata del embajador israelí, el retiro del embajador jordano de Israel y la cancelación del acuerdo de paz entre ambos países. Alrededor de tres mil personas se manifestaron ante la embajada de Israel en Amman, profiriendo insultos y quemando la bandera israelí. Netanyahu se disculpó públicamente ante el rey y el pueblo de Jordania, por el lamentable incidente.  El primer ministro jordano por su parte, explicó ante los medios, que ambos países comparten acuerdos económicos y de seguridad estratégica de suma importancia. Aprovechamiento de aguas, el uso por parte de Jordania de  los puertos de Ashdod y Haifa y  la compra de gas natural israelí, a cambio del egipcio, suspendido desde hace más de dos años. Tal y como lo demuestran los hechos de las últimas semanas, las acciones terroristas, aunque no constituyen una amenaza existencial para Israel, prometen seguir siendo una continua pesadilla. Y no solo para Israel. Egipto, Arabia Saudita y los Emiratos árabes del Golfo Pérsico, han decidido poner fuera de la ley a todos los  movimientos  islamistas radicales, calificados de terroristas. En la lista figuran los Hermanos Musulmanes, la Yihad Islámica, Yubat al-Nusra, Al Kaida, Hezbolá, Hamas y otros. Luego de haber subvencionado las actividades de varios de ellos en el pasado, ahora el terrorismo islámico hace que  se sientan no menos amenazados que Israel. A pesar de la tensión en las fronteras, nada afectó el curso cotidiano normal de Israel. Se temía sí, por la posible cancelación de los festejos de Purim. Pero por la amenaza de lluvias. No por otra razón.   

Para los que vuelan

Dos noticias alentadoras relacionadas al ámbito de la aeronáutica civil, fueron publicadas en Israel estas  últimas semanas. Entró en funcionamiento un nuevo y muy avanzado sistema de control personal y chequeo de equipaje en el aeropuerto Ben Gurión. 

El nuevo sistema no solo  agilizará el proceso, sino que  será mas efectivo y confiable pero sobre todo, menos molesto para los pasajeros. Casi al mismo tiempo pero en otro ámbito de cosas, la Dirección Nacional de Transporte Aéreo,  anunció el equipamiento de todos los aparatos de bandera israelí, con una tecnología  que opera un sistema antimisiles, lanzados desde tierra. Como se recordará, en el pasado fueron frustrados intentos terroristas de este tipo, contra aviones de las compañías El Al y Arkia. El revolucionario sistema, ha despertado ya el lógico interés, de muchas compañías aéreas del mundo.

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