¿Existe la felicidad? Esta no es la primera puesta en este Festival que nos presenta esa pregunta, aunque este texto

original de Adela Jalife (que se aventó a escribir teatro y presenta un escrito suyo por primera vez en este Festival) enfrenta esa pregunta de manera directa. Eva Liliana (Sara Betech) está a punto de pegarse un tiro cuando conoce a Diego Armando (Mauricio Cojab), un hombre que baja del techo de su penthouse con páginas que escribió que detallan la vida de esta mujer.

Resulta que este hombre es un autor y esta mujer es su personaje. Enojada que su autor nunca le dio la felicidad, esta mujer exige una vida diferente y así empieza a conocer versiones diferentes de lo que sería su vida si tuviera una familia, si fuera una mujer deseada, o si tuviera el poder. ¿Cuál de estas mujeres alcanza la felicidad? ¿Alguna de ellas la podrá alcanzar? ¿Este hombre que baja de la escalera, acaso es D-os?

Lo que vi en escena:

Una obra que tiene mucho que decir acerca de la condición humana, particularmente de lo que es ser una mujer. La dirección de Carlos Rangel es muy acertada, atinándole al tono de psicodrama que busca el guión. No es una puesta narrativa, sino una puesta que invita a la exploración de la vida de uno mismo. La escenografía es más sugestiva que literal, ya que incluye una jaula del lado izquierdo del escenario, una mesa de comedor del lado derecho y una oficina de terapeuta en medio, pero las tres supuestamente existen en el mismo espacio (sugiriendo que lo que vemos es posiblemente un sueño). A veces el simbolismo (así como el hecho de que las cuatro mujeres estén vestidas de rojo) es demasiado obvio, y el diálogo tiene la tendencia de caer en el melodrama, pero como primera obra es algo muy atrevido, y más de lo que se debería ver en este Festival.

Consígueme una vida

Festival de Teatro Habima 2015 

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