Cada día vemos diferente la vida. A veces vemos el vaso medio lleno, y a veces lo miramos medio vacío.

Hay momentos en los que las cosas se ponen difíciles, y el panorama se ve color de hormiga…

Sí, los hay. Pero, siempre existe la esperanza de hallar una solución. Es bueno dirigirse con el Dueño del Mundo, exponerle nuestra situación, agradecerle por sus favores y pedirle que nos apoye, que nos ayude y nos resuelva los asuntos que hacen que este tiempo se sienta incómodo, triste o doloroso.

Él tiene la forma de solucionarlo, no hay duda alguna. Y, si nosotros realmente confiamos en Nuestro Creador y le pedimos de verdad, sinceramente y con todo el corazón, Él escuchará nuestros ruegos y nos enviará todo lo que es mejor para nosotros.

Claro, no siempre hará lo que nosotros queremos o pedimos – puede ser que lo que anhelamos no sea ni remotamente bueno para nosotros; entonces, en su gran misericordia y su gran sabiduría, Él realiza lo que Él aprueba, y lo que será muy bueno para el plan total de cada uno de nosotros.

¿Cuántas veces hemos rezado en forma incorrecta, utilizando las palabras equivocadas o pidiendo que se cumpla nuestra voluntad, fuera cual fuera, sin saber qué es lo que realmente nos conviene? ¿Qué tan a menudo, por diferentes razones, no nos dirigimos a Nuestro Creador como debiéramos hacerlo?

Por eso, es preferible, un millón de veces, que se cumpla la voluntad del Todopoderoso, y que nosotros le roguemos, no que haga nuestra voluntad, sino la suya.

La voluntad de Nuestro Creador sí resolverá la situación.

A nosotros también nos corresponde esforzarnos y hacer nuestra parte, además de rezar, pero es importante que, aunque se vea que el paisaje no pinta con los más lindos colores, hay que tener siempre esperanza de que podrá cambiar, y podremos encontrar un espectro de colores más hermoso; como dice el refrán, “a D-os rogando, y con el mazo dando”.

1965miriamrojl@gmail.com

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