El pasado miércoles 31 de octubre, el Comité Macabiada de la Delegación Mexicana formó parte del Congreso CLAM (Confederación Latinoamericana Macabi),

mismo que se realiza para recibir a todos los países que participarán en los próximos Juegos Macabeos Panamericanos 2019. Fue una experiencia muy especial porque si bien somos una Delegación más sumada a los otros 14 países (y unos cuantos más que no asistieron), ser el país anfitrión lo vuelve algo muy especial.
Hubo de todo. Primero un cóctel en el hotel Intercontinental donde se hospedaron los participantes de los diversos países, al día siguiente comenzó el Congreso, con un kit de bienvenida que desde ahí empezaron a enamorarnos a propios y extraños. Visitamos las diferentes canchas y gimnasios del Deportivo aunque la lluvia nos sorprendió a la mitad del recorrido. Con mucho orgullo pudimos explicar y enseñar los diferentes espacios de nuestro querido CDI, que como él no existe uno igual en el mundo.
Después el Comité Organizador nos ofreció una comida en el Salón Mural, con una muestra de todo lo que se va a servir durante los Juegos. Por la tarde, nos fuimos a la Nueva Arena Ciudad de México, donde el 7 de julio cantaremos todos juntos el Hatikva y el Himno Nacional mexicano en una inauguración que promete ser algo muy espectacular con alrededor de 17,000 espectadores. De nueva cuenta, vivirla como país anfitrión seguro será una experiencia muy especial.
Por la noche, algunos de nuestros miembros asistieron a una cena en casa del Embajador Jonathan Peled.
Al otro día, nos dividieron en tres; unos pudieron visitar las canchas alternativas en la Federación Mexicana de Fútbol, otros fueron al Club de Golf Bellavista para ver el campo de Golf y las canchas de Tenis, y los demás fueron a visitar los tres hoteles sede, hoteles cinco estrellas como el María Isabel Sheraton, Intercontinental y Camino Real. Después paseamos por el Centro Histórico, comimos delicioso en el Cardenal, tuvimos una extraordinaria visita al Museo de Memoria y Tolerancia, donde algunos de nosotros sacamos la lágrima; después Kabalat Shabat sumamente emotivo en Bet-El, dedicado a lo acontecido en Pittsburgh y finalizamos en una cena de Shabat en casa de la familia Wulfovich-Ozover, que fue una catarsis a todo lo que habíamos vivido en el día. Nos recibieron con un salón decorado hermosamente mexicano, sin olvidar el más mínimo detalle. Esteban, un argentino con una magnífica playlist nos hizo brincar, bailar y cantar hasta que nos apagaron la música, literal nos la apagaron a las doce de la noche para que todos nos pudiéramos ir a descansar y continuar con el programa al día siguiente. De no ser así, hubiéramos pedido recalentado.
A la mañana siguiente continuó el Congreso, entre otras cosas, se expuso la posibilidad de dos sedes para los Juegos Macabeos Panamericanos 2023, Perú y Argentina. Simultáneo al Congreso, tuvimos juntas informativas de los diferentes comités. A nosotros lo que más nos importaba era todo lo referente a lo deportivo. Y ahí estuvimos, sin perder ningún detalle. La comida fue una parrillada en la terraza del edificio nuevo, resguardándonos de una probable lluvia que no ocurrió. Regresamos al salón para dar fin al Congreso con palabras emotivas de algunos de los representantes de los diferentes países, así como de Beny Speckman, quien preside estos Juegos Macabeos Panamericanos en nuestro país. El Hatikva para cerrar con broche de oro y camino a los camiones, la obligada foto de todos en el reloj contador que ya se volvió un ícono.
Más tarde nos vimos en el Villa María para cerrar estos cuatro días con una rica margarita de tamarindo y una cena que, aunque apretados, la disfrutamos al son del mariachi, pidiendo que nos quitaran mesas porque queríamos seguir la fiesta. Esta vez no duró tanto, ya que muchos tenían su vuelo al día siguiente muy temprano.
Sin embargo, algunos insaciables la continuamos en un bar con una sesión de toques, experiencia inolvidable para los extranjeros, y luego los acompañamos a su hotel donde nos tomamos una foto en la ofrenda de Día de Muertos.
Con esto termina la reseña de lo que fue, sin duda, un Congreso sumamente bien organizado, sin perder detalle de nada, donde todos los países, incluyendo a nosotros, la Delegación Mexicana, nos quedamos con ganas de que el tiempo transcurra y ya estemos todos juntos de nuevo para vivir lo que sin duda serán, los mejores Juegos Macabeos Panamericanos de la historia.
Gracias por todo al Comité Organizador, estaremos apoyando y trabajando de la mano en lo que se necesite.

//Halina Unikel

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