La Real Academia de las Ciencias Sueca ha galardonado al profesor
Jean Tirole (1953) con el Nobel de Economía por sus estudios sobre el poder de los mercados y su regulación. Este economista francés, director de la Fundación Jean-Jacques Laffont en la Escuela de Economía de Toulouse, “ha traído aire nuevo en la investigación de los fallos de los mercados desde mediados de 1980 y hasta la actualidad”, señala el comité.
“Mi madre tiene 90 años. Le dije que se sentara antes de contárselo”, explicó Tirole poco después de ser anunciado el premio, en una entrevista en la que dijo sentirse “sorprendido” y “encantado”. Y en la que rindió tributo a Laffont, fallecido hace diez años. “Estuve en el momento adecuado, en el tiempo adecuado y con las personas adecuadas”, añadió.
La Academia también destaca los trabajos de Tirole “para entender y regular industrias dominadas por unas pocas empresas poderosas”. “Sus estudios aportaron una teoría unificada con gran influencia en las políticas económicas: cómo deberían los gobiernos lidiar con las fusiones o carteles y como regular los monopolios”, añade.
Asimismo, es uno de los teóricos más relevantes del mundo en la aplicación teórica y práctica de la Teoría de Juegos y la Teoría de la Información. En este apartado, Tirole destaca por su análisis de las ineficiencias asociadas a la información privilegiada de los agentes económicos y, en consecuencia, por el diseño de los contratos y las políticas públicas que pueden paliar esas ineficiencias. Desde 2008, cuando se concedió el Nobel a Paul Krugman por sus investigaciones sobre localización de empresas y relaciones comerciales, no se había vuelto a dar el premio en solitario, algo que ha ocurrido solo en la mitad de sus 46 ediciones.
Tirole es el tercer economista francés, tras Gérard Debreu (1983) y Maurice Allais (1988), en recibir el galardón que instituyó el banco central sueco en 1969 en memoria de Alfred Nobel, el único que no sufraga directamente la Fundación Nobel. El académico, de 61 años, se suma así a una lista acaparada por economistas de Estados Unidos y Reino Unido. El propio Tirole no es ajeno a la supremacía anglosajona en esta materia ya que se doctoró en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), donde investigó y dio clases ocho años, antes de trasladarse a Toulouse.
Era uno de los habituales en las quinielas al Nobel de Economía, y este mismo año había recibido el Premio Erwin Plein Nemmers, que en la disciplina es uno de los termómetros más fiables para saber qué académicos están entre los favoritos. Con Tirole, siete de los once galardonados por el Premio Nemmers han sido reconocidos después con el Nobel.
Jean Tirole también ha dirigido sus investigaciones al estudio de fenómenos como los crashes financieros y el estallido de las burbujas económicas. Y ese fue el asunto que más llamó la atención de los periodistas españoles en enero de 2009, cuando la Fundación BBVA le otorgó el premio Fronteras del Conocimiento en Economía, Finanzas y Gestión de Empresas, que se estrenó precisamente con el economista francés y que cuenta ya entre sus premiados con otro Nobel de Economía, el otorgado el año pasado a Lars Peter Hansen. En aquella conversación con la prensa, Tirole destacó que la crisis financiera entonces recién desatada ofrecía claros ejemplos de información asimétrica, como el de las hipotecas subprime. “Nadie sabía cuál era la exposición de las entidades financieras a estos productos”, afirmó.
Pero las áreas en las que ha sido más influyente, lo que le ha valido estar entre los más citados por otros investigadores (ha publicado 200 artículos) o profesores de Economía (con media docena de libros de referencia), son la organización industrial y la regulación de mercados recién abiertos a la competencia desde el sector público (transporte aéreo o ferroviario, telefonía, electricidad), o en los que son determinantes solo un puñado de grandes empresas. “Necesitamos la liberalización, pues sólo ella trae la competencia. Los resultados están ahí: se han generado grandes beneficios para los consumidores”, defendía en 2005, en una entrevista con El País, ante las críticas a los procesos de privatización.
“Generar competencia en determinados sectores es difícil, por eso es importante dar con el diseño de políticas económicas correcto”, explicó esta mañana Tirole. Buena parte de sus investigaciones están centradas en como evitar que las grandes compañías capturen al regulador y le marquen las prioridades, en como aflorar información sobre esas grandes empresas mediante distintos tipos de contratos y en como fortalecer la independencia y competencias del regulador.
Fuente: www.economia.elpais.com