Todos conocemos la compleja estructura del CDI, conformada por el Consejo Directivo, la máxima
autoridad del Centro Deportivo Israelita, el cual se encuentra integrado por quince personas que vigilan el funcionamiento general de nuestra Institución. Gente que entrega mucho de su tiempo en forma voluntaria, con el único interés de servir a los intereses de todos nuestros Asociados. Es importante resaltar la labor de sus integrantes, y especialmente conocer cuál es la sustancia especial que tiene nuestro Deportivo para captar el trabajo de tantos voluntarios, lo que ha sido clave para su éxito desde los primeros momentos de su concepción y fundación.
Es por eso que en esta ocasión, nos permitimos dialogar con Natalio Schejtman, justamente porque después de ocho años de encontrarse en las filas del Consejo Directivo, decide este año 2015, dejar su lugar para enfocarse a presidir el Archivo Histórico Miguel Litchi, y dedicarse de lleno a este espacio que resguarda un inmenso acervo de recuerdos, fotografías, videos, publicaciones, entre otros objetos de gran valor para el CDI.
Natalio Schejtman es un hombre de suma sencillez, no hace alarde de su trabajo como voluntario, porque dice estar seguro que ese, es un compromiso que debemos tener todos para nuestra Comunidad y para fortalecer sus instituciones.
Sus abuelos llegaron a Argentina en 1890 de Rusia, se establecieron en la provincia de Entre Ríos. Sus padres se dedicaron a trabajar en el campo, por lo cual Natalio recuerda cómo pasó sus años en un colegio no judío, aunque la cuarta parte de su población estaba conformada por judíos. Era tal la presencia, que algunas palabras en Yidish eran usadas por niños que no eran de la Comunidad, aunque también por otro lado existían en ocasiones los comentarios de tinte antisemita. Comenta Natalio que actualmente su hermana Berta de 82 años, tiene la llave del panteón judío de la localidad y supervisa su cuidado.
Llegó a México en enero de 1988, debido a la difícil situación económica de esas décadas, y a la decisión de su esposa Dina de aceptar la dirección de Hebreo del Colegio Monte Sinai en México, mientras Natalio sufría las consecuencias de perder su fábrica de radios, dadas las nuevas leyes del mercado en Argentina, en una época que no se podía competir con la entrada de productos del exterior. De esta forma, decide emigrar y residir en México. Comenzó a trabajar en el ramo de las telas con Adolfo Bucay (Z”L). Su hijo Moisés, innovó un nuevo ramo empresarial de bebidas para deportistas, siendo Natalio, Gerente General desde 1988 a la fecha.
Natalio y Dina Schejtman, casados en el año 1965, tuvieron cuatro hijos: Mario, licenciado en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la Universidad de Jerusalem, hizo Alía antes de que la familia llegara a México. Actualmente, Mario es presidente de la Sección de Jerusalem del Partido de Meretz. Néstor, su segundo hijo, es Dentista con una Maestría en Rochester en Odontología restaurativa, vive en México. Gali, su hija, es licenciada en Turismo, vive en México y Marcelo, un atleta que ha destacado en Karate Do, logrando varias medallas de Oro para México en la Macabiada de Israel y en los Juegos Macabeos Panamericanos. Los Schejtman tienen once nietos, todos estudian en colegios judíos. Su nieto mayor de 19 años entra ya a la Hatzavá.
Le preguntamos a Natalio Schejtman cuándo y por qué motivo se involucró con el trabajo del CDI, y mencionó que fue desde el año 1989, al hacerse Socio, estando como Presidente del Comité de Socios, Alfredo Vogel (Z”L), quien lo invitó a colaborar siendo una buena forma para integrarse a la Comunidad, logrando Natalio, gracias a su dedicación, ocupar el cargo de Vicepresidente en los años 1992-1994 y posteriormente, como Presidente de ese Comité por cinco ocasiones en diferentes periodos.
Más adelante ocupó la presidencia del entonces Comité de Prensa, en el cual laboró por dos años (1994-1996), momentos en los que daba comienzo una gran transformación de los medios de comunicación, ya que fue justamente la época de cambios en los procesos de impresión y en las artes gráficas, con la utilización de nuevas herramientas y programas de computación sumamente sofisticados ya desde esa época.
En 1998-2000 ocupa el cargo como Pro-Tesorero del Comité Tesorería y de 2002 a 2004, como Presidente del Comité de Actividades.
Más tarde, Natalio Schejtman fue invitado a formar parte del Consejo Directivo, en los momentos en los que el Lic. Marcos Metta tomaba el cargo como Presidente del Consejo Directivo, siendo un caso excepcional junto con el Ing. Guillermo Grinberg, ya que regularmente los Consejeros deben pasar por el Petit del Comité Ejecutivo, sin embargo, las necesidades institucionales, la amplia experiencia y el éxito en sus cargos como Ejecutivos, los hizo alcanzar tan distinguido escalafón, por decisión unánime.
¿Qué opinas del CDI?
Es la mejor institución, en todos niveles, la única en la que no hay diferencias comunitarias. Aquí somos todos judíos no importa el lugar de procedencia. Si hay un brote antisemita como los hay en Argentina o en muchos lugares del mundo, no te van a preguntar si eres sefaradí o ashkenazi, shami o halevi, te van a señalar como judío. En mi opinión personal, debemos dejar de sectorizar a nuestra Comunidad.
¿En Argentina viviste alguna experiencia antisemita?
Sí, yo pertenecía a Hanoar Hatzioni en Argentina, y una noche salimos a despegar carteles antisemitas, éramos madrijim y nos organizamos para limpiar las pintas, llegó entonces la policía, nos insultaron y nos agredieron con golpes sin razón alguna, dejando a muchos de nosotros con heridas graves.
¿Cuáles han sido tus máximos logros en el CDI? ¿Qué te ha dejado más satisfecho?
Simplemente, el reconocimiento de la gente, por la forma de atenderlos. El contacto con los Socios, conocer sus necesidades, tratar de apoyarlos en todo lo que necesitaban. Resolver cualquier problema. Mi lema era hablar con una sonrisa, conocer sus necesidades y darles solución. Siempre he pensado que es importante que uno se saque el diploma como mejor persona cada día.
Te caracteriza la humildad, ¿por qué Natalio?
Porque es mi forma de ser y la forma que me enseñaron mis padres, dar sin esperar nada a cambio y tratar al de arriba como al de abajo, como ser humano, no por su cargo. Nadie tiene la culpa de la situación en la que se encuentra, pienso que los padres muchas veces son los responsables de lo que un individuo puede lograr en la vida.
¿Por qué te interesa ser Presidente del Archivo Histórico del CDI?
Porque estaba en el Comité de Comunicación y me quedó la tinta entre los huesos como si fuera sangre. El periódico del CDI era como tener un hijo cada fin de semana al editar cada ejemplar, y eso me acercó mucho al acervo del Archivo Histórico. El periódico del CDI sin duda, es el más leído de la Comunidad, y deja un gran reflejo de lo que somos, el cual queda permanente en cada página impresa. El Archivo Histórico es lo mismo, hay testimonios del acontecer diario.
¿Hoy cuál es tu principal tarea?
Quiero mencionar que mi esposa Dina ha sido un pilar en mi trabajo comunitario, siempre dando el apoyo y la motivación para continuar trabajando. Mi nueva meta es mantener, cuidar y guardar el acervo, para que las nuevas generaciones conozcan el historial de la Institución y tienen que saber, cómo se formó todo esto. También es importante si alguien quiere investigar las actividades de algún familiar y contar con sus datos, si fue deportista, o tuvo alguna distinción en las actividades culturales. Siento a nivel personal que muchas veces no se le da la importancia a lo que tenemos, la gente da por hecho que existe un Archivo Histórico, o el Periódico, o las instalaciones del CDI, las de T-Poz, o cualquier otra cosa que no sabemos valorar. Tenemos que ser más conscientes de lo que se ofrece a los miembros de la Comunidad. Pienso también en el trabajo voluntario, sentir el compromiso de ayudar a los demás para seguir manteniendo a las instituciones, porque sin voluntarios es difícil que estas se mantengan. Por supuesto existe una gran mancuerna en el CDI con los profesionales, lo que hace de nuestra Institución, un modelo a seguir para muchas comunidades del mundo. El apoyo de la familia es indispensable, en la labor voluntaria.
Natalio, ¿quieres compartir otro mensaje?
Dejo de estar activo en el Consejo, en la mesa, y paso a formar parte del Consejo Consultivo. Uno a veces no sabe hasta dónde es capaz de llegar y dar. Sin embargo, creo que es importante también saberse retirar a tiempo y dar oportunidad a las nuevas generaciones, salir con la frente en alto por la misma puerta que uno entró, con la idea de que hay gente joven o gente que puede dedicar más tiempo. Primero es la institución, uno tiene que entender que todo es un ciclo, que uno no puede quedarse para siempre.
Agradecemos a Natalio Schejtman esta plática, nos deja muy claro que servir al CDI es más un regalo para uno mismo que para los demás, al tener oportunidad de vivir grandes emociones, momentos que cada día nos enriquecen y que se vuelven inolvidables.