El pasado domingo 27 de agosto, a las 11:00 horas en el Foro Artístico, se llevó a

cabo la inauguración de la exposición pictórica: Perek Shirá, un canto de celebración, de la talentosa artista Sarah Russek.

El evento fue emotivo cuando Sarah, tomó el micrófono y dirigió un breve discurso sobre su obra y agradeció a su esposo por todo el apoyo que ha recibido. En la gala se hicieron presentes familiares y amigos. Fue una tarde muy tranquila y donde Sarah, no paraba de atender a sus invitados y explicarles su obra.

Sarah Russek

Artista nacida en la Ciudad de México, en su mayor parte autodidacta, quien se formó: en la academia de la vida… También fue instruida en el honorable CECATI, en los talleres de dibujo y pintura de la maestra Norma Mendoza; y en los talleres de dibujo y pintura del maestro de maestros, Jorge Barrios. Su pasión por la pintura inicia desde la edad más temprana, como si fuera una manda del alma; reconociendo ella misma su vocación desde que la providencia le pusiera crayones y colores en su regazo junto con una hoja blanca.

Desde niña, no ha parado de pintar o dibujar. Para ella, cuando a sus manos llega un pincel, lápiz o color, se ha posado un pájaro. Es como si su psique o algo más antiguo, supiera lo que es pintar o dibujar, y ella se dejará llevar por ese pájaro y volará. Llevándole por el cielo de antes, el de antes que se formaran las ideas en palabras; donde es formada la imagen intuitiva antes de la imagen. El proceso creativo, se convierte entonces en una especie de migración. En donde la obra pictórica migra junto con ella desde las esferas celestes para filtrar luz en la dimensión humana. Eso es el arte para Sarah: un regalo celeste, con suerte obtenido desde las esferas más altas. De ahí que siempre pensó en el dibujo, con la misma dignidad artística que la pintura, por lo que produjo innumerables obras con lápiz, tinta, crayón, pastel y acuarela, brindándole a estos medios equidad relativa con el acrílico y el óleo.

A partir de su dominio del dibujo académico y del color, pero sobre todo de su capacidad innata para ver más allá de lo evidente, buscó sondear el ámbito de lo esencial o trascendental para plasmarlo en su obra, y compartir tímidamente con el mundo, aunque sea veladamente, ese lenguaje privado que ella siente, el universo le habla.

Sarah, ser incansable e intensa artista de una diversidad de temas y medios, por un lado, psicóloga y terapeuta, altamente comprometida con su carrera, por otro, le hacen poseedora de las ventajas de la interdisciplinariedad, que conjugadas entre sí, con su vida de pareja, familiar y comunitaria, no son otra cosa que un camino de celebración en este mundo.

Sobre la exposición: el judaísmo entiende que en lo más profundo de la realidad se oculta un canto. La realidad misma es un canto, el canto de la creación entera que refleja el amor de su Creador. La naturaleza, no permanece muda. Cada ser que la habita a cada instante, entona alabanzas y cantos al Creador expresando la maravilla de ser y el misterio de existir. Desde la bacteria más pequeña que nos rodea hasta el cetáceo enorme que puebla los mares, desde la mota de polvo más insignificante hasta la inmensidad de una estrella sideral, todos los seres del universo forman una vasta sinfonía que alaba a su Creador. Cada ser en la naturaleza está conectado con una fuerza espiritual trascendental que le da existencia. Es por medio de esta vasta estructura trascendental que el Creador dirige y controla su universo. Los sabios talmúdicos afirmaron al respecto que incluso una brizna de hierba crece cuando un ángel de Hashem le dice: “¡Crece!” (Bereshit Raba 10:6). Y según Rabí Najmán de Breslav, este concepto está íntimamente ligado con el canto específico que cada ser expresa a D-os. Por lo tanto, cuando los seres inferiores cantan al Creador, también lo hacen los entes espirituales. Y el canto que expresan constituye el nexo más profundo de las criaturas con el Creador.

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