El escritor israelí Israel Zamir, el único hijo de Isaac Bashevis Singer, autor ganador del Premio

Nobel, murió el sábado en su casa en el kibutz Beit Alfa, a la edad de 85 años.

Zamir nació en Varsovia, Polonia, el 15 de junio de 1929. Sus padres se separaron cuando él tenía 5 años y su padre se trasladó a Nueva York. Zamir y su madre llegaron a vivir en Israel en 1937 y se unieron al kibutz Beit Alfa, donde permaneció como miembro hasta su muerte. En 1972, se unió al diario izquierdista Al Hamishmar, donde trabajó hasta el cierre del periódico en 1995, alcanzando el cargo de director adjunto. Luego trabajó para Maariv.

Zamir ha publicado nueve libros, entre ellos Viaje a mi padre, Isaac Bashevis Singer, Agil Ba’ozen: Sippurim (Pendiente: Historias) y Turn off the sun.

Zamir también tradujo algunas de las obras de su padre al hebreo. Su obra El amado y el agradable, que él coescribió con Moti Lerner, está basada en un relato de su padre, y fue puesta en escena en el Teatro Habima.
En una entrevista que concedió en 2004 a Yedioth Ahronoth, dijo que conoció a su padre veinte años después de que se separaron cuando él era un niño. La reunión tuvo lugar en Nueva York, donde Zamir había ido como emisario para el movimiento Hashomer Hatzair.

“Fue una reunión fría y distante desde todas las perspectivas”, comentó, y agregó que su padre era “un yiddishista y yo hablaba hebreo; él era un capitalista reaccionario y yo era un marxista-socialista. Yo adoré a Stalin y él lo veía como un asesino. Me negué la Diáspora y el vivió en ella; él era un “hombre del aire” y yo era un hombre de la tierra. Desde todo punto de vista éramos opuestos. Nos dimos la mano, me dio un beso, y nos paramos con vergüenza y silencio. “

Zamir también dijo que nunca pronunció la palabra “padre”. Solo en las cartas le enviaba “Mi estimado padre”, o abría un diálogo telefónico diciendo “Habla su hijo”.

“Hasta el final nunca lo llamé “padre”, porque es imposible recrear 20 años de desecación del amor. Nuestra relación no es como la que tengo con mis cuatro hijos. Mi padre era una persona que vivía en Estados Unidos y, una vez cada seis meses, él nos enviaba dos o tres dólares. Eso no es calentar el corazón”, declaró Zamir en la entrevista.

Fuente: www.aurora-israel.co.il

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