Esta semana platicamos con Silvia Troyce que ha sido la única mujer del CDI que ha

participado en el Campeonato Mundial de Triatlón en Hawaii, y nos va a contar el parteaguas que tuvo en su vida esta experiencia.

Platícame de ti, tu familia y a qué te dedicas

Soy la hija número nueve de una familia de diez hermanos, (seis mujeres y cuatro hombres). Trabajo en una agencia de viajes desde hace 30 años. Desde que recuerdo nuestros días amanecían en la Alberca del CDI y también ahí terminaban, de hecho, íbamos a la Naye cuando estaba frente al Toreo, a pocos pasos del Dépor entonces, nadábamos antes de la escuela, siempre llegábamos con el pelo mojado a clases, saliendo nos íbamos caminando al CDI, comíamos en picnic que mi mamá llevaba, y a las 16:00 horas empezaba el profe Villegas a gritar: “¡Ya es tarde, al agua, ligas, jala, jala, estilo!”.

Y así fue por muchos años, los sábados no había escapatoria, a las 9:00 horas ya estábamos en la Alberca. Esto trajo como resultado mucho sacrificio, pero también muchas satisfacciones. Nos hicimos personas muy competitivas no solo en el deporte, sino también en la vida diaria.

¿Desde cuándo haces deporte, qué has practicado y qué resultados has obtenido?

Como lo dije anteriormente, hago deporte desde que me acuerdo, y los resultados han sido muchos, saborear triunfos, una muy buena salud, muy buena piel, buen sistema digestivo, pero lo mejor de todo, estar en forma para poder seguirle el ritmo a mi hijo Yoshua de 10 años.

¿Cómo empezaste a participar en triatlones?

A los 17 me fui a Israel de Hajshará y de regreso y, para bajar rápido de peso empecé a correr, y vaya que lo logré, me puse en forma y empecé a hacer carreras de 5 kilómetros, luego 10 kilómetros, medio maratón y llegué (no sé cómo) al maratón de NYC.

A los 25 años me operaron de la espalda, me quitaron un disco en la región lumbar, en mis largas horas de convalecencia y desesperación vi una película muy inspiradora de Julie Moss, la primera mujer Ironman, ahí ella muestra cómo ante un problema decide refugiarse en el deporte y se pone a entrenar y cruza la meta del Ironman, ahí fue cuando yo pensé: “Si el Creador me da la fortuna de poder volverme a mover bien iré por esa meta”.

Me enteré de la realización de un triatlón en Ixtapa, pues decidí lanzarme, era de distancia olímpica, 1.5 kilómetros de nado en el mar, 40 kilómetros en bici de ruta y 10 kilómetros corriendo, era noviembre de 1986, y hacía muchísimo calor.

Pues me aventé al ruedo y no solo lo terminé, sino que acabé entera y con un tiempo mejor al que yo esperaba.

Competiste en una ocasión en el Ironman de Hawaii, que son 4 kilómetros de nado, 180 kilómetros de ciclismo y 42 kilómetros de carrera, ¿qué sentiste cuando ya estabas inscrita y qué pasó por tu mente cuando acabaste?

Empecé a entrenar con un grupo de amigos que estaban igual de freaks (locos) por el triatlón, por la distancia larga, por la adrenalina y el agotamiento.
Entre semana cada quien entrenaba por su lado y los sábados nos veíamos a las 7:00 horas para salir a la bici de ruta, hacíamos mínimo 120 kilómetros y después corríamos o nadábamos.

¿Qué cambió en tu vida después de haber completado el Ironman de Hawaii?

Me convencí que uno mismo es su propia barrera, no hay límites. Lo primero es siempre, en todo, fijarte una meta y luego ver cómo lo vas a lograr. Es como decidir bajar de peso, dejar de fumar, etcétera. Primero toma la decisión, lo demás, va saliendo. Eso sí, nunca perder el entusiasmo.

¿Qué se siente haber sido hasta ahora la única mujer del CDI que ha participado y completado el Ironman de Hawaii?

Pues la verdad no lo he pensado sí soy la única, sí mujer, solo me siento feliz de haberlo hecho.

¿Qué significa para ti apoyar a tu hijo en el deporte y sus competencias?

Significa todo, motivarlo, seguirlo, guiarlo, pero sin saturarlo. Hace un año lo llevé a Valle de Bravo a que viera lo que es un triatlón, solo íbamos de observadores, jamás le dije que hiciera ni nada, ahí mismo me dijo que si él lo hiciera sería buenísimo porque él corría como flash, así pasó un año y por fin este año fuimos a Valle e hizo su primer Ironkids, para su edad ese día (9 años) la distancia es 100 metros de nado, 2 kilómetros en bici y 750 metros de carrera).

¿Cuál era tu rutina de entrenamiento cuando entrenabas para el Ironman?

De lunes a viernes más o menos así:

Iba al CDI diario (excepto jueves y viernes) a las 5:30 horas y hacía bici o elíptica.

A las 4:15 horas me iba a Chapultepec a El Sope, con el prof. Chávez a correr 15 minutos.

A las 19:00 horas salía corriendo a nadar, nadaba ya sea en el CDI o en la alberca del colegio Regina (de 20 más) que es donde estaba mi entrenador.

Los jueves me iba con los del equipo nacional de ciclismo de ruta a hacer distancia larga a alguna carretera, era como de 7:00 a 14:00 horas.

Sábados era la ruta larga de bici, por ejemplo: México – Las Estacas, o México – Atlacomulco, Pachuca, Taxco, etcétera, entre 120 a 160 kilómetros, y dependiendo del lugar terminando corríamos y si había dónde, nadábamos.

Domingo el tradicional Paseo del gato, una ruta en bici que salía a las 8:00 horas de la colonia del Valle e iba por Insurgentes, Periférico Sur hasta el embarcadero de Cuemanco.

Y para cerrar el dominguito era ir a aflojar a correr unos 20 kilómetros al Desierto de los Leones, Viveros de Coyoacán o parque de Tlalpan.

Si había alguna carrera en México de medio maratón no me la perdía, ahí hacía mis distancias a pie.

¿Qué consejo le darías a una mujer si quiere participar en un Ironman?

En primer lugar, tomar la decisión, luego armarse de un buen equipo tanto de bici, ropa, tenis, etcétera. Así como de amigos para entrenar. Es mucho más fácil y agradable entrenar en grupo, aunque claro que se puede solo, pero siempre es padre hacerlo con amigos.

¿Cuáles son tus planes deportivos a futuro?

Quiero regresar a hacer bici de ruta, y por ahí triatlones olímpicos solo que la corrida ya me cuesta trabajo porque tengo las rodillas muy amoladas.

¿Te gustaría volver a hacer un Ironman?

Me encantaría, la satisfacción y el sentimiento al cruzar la meta son inigualables.

¿Hay algún otro deporte que hayas practicado y que te traiga algún recuerdo?

Sí, la bici de montaña, creo que ahí fue donde descubrí lo bien que la podíamos pasar mi esposo Mario Mizrahi y yo juntos, en la punta del cerro viendo el cielo azul, los pinos y respirando el aire puro, y después de una gran subida o un gran esfuerzo una buena bajada.

¿Qué consejo le darías a una mamá para que se motive a empezar a practicar un deporte?

Que la recompensa es grande en todos los aspectos. Si es bici o ski o subir al cerro o escalar en roca.

¿Qué ha sido el deporte para ti?

Una forma de vida. Mi forma de pensar es que, le das mantenimiento al coche, a la aspiradora, a la lavadora, pero la mejor maquinaria que tenemos está adentro de nosotros y la mejor forma de cuidarla es haciendo deporte.

¿Hay algo que no hiciste y te hubiera gustado hacer?

Jugar algún juego con pelota, nunca hice ninguno, ni en la escuela, soy pésima desde ping pong hasta voleibol, tenis, etcétera.  

Fans del CDI. Monique Monsonego y  Corinne Toledano

Fans del CDI. Denise Belkind

Fans del CDI. Marcos Tawil

Fans del CDI. Marcos Zayat

Fans del CDI. Itamar Kershenovich

Fans del CDI. David Mizrahi

Fans del CDI. Aarón y Esther Cohen

Fans del CDI. Abraham Cohen

Fans del CDI. Moisés Bicas Zenker

Fans del CDI. Jacobo Abraham Zonana

Fans del CDI. Jaime Kleiman

Fans del CDI. Ferenz Feher

Fans del CDI. Jenie Sacal

Fans del CDI. Linda Cherem, Sofi Hamui y Sarita Harari

Fans del CDI. Benjamín Cohen

Fans del CDI. Isi Kumetz

Fans del CDI. Jaime Romanowsky

Fans del CDI. Elías Harari

Fans del CDI. Ruth Atri 

Fans del CDI. Pablo, Dani y Alan Durst 

Fans del CDI. Moisés Tuachi  

Fans del CDI. Salomón Sissa  

Fans del CDI. Javier Coello  

Fans del CDI. Jaime Goldchain  

Fans del CDI. León Achar  

Fans del CDI. Luis Fraind  

Fans del CDI. Raquel Schlam  

Fans del CDI. José Fenig

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