El 7 de noviembre de 1944, a los 23 años, fue fusilada la poetisa Hannah Szenes, quien es considerada una heroína sionista.
Nacida en Budapest el 17 de julio de 1921, en el seno de una familia asimilada, culta y de clase media, pronto se convirtió en una ardiente luchadora por los derechos de su pueblo. No fueron los intereses de la familia los que la llevaron a proclamarse sionista: su padre, escritor y periodista, murió cuando ella solo contaba seis años de edad, y su madre nunca se ocupó de inculcarle un sentimiento de afirmación judía. Prueba de ello es que Hannah asistió en su niñez a la escuela local, donde desde el principio fue una alumna destacada, y a los diez años se la matriculó en una escuela protestante en la que por primera vez se admitía a católicos y judíos, aunque tenían que pagar el doble y el triple, respectivamente, de los costes de los estudios.
Los orígenes de su compromiso hay que buscarlos en los acontecimientos que le tocó vivir desde muy joven: se trata de la época de la Kristallnacht, el anuncio de la entrada de Hungría en la guerra en el bando alemán, el alza del antisemitismo y la proliferación de políticas represivas. En 1933 empezó a escribir un diario que nos sirve para conocer -entremezclados con las anotaciones propias de una adolescente- el nacimiento, desarrollo y la plena asimilación de la conciencia sionista. A los diecisiete años empezó a estudiar hebreo, tuvo como instructor a Imre Benoschofsky, rabino de Buda, y se unió a Maccabea, la más antigua organización estudiantil sionista de Hungría. En esa época escribe:
“Me he hecho sionista. Esta palabra implica muchísimas cosas. Para mí significa, en resumen, que ahora siento, consciente y fuertemente, que soy judía, y estoy orgullosa de ello. Mi primer objetivo es ir a Palestina, trabajar por ella. Está claro que esto no se ha dado de un día para otro; ha sido un proceso gradual”. (Wigoder 1991: 510)
En ese momento, Hannah vio la emigración a Palestina como la única solución para los judíos. Con el convencimiento de que la agricultura sería más útil que la poesía, el 19 de septiembre de 1939 emigró a Palestina y se estableció en Nahalal para iniciar sus estudios: “Estoy en Nahalal, en Palestina. Estoy en casa… Aquí es donde la
ambición de mi vida -incluso podría decir mi vocación- me tiene ligada; porque me gustaría sentir que al estar aquí estoy cumpliendo una misión, no solo vegetando. Aquí casi cualquier vida es el cumplimiento de una misión”. (Wigoder 1991: 511).
Fuente: www.itongadol.com.ar