Erich Fromm, el erudito psicoanalista judío que ocupó cargos académicos en el Bennington College, la Universidad de Columbia,
la Universidad Nacional Autónoma de México, y activo militante pacifista y antinuclear falleció de un ataque al corazón el 18 de marzo de 1980 en Muralto, Suiza.
Había nacido el 23 de marzo de 1900 en Frankfurt del Meno, Hesse, Alemania, en el seno de una familia judía raigal, entre los cuales había rabinos. Era hijo único de Naphtali Fromm, un comerciante de vinos kosher, y de Rosa Krauze, una mujer que sufría depresión.
El propio Erich Fromm tuvo la intención de emular a sus familiares que estudiaban en las academias talmúdicas, por lo que, durante varios años, además de sus estudios seculares estudió las leyes que rigen la vida del judío observante y textos talmúdicos hasta promediar la tercera década de su vida.
Uno de sus profesores fue el rabino Salman Baruch Rabinkow, perteneciente a Jabad quien lo introdujo al Tania. Fromm afirmaría que Salman Baruch Rabinkow había influido en su vida más que cualquier otro hombre, pues era alguien con quien uno nunca podría, incluso en la primera reunión, sentirse un extraño.
Un hecho que no solo lo impactó, sino que los llevó a buscar respuesta a su interrogante de cómo el ser humano podía tener conductas muy irracionales fue la Primera Guerra Mundial, que se inició cuando tenía tan solo 14 años, apasionándose en los años siguientes con las lecturas de Sigmund Freud y Karl Marx, que le permitieron comenzar a comprender la personalidad humana y como las afectan las influencias sociopolíticas
Estudió Derecho primero en la Universidad de Frankfurt, abandonándolo, y luego Sociología en la Universidad de Heidelberg, donde hizo su doctorado en 1922 bajo la asesoría de Alfred Wewer (hermano de Max Weber), acerca de la ley judía en tres comunidades: los caraítas, los judíos reformistas y los jasidim.
A principios de la década del veinte conoció a la psicoanalista Frida Reichmann con quien comenzó a estudiar la teoría psicoanalítica, y luego a analizarse y establecer juntos un instituto residencial, psicoanalítica que combinaba la terapia con la observancia de los judíos ortodoxos.
Pese a que Frida Reichmann era once años mayor que Fromm, en 1926 se casaron y dos años después cerraron el instituto, en esa época es cuando dejó la vida religiosa ortodoxa judía. En 1931 se divorció de Reichmann, con quien mantuvo una estrecha amistad de por vida.
Desde 1929, Fromm ejerció como psicoanalista ‘lego’, es decir no médico, en Berlín, y en 1930 se unió al Instituto de Frankfurt para la Investigación Social (la Escuela de Frankfurt), con cuyos miembros, la gran mayoría judíos, se trasladó primero a Ginebra, Suiza, debido al acceso de Hitler al poder, y el 25 de mayo de 1934 a Nueva York, Estados Unidos. Hasta 1939 integró el instituto, pues renunció al mismo por diferencias ideológicas con varios de sus miembros, en especial Herbert Marcuse y Theodor Adorno.
Instalado en Nueva York comenzó a dar clases en la Universidad de Columbia, y abrió una consulta clínica basada en el psicoanálisis con fuertes influencias de la filosofía humanista, que ponía énfasis en la capacidad del ser humano para ir volviéndose más libre y autónomo mediante el desarrollo.
A partir de esos años se convirtió en uno de los principales renovadores de la teoría y práctica psicoanalítica a mediados del pasado siglo. Rompió con las teorías biologicistas de la personalidad para considerar a los seres humanos más bien como frutos de su cultura. Su perspectiva terapéutica se orientó también en este sentido, proponiendo que se intentasen armonizar los impulsos del individuo y los de la sociedad donde vive, desviándose marcadamente de la teoría original freudiana. En 1943 fue uno de los miembros fundadores de la filial neoyorquina de la Escuela de Psiquiatría de Washington, tras lo cual colaboró con el Instituto William Alanson White de Psiquiatría, Psicoanálisis y Psicología.