Proveer de agua potable a una población de ocho millones de habitantes en un
país donde la mitad de su territorio está cubierta por el desierto, un mar de Galilea cuyo nivel sigue bajando y una precipitación de 158 metros cúbicos per cápita por año pareciera, si no imposible, sí muy difícil.
Sin embargo, Israel ha sabido encontrar solución a este problema y de paso convertirlo en una de sus mayores fortalezas económicas.
Así lo pudimos constatar un grupo de periodistas que realizamos una gira a ese país invitados por la Embajada de Israel. La necesidad ha obligado a las autoridades a tratar el tema del agua potable como un asunto estratégico de seguridad nacional. Sus empresas operan como si fueran eslabones de una cadena, así que el país se ha convertido en un gigantesco laboratorio de pruebas de diversas tecnologías.
Kineret Cohen, ingeniera de agua en Mekorot, la empresa estatal de agua en Israel, explica que en el país mantienen una gestión integradora de las diferentes fuentes del recurso: el mar de Galilea, el acuífero de la montaña de Jerusalem, el acuífero costero, los pozos, agua de mar desalinizada y las aguas pluviales.
La población tomaba el agua de tres puntos principales, el mar de Galilea, el acuífero de la montaña y la costa, hasta que en 2005 el Estado comenzó a utilizar plantas de desalinización.
Itzik Rahimi, administrador de la planta de distribución de agua, explicó que para llevar agua potable a todo el país cuentan con una red de tuberías de dos metros y medio de diámetro que recorre cientos de kilómetros.
PROCESO DE DESALINIZACIÓN
Esta técnica es una de las principales fuentes de abastecimiento de agua potable en Israel. La planta en Ashdod produce unos cien millones de metros cúbicos de agua de mar desalinizada al año y abastece al 15 por ciento de la población.
MEKOROT GROUP
Es la compañía nacional de agua de Israel y la principal agencia de gestión del agua.
Suministra el 85 por ciento del consumo doméstico y el 70 por ciento del total del consumo de diversos sectores.
Fue fundada en 1937. Sus filiales se han asociado con unos 23 países del mundo.
Es una de las plantas más grandes del mundo y la más nueva de las cinco construidas en el país oriental tras las instalaciones de Ashkelon (120 m³/día), Palmahim (45 m³/día), Hadera (127 m³/día) y Sorek (624 mil m³/día).
Igual que las otras cuatro plantas, la desalinizadora de Ashdod extrae el agua de la costa del Mediterráneo.
El proceso de desalinizar el agua dura aproximadamente dos horas.
Entre 30 y 50 minutos tarda el agua en ser trasladada desde el mar hasta la planta (ubicada a 3 kilómetros) y una hora más dura el proceso químico para desalar el agua.
La planta aplica el proceso de ósmosis inversa para eliminar las sales disueltas y las impurezas del agua de mar con ultrafiltración.
Dos máquinas se encargarán de bombear el agua de mar. El agua de alimentación pasa a través de unos filtros para eliminar las impurezas gruesas y finas. El agua desalinizada de la planta se deposita en un tanque de almacenamiento de 3 000 m³, enviándose a una estación de pretratamiento de ultrafiltración. Allí se eliminan organismos marinos y otros contaminantes del agua.
APOYO TÉCNICO
Cohen señala que el país sabe que el mercado del agua crece de forma inversamente proporcional a su escasez: cuanta menos hay, mayor perspectiva se tiene de vender tecnología avanzada que mejore su abastecimiento y calidad.
“La dimensión del mercado mundial de agua se estima en $450 000 millones anuales y crece a un ritmo del 8 por ciento”, explica la ingeniera de Mekorot, que gestiona la distribución de agua del país.
Y con los estudios que han logrado en la empresa estatal de agua se brinda apoyo técnico a 27 países en distintas partes del mundo, tales como Canadá, Estados Unidos, México, Portugal, Bulgaria, Rusia, India y China.
Fuente: www.unidosxisrael.org