¿Qué significa ser un buen judío? ¿Hay que seguir todas las tradiciones, todos los reglamentos que se dictan

en la Torá o simplemente identificarte con esta cultura que de alguna manera u otra ha sobrevivido tanto tiempo? Preguntas que el joven autor gringo Joshua Harmon explora en esta obra que fue un éxito Off-Broadway, y ahora es adaptada para un público mexicano. Los primos Daphna Feygenbaum y Liam Haber no tienen mucho que ver, ya que ella se considera una “buena judía” (con novio israelí) y a él un “judío mal”. Se encuentran en el departamento de Jonah, el hermano de Liam, tras la muerte de su abuelo y los conflictos empiezan con que Liam trae a Melody, su novia no judía con tatuaje en el tobillo (que además conoció en Tinder) y lo que es peor, ambos quieren el Jai de su abuelo.

Lo que vi en escena

Puesta difícil de vender fuera de la Comunidad, ya que está llena de referencia y chistes internos, cosa lamentable porque es una puesta excelente. Es difícil manejar dos tonos tan dispersos y que se sientan que vienen de la misma obra, pero justo David Toussier logra junto con sus actores, creando momentos de camaradería, de risa incómoda, de verdades que duelen, de momentos conmovedores y de personajes lo suficientemente veraces que uno los puede encontrar afuera del teatro. Lo amontonada que se siente la escenografía proyecta un tono de desorden que se ve en las relaciones entre parientes, Los actores manejan monólogos largos en los que sueltan puntos de vista muy fuertes acerca del judaísmo y lo que puede significar, y termina con un gesto final que seguro sacó algunas lágrimas. ¡De las experiencias más satisfactorias en esta edición del Festival Habima!

Judíos mal

Festival de Teatro Habima 2015 

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