Sweetch, una compañía emergente, o startup, de

salud con sede en Jerusalem, tiene la misión de hacer de este mundo un lugar más saludable. Su primera tarea: evitar que las personas en riesgo de sufrir diabetes la desarrollen. Más de 86 millones de estadounidenses y 63 millones de europeos adultos tienen niveles de azúcar en la sangre más elevados de lo normal, aunque no tan altos como para ser considerados diabetes todavía, según estadísticas. Este grupo, considerado prediabético, desarrollará probablemente una diabetes de Tipo 2 si no se somete a intervención médica alguna.

Y este es el motivo por el que los profesionales de la salud e inversores están de plácemes con el éxito de la reciente ronda de financiación serie A de Sweetch, que ha recaudado $3,5 millones de dólares para mejorar su tecnología, la cual tiene por fin identificar y entrenar a personas en riesgo de desarrollar diabetes y otras enfermedades crónicas. La ronda estuvo encabezada por Philips y la plataforma de financiación colaborativa OurCrowd, que tiene sede en Jerusalem. Participaron dos inversores previos, Pontifax y Lionbird.

Sweetch, fundada en 2013, ha desarrollado una plataforma de pronóstico de resultados clínicos y un sistema de análisis de comportamiento. La plataforma ayuda a identificar a personas en riesgo de desarrollar diabetes como forma de intervención temprana y de asignación de recursos para profesionales de la salud.
Dana Chanan, directora ejecutiva y cofundadora de Sweetch, dice que las cifras demuestran que los métodos actuales para identificar a prediabéticos dejan fuera a un 92,5 por ciento de las personas. La plataforma y la aplicación móvil de la compañía sirven de ‘entrenador personal’ del usuario para ayudarlo a modificar sus hábitos de salud.

El nombre de Sweetch es una combinación de las palabras sweet (dulce, en inglés), que hace referencia a la diabetes, y switch (cambio, en inglés), para indicar cambios en estilo de vida.

Recomendaciones y programa para cada usuario

Los nuevos fondos obtenidos por la compañía se destinarán para completar un programa piloto y pruebas clínicas en una reconocida institución médica de Estados Unidos que Chanan dijo que no puede mencionar. Si todo va bien, los doctores podrán prescribir la aplicación —en la actualidad sólo la pueden obtener quienes participan en las pruebas— para pre-diabéticos y pacientes con otras enfermedades.

“Si el doctor ve que usted está en un grupo de alto riesgo, podrá recetarle Sweetch. El paciente instala la aplicación, escribe el número del código y comienza a usarla”, dijo.

Aunque hay informes que indican que la gente normalmente deja de usar los dispositivos de monitorización médicos ‘llevables’ en los primeros seis meses, Chanan cree que eso se debe a que falta un componente de interacción. Ella ha aprovechado su experiencia en compañías de juegos de azar, la cual obtuvo cuando fue parte de los equipos ejecutivos de Playtech, 888 y Snaptu, y la ha aplicado a la salud digital. “La diabetes no es, desde luego, un juego, pero uno de los éxitos de la industria del juego es la capacidad de analizar y ofrecerle al usuario una experiencia específica como si fuera la única persona que existiera”.

El sistema de análisis del comportamiento de Sweetch aprende los hábitos diarios del usuario y utiliza metodologías de la ciencia del comportamiento para convertir esa información en recomendaciones personales. Las conclusiones de ese análisis se adaptan, en tiempo real, a las actividades del usuario. “No hay metas que la persona deba cumplir. No todo el mundo es igual. Las recomendaciones y el programa son para cada usuario específico”, dijo Chanan.

Fuente: www.unidosxisrael.org

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