Con mucha energía, entusiasmo y alegría inicia un nuevo semestre en Macabi Hatzair México.
Entre sorpresas, diversión y magia, nuestros janijim y bogrim disfrutaron del reencuentro después de unas increíbles y bien merecidas vacaciones. Durante todo el día no se detuvieron los abrazos, las carcajadas y el aprendizaje. Sin duda alguna fue un sábado que todos recordaremos con mucho afecto por su éxito rotundo. Además de las nuevas caras y los viejos amigos, resultó inigualable la experiencia que a todos puede otorgarnos la tnuá.
Pero, ¿qué hay detrás de un primer sábado de actividades? Semana a semana, en Macabi realizamos un sinfín de actividades recreativas, divertidas y entretenidas, pero ante todo educativas para los niños y jóvenes activistas de nuestra comunidad, quienes algún día van a convertirse en aquellos que tendrán la Comunidad Judía de México en sus manos, en nuestros líderes. Generalmente, todo fluye a la perfección, casi siempre que se da un imprevisto y es superado sin mayor problema, y cada sábado logramos que los janijim vuelvan a casa con una sonrisa en la boca y con una nueva lección que perdurará para el resto de sus vidas. Pero, casi siempre se da por sentado que todo lo que sucede en nuestra tnuá, pasa en automático, pero eso es incurrir en un error muy grande, ya que detrás de las sonrisas, la magia, la mística, la diversión, el sionismo, el judaísmo, el aprendizaje, los valores y la identidad macabea, que forjamos rutinariamente, hay mucho trabajo que se realiza previo al mismo sábado para que este sea tan exitoso como de costumbre. Ya que la semana pasada en Macabi Hatzair tuvimos el placer de iniciar un nuevo semestre, sería interesante dar una revisión a toda la planeación que hubo para este día, acto que nos llevará a un paseo ‘tras bambalinas’ de lo que sucede en nuestro amado movimiento. Así, podremos dar a entender, a muy grandes rasgos, lo que significa sacar adelante una tnuá como la nuestra.
Si vamos a hablar de planeación, de lo que sucede en el backstage de la tnuá,, de cómo es que logramos cumplir nuestra misión de cada sábado, es importante dar lujo de detalle de lo que se lleva a cabo para la ejecución de las peulot y de las diversas actividades de la tnuá, que aunque son muy divertidas, realmente son cosa seria, ya que en Macabi siempre optamos porque la educación de nuestros janijim sea una prioridad en todo momento, porque estamos conscientes de la gran influencia que somos en sus vidas y del peso que tiene nuestra ideología en su formación como personas.
Para que se dé un semestre exitoso, es importante de antemano tener todo muy bien estructurado. Creemos que una estructura precisa de los planes a ejecutarse y una organización impecable son indispensables para el óptimo desarrollo del movimiento, porque en Macabi siempre procuramos detectar los errores antes de que sucedan para así repararlos y que no se den situaciones desagradables.
Teniendo lo anterior presente, antes de iniciar el semestre, durante todo un fin de semana —dos semanas previas a recibir a los janijim por primera vez—, nuestra roshiut, compuesta por la cabeza de la tnuá (Rosh Macabi), la persona encargada de el programa educativo (Rosh Jinuj), y la persona encargada de la administración de la tnuá (Sgan Rosh); así como la hanagá, el grupo de bogrim que tienen como función liderar a los madrijim y a la tnuá para que se cumplan los objetivos de la roshiut, llevan a cabo un congreso en el cual se evalúa todo lo sucedido en el semestre que ha concluido y se determina qué debe hacerse en el nuevo semestre. En este congreso, también la roshiut expone los proyectos que tiene preparados para la tnuá y asimismo, se explica a la hanagá como deberán ejecutarse estos proyectos, para así generar vías rápidas y sencillas de transitar hacia el éxito. En este primer congreso, también se preparan nuevos proyectos, trabajando en juntas la roshiut y la hanagá, y se deja todo listo para exponerlo al cuerpo de madrijim, quienes son el principal motor de todos los proyectos a desarrollarse.
Posterior al primer congreso, una semana después —faltando ahora una semana para recibir a los janijim por primera vez—, se hace un segundo congreso de la misma duración, en el cual participan todos los bogrim de la tnuá sin distinción; siendo estos la roshiut, la hanagá y esta vez, también todos los madrijim. En este segundo congreso, nuevamente se evalúa el semestre anterior, se prepara el que comenzará y asimismo se capacita de varias maneras a los madrijim, teniendo siempre presentes las innovaciones en educación no formal que se nos van presentando para siempre estar a la vanguardia y tener en todo momento las mejores herramientas para educar a nuestros janijim en toda instancia. Así que, al terminar este segundo congreso, los bogrim tenemos ya bastante claro qué es lo que sucederá cada sábado de Macabi en los próximos seis meses y no solo eso, sino que tenemos un panorama mucho más claro de cómo mejorar lo que hace falta y de cómo mantener funcionando bien todo aspecto donde no se encuentran errores; ya que en Macabi, nos exigimos la mejora constante sin importar el ámbito.
Al concluir ambos congresos, todo está listo para ponerse en marcha, y aunque por lo general siempre está lista la parte teórica de todo y hay que convertirlo en práctica, terminados ambos congresos todo se vuelve mucho más sencillo, ya que tenemos una visión más clara de como alcanzar nuestros objetivos de corto y largo plazo.
La semana del primer sábado, el día martes para ser exactos —cuatro días antes de recibir a los janijim por primera vez—, los madrijim de cada shijvá de la tnuá; es decir, los grupos de edades en los que se encuentra dividido Macabi, tienen una junta para preparar con más detalle el sábado que viene. En esta junta, que se repite cada semana hasta finalizar el semestre, suceden varias cosas. Principalmente, se expone a los madrijim la parte del tojnit jinuj (programa educativo) que va a impartirse durante esa semana en la tnuá; como también, se evalúa todo lo que sucederá durante el día para que ninguna kvutzá quede fuera de orden en ningún momento y todo pueda fluir como de costumbre.
Al saber ya como va a funcionar el sábado con todos los específicos ya preparados y toda duda resuelta, los madrijim de cada kvutzá tienen la obligación de conocer a la perfección la parte del tojnit que van a presentar a sus janijim a través de una peulá el sábado que se ha estado preparando. Adicionalmente, los madrijim deben juntarse después de su junta —dos o tres días antes de recibir a los janijim por primera vez— para preparar las peulot que van a impartirse a su kvutzá durante el día. Cada una de las peulot que se prepara tiene una duración aproximada de dos horas, mismas que deben ser planificadas a precisión de segundo si es necesaria. Al día, en Macabi se le imparten a cada kvutzá, dos peulot. Nuestras peulot son supervisadas, una vez que están planeadas, por la hanagá para revisar que todo está en orden, que el tojnit jinuj tiene un acercamiento correcto y que la peulá cumple con los objetivos de la tnuá; así, mantenemos el estándar de calidad que nos distingue dentro de las opciones de educación no formal dentro la Comunidad Judía de México.
Adicionalmente, también se le llama por teléfono a cada uno de los janijim de Macabi durante la semana no solo para confirmar su asistencia del sábado, sino para también fortalecer el vínculo entre el madrij y el janij, quienes durante esa llamada telefónica conviven uno a uno de manera activa. Esta es una espléndida oportunidad para personalizar un poco más la atención que brindamos a nuestros janijim y para proporcionar al madrij, un círculo de confianza en el cual pueda moverse de manera cómoda al interactuar con sus janijim, quienes en todo caso son su prioridad.
Cuando por fin llega el sábado, el día en el que recibiremos a los janijim, todavía hay cosas que preparar, siendo esa la situación, cada uno de los madrijim llega aproximadamente dos horas antes de que aparezcan los janijim en el ken. Durante este tiempo, los madrijim nos damos la oportunidad de preparar el material que será utilizado en las peulot, de afinar los últimos detalles para que todo funcione perfectamente, como lo hemos planeado hasta ese momento. Pero la cosa no termina ahí, justo después de preparar todo para el funcionamiento de las peulot, realizamos un mifkad exclusivo de los bogrim, en el cual se recapitula todo lo que sucedió a lo largo del día en la tnuá, y se revisa que cada una de las cosas necesarias para que todo funcione estén listas ya para poder utilizarse.
Al concluir el primer mifkad, con mucha emoción, los bogrim comenzamos a recibir a los janijim que llegan a Macabi muy emocionados por iniciar su día de magia, mística, aprendizaje y mucha diversión; pero más emocionados aún de volver a Macabi después de unas largas vacaciones. ¡Por fin todo comienza a tomar forma! Después de toda la planeación, después de todo el esfuerzo que se ha hecho, comienzan a moverse los engranes de lo que hemos construido hasta ahora y entre besos y abrazos comienza a fluir el primer sábado, el primer encuentro con los janijim.
Cuando se han congregado ya un buen puñado de janijim, es hora de empezar el mifkad, es momento de iniciar el día oficialmente. Así que entre cánticos de felicidad, tilboshiot y anivot, sonrisas, banderas, y mucha presencia del espíritu macabeo, con profundo orgullo y solemnidad izamos nuestra bandera y así se consolida el mifkad matutino. Generalmente, en este mifkad, aparte de dar los avisos importantes de lo que acontecerá durante el día que concierne a los janijim, se realiza alguna sorpresa o sketch para el deleite de los janijim, esto evidentemente, también requiere planeación previa, igual de compleja que la que hemos comentado anteriormente. Es nuestra vaada (grupo de la tnuá especializado en que se cubra alguna necesidad) Keff (diversión) quien se encarga de que esto suceda. De esta manera, concluye el mifkad y puede proseguirse a las demás cosas que se han planeado para el día. Generalmente, justo después del mifkad, viene una de las dos peulot que serán impartidas.
Después de una cansada, pero increíble experiencia, la primera peulá, viene la comida que servimos a todo Macabi sábado con sábado. Sabemos bien lo que significa procurar que más de 200 personas coman hasta saciarse, por lo que no dejamos escapar un solo detalle en lo que significa la planeación del almuerzo; actividad que requiere también una planeación de un alto grado de complejidad y de una logística impecable para procurar que al mismo tiempo todos los janijim y bogrim puedan comer para así continuar nuestras actividades sin contratiempos.
Al terminar de comer, generalmente dejamos que nuestros janijim, en compañía de nuestros bogrim, tengan un tiempo de esparcimiento, en el cual se dan increíbles oportunidades de convivencia de los más grandes y los más chicos, risas, diversión, y ¿por qué no?, alguna que otra travesura sana. Este es un momento especial, ya que los madrijim tienen oportunidad de convivir con janijim que no pertenecen a sus kvutzot y los janijim tienen la oportunidad de pasar un buen rato conociendo a nuevos amigos, o realizando alguna actividad de su preferencia. Pero no tendría sentido estructurar una planeación tan perfecta de cada instante de la jornada para dejar que en este momento se desvanezca todo; así que en este momento por lo general hay bogrim a quienes se les designa la tarea de preparar algo para este tiempo. Las actividades realizadas, en las que no escasea la minuciosa preparación, varían desde una improvisada clase de yoga, hasta un concurso de baile o un divertido juego de pelota.
Tenemos un horario un poco apretado, así que sin detenernos, debemos continuar con todo lo programado, y de esta forma pasamos a impartir, nuevamente dividiéndonos por kvutzot, nuestra segunda peulá del día, de cuya planeación ya hemos hablado antes.
Al terminar la segunda peulá, se lleva a cabo un mifkad de shijvá, en el cual los janijim que destacaron a lo largo del día son reconocidos con honores como portar la bandera de la shijvá o poder llevar a casa consigo la mascota o cosa del día de la shijvá, que representa también un símbolo para Macabi. En este mifkad, se elaboran también todo tipo de sorpresas que deben ser planeadas a la perfección.
Va terminando el día y nuevamente se congrega toda la tnuá para un mifkad con el que damos por terminadas todas las divertidas actividades. Se recapitulan cada uno de los eventos importantes que se dieron, y por si fuera poco, suelen haber más sorpresas en este momento, es de esta forma cómo en Macabi logramos que lo cotidiano deje de tener una rutina, es por momentos como ese que hacemos que la magia se vuelva realidad, que la mística se sienta, y que todo sueño se cristalice de alguna u otra manera; cosa que, retomando nuestro principal tema, no deja nunca de requerir una planeación tan específica como la que hemos manejado hasta este momento. Con gran orgullo, en este mifkad, todos los macabim entonamos nuestro himno y nuevamente rendimos honores a nuestra bandera y con ello se da por terminado el día.
Entre besos y abrazos nuevamente, prometemos a los janijim que la siguiente semana será igual de increíble, les dejamos en claro que tenemos las mismas ansias que ellos de que nuevamente llegue el sábado y damos por terminado todo lo que realizamos; eso sí, satisfechos de cada segundo, dándonos cuenta de que nuestro ideal sigue en pie y de que hacemos la diferencia en la vida de muchos niños y jóvenes que se forjan a sí mismos dentro del marco de nuestro movimiento.
Parece que nunca tenemos suficiente, pero al irse los janijim, no ha terminado todo, ya que los bogrim tienen nuevamente un mifkad exclusivo para ellos, en el cual se analiza el desempeño, se dan a conocer los aspectos a mejorar y se prepara a los bogrim para la junta que se llevará a cabo el siguiente martes, para la planeación del sábado que sigue; cerrando así el ciclo de la planeación de cada vez que recibimos con tanto cariño a nuestros janijim.
Suena ilógico, pero esto es solamente una pequeña muestra de lo que sucede tras bambalinas, dentro del jéder de madrijim, en nuestra tnuá. Pareciera que todo sucede espontáneamente pero detrás de la tnuá más importante de México, por supuesto, la nuestra, donde hay todo el trabajo que se menciona aquí y mucho más. En Macabi cuidamos con un grado alto de precisión que cada instante que el janij pasa bajo nuestro cuidado sea perfecto para él y para su educación. Y sí, detrás de un gran día, de un excelente primer sábado de Macabi, hay muchísima planeación, esfuerzo, dedicación y amor al trabajo, pero sobre todas esas cosas persiste el espíritu macabeo, que atasca nuestro trabajo de todos los días con una gran dosis de diversión, amistad, entusiasmo, disciplina, sionismo, judaísmo, magia, mística, sonrisas, amor y, ante todo, el fuego de los macabim, que nunca se extingue.
Lo único que falta en Macabi ¡eres tú!
Atrévete a conocernos, pues la mística no se cuenta, se vive.