Es un honor para mí poder
compartir este libro, que recopila los momentos más relevantes de mi labor comunitaria, a través de muchos años en diferentes instituciones de la Comunidad Judía de México. Este gran esfuerzo editorial trata de reconstruir parte de la historia del Centro Deportivo Israelita, a través del trabajo que realicé con la firme convicción de contribuir a su crecimiento con una profunda pasión por sus objetivos, congruentes con mi manera de pensar, y en su momento, con la de los quince fundadores de esta gran Institución. Con el paso del tiempo, en esa tarea, tuve oportunidad de conocer a mucha gente, grandes personalidades de México, del mundo, de la vida judía y de Israel, pero sobre todo, darme cuenta de la importancia que tiene contar con un lugar de tanta trascendencia como lo es el CDI, para niños, jóvenes y adultos, que se reúnen y desarrollan las actividades que más disfrutan. Haber participado con un granito de arena en esas metas, me brinda una gran satisfacción personal.
Estas páginas, me traerán recuerdos muy emocionantes e inolvidables, a mi familia también, es por eso que quiero agradecer a mi esposa Sima, que me haya alentado a esta vocación, ella a su vez ha sido alguien ejemplar en el trabajo comunitario. Quisiera recalcar que mi interés no es solo una cuestión personal, deseo que este testimonio aliente a otras personas y sobre todo a los jóvenes a que se den cuenta de la importancia que tiene participar en nuestro entorno y regalar un poco de su tiempo en beneficio de otros. Nuestro judaísmo vive gracias al liderazgo y al compromiso de dar continuidad y generar los espacios para esos objetivos.
Quiero agradecer en forma muy especial al Lic. Leonardo Katz, Miembro del Consejo Directivo, quien siempre pensó que sería importante dejar mi labor plasmada en una edición impresa, por lo cual consiguió el apoyo de un grupo de gente que brindó los recursos. Especialmente agradezco al Lic. Marcos Metta Cohen, también Miembro del Consejo Directivo, y a la Fundación Metta Saade, A.C., así como a mi gran amigo Jorge Americus, quienes dieron todas las facilidades para la edición de este libro.
De igual forma, al C.P. Isaac Roizen, Presidente del Consejo Directivo del CDI, al C.P. Daniel Wulfovich, Presidente del Comité Ejecutivo del CDI, y al Ing. Jorge Wigisser, Director General del CDI.
El prólogo está escrito por el Lic. Eduardo Luis Feher, un entrañable amigo que ha trascendido en la vida intelectual del país. A la escritora Silvia Cherem, también le doy toda mi gratitud por participar con la introducción que abre esta edición. Al Sr. Natalio Schejtman, Presidente del Archivo Histórico del CDI, quien permitió acceder a todo el material incluido en esta edición. A Pilar Rangel y a Carmen Aguilar por el apoyo en la investigación documental.
Menciono a Don Moisés Gitlin (Z”L) por ser mi principal maestro y guía en todo mi trabajo comunitario.
Dejo al final la importante participación de Susy Anderman, Directora del Comité de Comunicación, quien tuvo a su cargo toda la producción de este ejemplar y sin su participación no hubiera sido posible que alguien tuviera en sus manos esta edición tan especial, lo cual ha sido para mí en estos últimos meses, una gran ilusión que se convierte en realidad.