Otilia Carrillo es una artista que está

inmersa en un continuo renovarse, en un des-hacerse de la forma y volver a ella con un nuevo molde. Es una encrucijada entre lo concreto y lo espiritual, entre la carne y la sutileza del viento. La importancia de su trabajo, radica precisamente en la manera en como yuxtapone estos dos aspectos que se vislumbran en cada una de sus obras.

Por un lado, su manera de representar la naturaleza a partir de la mancha, de la acuarela que se expande con la fuerza de un temperamento, desbocándose en el lienzo. En sí podremos decir que lo que parecería ser una hoja, una flor, una rama, son solo matices de un cuerpo que sufre, ríe y se manifiesta, pero que siempre termina por impregnarse de pintura y convertirse en una mancha que en sí podría representar su propia naturaleza. A partir de esto, se vislumbra cierta religiosidad en su acontecer, que se plasma de una manera discreta, que oculta aquellas partes de su vida que le son sagradas.

Con estas sutilezas espirituales, es como realmente puede dar equilibrio a su obra, a su vida, y en el lienzo las transmite con leves líneas que demarcan un horizonte, y lo delimita con colores fríos que se desvanecen en la lejanía. Estas sutilezas de color, que a veces tienden a lo blanco, a la pureza del espíritu, generalmente son la contraparte a estos aconteceres de su vida.

En esta tónica de yuxtaponer su propia naturaleza, parecería que la obra de Otilia Carrillo realmente es un crisol en donde mezcla carne y espíritu, no para exorcizar sus demonios ni para borrar lo no grato de su vida, más bien es su manera de equilibrarse, es su círculo que la hace ser. A través de esto, no intenta ocultarse ni ser discreta, más bien se muestra tal como es. Llena de fuerza y certeza que solo en ciertos momentos y con pequeños acentos en forma de caricia, hace de aquello que la atormenta algo armonioso y soportable. De esta manera, logra equilibrarse, así como lo hace en cada uno de sus cuadros que nos muestra en esta exposición. En fin Otilia Carrillo, nos permite apreciar su capacidad para jugar con lo etéreo y lo concreto, yuxtaponiéndolos para formarse a sí misma.

No te pierdas la inauguración de esta exposición el 28 de septiembre a las 12:00 horas en la Galería Pedro Gerson.

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