No recuerdo un inicio de año tan movido y acelerado como estos primeros días de enero 2020.

No recuerdo un inicio de año tan movido y acelerado como estos primeros días de enero 2020. La gente pasó de la preocupación a la ocupación, y es que parece que hemos asimilado como sociedad que los cambios que vive el país son de fondo, y más nos vale adaptarnos a las nuevas reglas del juego. Así que a buscarle y a tomar decisiones. A continuación, presentamos los aspectos macroeconómicos más relevantes para 2020:

La economía interna tardará en reactivarse: la economía vive un periodo de estancamiento y bajo crecimiento económico. Las estimaciones de crecimiento para 2019 se calcularon en 0.04 por ciento del PIB; y en 2020 van en 1.08 por ciento.

Consejo: las cosas no volverán a ser como antes. Se vuelve preciso invertir en consolidación del propio negocio para ganar mercado en tiempos de crisis, buscar nuevas líneas de productos o servicios, y buscar nuevos mercados de venta nacionales e internacionales.

Gobierno no se endeuda; tampoco gasta: el endeudamiento del país se mantendrá estable sin que suba el índice actual de más del 50 por ciento del PIB heredado por el PRI; lo cual es una buena señal para las finanzas públicas. No obstante, el gobierno mueve el 23 por ciento del PIB, lo que significa que una cuarta parte de la economía nacional seguirá estancada. Así, el subejercicio seguirá impactando las cifras de crecimiento económico.

Consejo: apostarle a vender a gobierno seguirá siendo riesgoso e incierto en materia de presupuestos y pagos. Hay que enfocarse en el sector privado y disminuir el riesgo en proyectos de política pública de gran escala.

“Todo es culpa de PEMEX”: PEMEX se seguirá endeudando. La dependencia, en quiebra permanente operativa y al riesgo del colapso, tendrá casi un 9 por ciento adicional de presupuesto para este año. Tanto S&P como Moody´s mantienen la calificación de Pemex y de la deuda soberana en perspectiva negativa.

Consejo: como sociedad, hay que poner las “barbas a remojar”. Si PEMEX pierde su capacidad de operación y pago, el tipo de cambio, las tasas de interés y la salida de capitales afectarán escandalosamente al país. 

Desconfianza en sector privado: la inversión privada bajó casi un 6 por ciento en 2019, y la inversión extranjera por su parte reportó una caída cercana al 70 por ciento anual. La pérdida de confianza dentro y fuera del país tienen un impacto directo en la economía.

Consejo: hay que diversificar la inversión en monedas, activos, y liquidez. Más que nunca, hay que tener “varias canastas para los huevos”.

Macroeconomía estable: se prevé la inflación se mantenga entre un 3 y un 4 por ciento anual, y el tipo de cambio entre un 18.5 y 20.5 pesos por dólar. Las tasas de referencia seguirán bajando contribuyendo a una política económica expansiva (más incentivos para gasto e inversión).

Consejo: México y su peso se mantienen como la mejor opción de países emergentes para 2020. Hay que aprovechar la coyuntura para exportar, crecer y generar alianzas internacionales.

Así las cosas. Hace falta cabildeo del sector empresarial de manera unida y organizada para contribuir a un mejor desenvolvimiento de la economía mexicana. Mientras eso pasa, aprovechemos las cuestiones positivas, que se centran en un manejo presupuestal responsable e índices macroeconómicos estables. Ánimo y a darle, que efectivamente las crisis brindan espacios de oportunidades importantes.

 

 

//Enrique Presburger

epresburger@factorexpres.com

 

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